Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

lunes, 17 de abril de 2017

SOBRE... BUENO, VÉANLO USTEDES.


Tengan ustedes la bondad de fijarse en la imagen, que traigo aquí desde una captura de pantalla, porque si no la pusiera lo mismo no me creen.

Bien; se supone que quien ha enviado este correo electrónico es una señora, señorita, señor, señorito, señoro, señoroto, a quien sus compañeros tienen que hacerle el trabajo por el que cobra, a cambio de que les represente y proteja sus derechos.

En vista de lo cual, no tiene nada de extraño cómo estamos los trabajadores.

jueves, 13 de abril de 2017

SOBRE CANCIONES LEGIONARIAS Y CANTAMAÑANAS.

Resulta que el pasado día 10, -lo cuenta El Español- una delegación de la Congregación de Mena y de La Legión se trasladó al Hospital Materno Infantil de la ciudad para visitar a los niños allí ingresados en la planta de Oncología. 

Resulta que los militares y los delegados de la congregación compartieron un rato de actividades y juegos con los niños y sus familias, y los menores también recibieron como regalo camisetas y el peluche del borrego de La Legión.

Resulta que La Legión desfiló en la ludoteca del centro entonando ante los niños enfermos El novio de la muerte.

Resulta que -según Diario Sur- Izquierda Unida considera inaceptable la presencia de militares en un centro público, y cantando el himno de la Legión, con el agravante de que lo hacen en la planta de oncología infantil. No respeta la liberta religiosa, ni el estado en que se encuentran las personas que están ingresadas en el hospital, así como sus familiares, añade Castro.

Resulta que la visita de los legionarios había sido solicitada hace un par de meses, que la Comisión de Actividades Lúdicas del centro sanitario -formada por médicos, enfermeros, auxiliares, administrativos, trabajadores sociales y una maestra- dio el visto bueno a esta actividad considerándola siempre de tipo social y no militar, tal y como explica la coordinadora de este órgano, Margarita Sánchez; y que antes de que tuviera lugar esta visita el pasado lunes, ella misma se encargó de recorrer las habitaciones de la cuarta planta de Oncología Pediátrica para comprobar si los padres de los 14 niños ingresados estaban de acuerdo con que los caballeros legionarios pasaran un rato con sus hijos. “Ninguno se opuso”, según Sánchez, que afirma que tanto a los menores como a sus familias “les hizo mucha ilusión, no paraban de hacer fotos con sus móviles”; y que tras recorrer la planta de Oncología, y según explica la responsable de la comisión, se trasladaron a la ludoteca infantil, donde les esperaban niños en edad preescolar ingresados por diversos motivos como traumatismos o apendicitis, y ante ellos cantaron el himno 'Soy el novio de la muerte', algo que los pequeños “agradecieron mucho porque no pueden ir a la Semana Santa”.

Y resulta por tanto, que IU sigue a lo suyo -o sea, embarazar la cerdita- y protesta porque a los niños se les regalen camisetas y peluches, se les acerque la Semana Santa -que aunque les haga ilusión, es cosa religiosa y en los hospitales públicos no cabe la religión y menos aún la ilusión-; y que tanto a los rojos hundidos como a un montón de gilipollas varios les parece mal que La Legión cante el Novio de la Muerte -que no es el Himno de la Legión, aunque los rojos necios lo ignoren- ante los niños. Que no eran los enfermos de cáncer, sino los de menor gravedad. 

Pero aunque hubieran cantado el Novio de la Muerte ante los niños enfermos de cáncer, díganme los idiotas rojos qué coño hubiera pasado, si los niños enfermos en Málaga estarán hartos de escucharlo, y es precisamente lo que les hace ilusión.

Pero, para que no digan, aquí les ofrezco otra canción legionaria; canción que acaso a los niños no les habría hecho tanta ilusión, pero que a los cenutrios de IU les viene al pelo.


Pobrecitos maridos infelices,
que tenéis la testuz como un carnero,
viviréis contentos y felices,
alistados al Tercio de Extranjeros. 

Son tres pesetas,
bien comido y bien bebido,
tendrás fama de león,
aunque seas un cabrito en la Legión. 

Comida sana y abundante,
la que dan en el Tercio de Extranjeros,
cocinada por cuatro o seis mangantes,
a los cuales llamamos los rancheros. 

Una sopita, un cocidito
y la cabeza de un besuguito
y un vasito de vino peleón,
ese es el menú de la Legión. 

Yo no sé qué se han creído
en el Tercio de Extranjeros,
que nos tienen comparados
con peones camineros,
jo jo jo porón pon pon 

Desde que se inventó
el pico y la pala,
con el pico y la pala
nos están dando la lata. 

Éste que está presente
tres picos rompió
y al día siguiente
pasó al pelotón,
y ese otro que en su pueblo,
se las daba de sereno,
con el hambre que pasaba
se alistó al Tercio de Extranjeros,
jo jo jo porón pon pon 

A los cuatro días
cabo interino lo hicieron,
le vino la propuesta
firmada por los rancheros,
le quitan los galones
por ser un mangante,
y al día siguiente
le hacen machacante. 

Se ha portado bien
en las operaciones,
todas las medallas
y todos los galones
los lleva colgados
de los cojones. 

Acabo de recibir... chin pum (bis)
noticias frescas de mi país (bis) 

Se está poniendo España
en tan malas condiciones
que se está desarrollando
el gremio de maricones. 

Como siga así la cosa
con tan poco disimulo
se va a hacer pequeño el mundo
para ir a tomar por culo. 

¡Cómprate una gabardina, cabrón! 

lunes, 10 de abril de 2017

SOBRE LAS ARMAS.


Las armas son una cosa curiosa. Haylas blancas -verbigracia, la clásica navaja cabritera, que tan buen uso encontraría hoy-; arrojadizas, de fuego, ligeras, pesadas, automáticas... 

Para los que gustamos de ese tipo de cosas y nos hemos molestado en obtener la pertinente licencia -hacer un exámen, pagar tasas, renovar cada cinco años con el correspondiente gasto económico y de tiempo- poseerlas produce una satisfacción que va más allá de la mera posibilidad de uso. 

Las armas suelen ser un artilugio bonito, estéticamente agradable. Lo mismo una katana, que las enormes espadas medievales, que el famoso Colt de las películas, que los fusiles de asalto. Incluso el burdo Kaláshnikov -un arma hecha para resultar barata y para combatir en las peores condiciones posibles- es un arma con una belleza singular. Otras armas son un prodigio de la técnica: los carros de combate, los aviones, los barcos... 

Sin embargo, desde la sencilla hacha de sílex hasta el misil más sofisticado, todas tienen algo en común: por sí mismas no son más que trozos de piedra, de metal o de materiales de propiedades casi inimaginables; pero simples trozos de materia inanimada.

Incluso el más moderno complejo armamentístico no es nada si un programador no le ha marcado su funcionamiento; si alguien -una persona o varias- no lo ponen en funcionamiento.

Por lo tanto, me permito deducir que las armas, en sí mismas ni son buenas ni son malas. Son cosas. Lo que importa del arma es quién la maneja, en qué forma y con qué objetivo. No son las malas las armas, sino las personas; las manos que las esgrimen, las cabezas que las dirigen y usan.

En consecuencia, que ETA entregue -o haga el paripé- unos trozos de metal, unos combinados de productos químicos, es algo perfectamente insignificante. Lo significativo, sería que entregase las manos que las han utilizado, las cabezas que las han dirigido.


sábado, 1 de abril de 2017

SOBRE LO QUE TOCA.


miércoles, 8 de marzo de 2017

SOBRE "LOS TANQUES."


Los que, con motivo del nuevo desafío separatista catalán, han vuelto a sacar a las ondas o las rotativas los medios de comunicación pacifistas, tolerantes y democráticos. 
 
El desafío es -ya ustedes lo sabrán- la reforma del reglamento del parlamento autonómico de Cataluña, para permitir que una ley -autonómica, no lo olvidemos- que presente cualquiera, sea votada y aprobada a la voz de ya, hurtando toda posibilidad de debate. Esto -tan democrático como es de esperar en los que llevan décadas pasándose por el forro de las barretinas sus propias leyes-, supone que -véase El País- cuando se esté celebrando un pleno ordinario, dos grupos parlamentarios podrán solicitar una modificación del orden del día para votar la ley de ruptura sin que se haya producido debate ni enmiendas, ni el trámite habitual.
 
O sea: que en cualquier momento los aldeanos pueden decidir que ellos son independientes, y al diablo la mayoría de habitantes de Cataluña, que según sus propios sondeos de opinión, es opuesta a la secesión. 
 
Y, como decía al principio, los medios de comunicación han comenzado a hablar -como buenos pacifistas, dialogantes, tolerantes- de tanques, y de qué pasaría si el parlamento autonómico de la región catalana decidiera declararse en rebeldía, de si se aplicaría el artículo 155 de la Constitución, y de cómo hacerlo cumplir. 
 
Como no soy ni pacifista, ni tolerante -al menos, no con lo intolerable-, ni dialogante -al menos, no con los mamarrachos engreídos y fatuos-, ni, por supuesto, demócrata de esta democracia de mierda, puedo permitirme ser racional.  
 
Y lo racional es - a ver qué demócrata puede negármelo- aplicar la ley. Porque las leyes están para cumplirlas y, si no funcionan, para cambiarlas de acuerdo con los procedimientos establecidos. Lo contrario es, lisa y llanamente un golpe de Estado. 
 
Por lo tanto, es evidente que el Gobierno de España debe aplicar -debería haber aplicado hace muchos años- el artículo 155 de la Constitución:  
 
Artículo 155 
1. Si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquélla al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general. 
 
2. Para la ejecución de las medidas previstas en el apartado anterior, el Gobierno podrá dar instrucciones a todas las autoridades de las Comunidades Autónomas. 
 
Y, como resulta bastante verosímil que el señor presidente del gobierno autónomo de la región catalana hiciera caso omiso al requerimiento, lo suyo sería aplicar el apartado segundo: el Gobierno podrá dar instrucciones a todas las autoridades de las Comunidades Autónomas. 
 
¿Qué pasaría entonces? ¿Habría que mandar los tanques, como insinúan tertulianos radiofónicos y como repiten los separatistas, que parecen esperarlo con ansia porque -con su complejo de eternos derrotados en la guerra de sucesión de la corona de España de hace dos siglos largos- lo que más les gusta es hacerse las víctimas? ¿Habría que darles gusto y llevarles un par de tanques -con BMR sobra- para que se sientan mejor? 
 
Pues lamento decir que no. Que para el separatismo catalán basta con cumplir la ley. Basta con -apartado segundo del artículo 155- ordenar a la policía autónoma que detenga a los delincuentes; en este caso, a los funcionarios de la administración española -designados a dedo; a muchos dedos, si se quiere, pero a dedo- que la representan en la administración autonómica.  
 
Esos funcionarios de la administración española -para que los separatistas me entiendan: el gobierno autónomo- tienen la obligación de cumplir y hacer cumplir las leyes. Las leyes españolas, obviamente. Si no lo hacen, estarán prevaricando, y deberán ser encausados por ello.  
 
¿Y qué van a hacer esos funcionarios prevaricadores de la administración en Cataluña? ¿Contra quien van a luchar heroicamente, si quien los va a detener es su propia policía autónoma? ¿O es que piensan que esos mozos de escuadra son su ejército, y con él darán un golpe militar que traiga la secesión y que -sobre todo- evite que se fijen en los tres por ciento y otros asuntillos? 
 
Pues vuelvo a lamentarlo, pero los sindicatos de los mozos de escuadra ya han repetido en diversas ocasiones que ellos están para cumplir la ley, y que no son un ejército separatista.  
 
Habrá de todo, claro; habrá mozos que se ofrezcan a ser la fuerza armada de esa independencia, creyendo que para ascender de policía a soldado no hay más que pensarlo. Y habrá otros que se mantengan en su lugar, en su puesto y en su obligación legal. Y si los separatistas sacan a sus redivivos escamots a la calle, los mozos que sigan haciendo su trabajo los detendrán, y punto. Y si se resisten, y emplean sus armas -u otras que los partidos separatistas les faciliten lo cual, por cierto, caería dentro de la figura delictiva de contrabando de armas- y los otros tienen que emplear la fuerza -la fuerza amparada por la ley- tendrán un bonito simulacro de guerra civil catalana. 
 
Y, ¿qué pasaría si, finalmente, todos los policías autonómicos se pusieran a disposición de los dirigentes de los partidos separatistas y se formaran como el ejército catalán con que algún descerebrado ha elucubrado profusamente, incluso haciendo una lista de las Unidades del Ejército español que querían quedarse para su nuevo chiringuito? 
 
Pues entonces si; entonces estaríamos ante un delito de sedición militar, y habría que mandar los tanques.  
 
¿De verdad piensan los separatistas llegar a ese extremo? ¿De verdad se creen que sus mozos de escuadra, tan duchos en esquivar y soportar bovinamente -por órdenes superiores, sin duda- las manifestaciones y algaradas de la ultraizquierda antisistema y anarcoide, podrían ofrecer alguna resistencia en una campaña militar? ¿De verdad se creen que los tanques -ellos son los primeros, si no los únicos que los nombran, porque anhelan verlos por sus calles para lloriquear a gusto en su victimismo- serían siquiera necesarios? 
 
¿O es que piensan que, junto a su presunto ejército de mozos de escuadra, contarían con las manadas de anarcodrogatas, de pijos antisistema, de guarros sin filiación? ¿De verdad creen que alguien en la UE se iba a escandalizar porque el Ejército, en cumplimiento de las órdenes de su legítimo Gobierno y de las leyes, le diera dos sopapos a los protagonistas de un golpe de Estado? ¿Esa misma UE que también tiene problemas de aldeanos separatistas en Francia, en Reino Unido, en Italia, en Bélgica? 
 
¿Y se piensan que, por muy pacato, timorato y cobarde que sea el Gobierno de España, la UE iba a consentir la secesión catalana sin mandarle a Rajoy una notita pidiéndole -exigiéndole- que ponga orden en su casa, porque se les alborota su propio gallinero? 
 
En fin, señores del separatismo catalán, déjense de tonterías, hagan frente a sus tres por ciento como hombrecitos, aguanten los añitos de cárcel -pocos, según costumbre- que les toquen, y dejen a los catalanes vivir en paz. 
 
Y dejen también en paz a los tanques, que con esas cosas no se juega. 

 

domingo, 5 de marzo de 2017

SOBRE LOS GRACIOSOS BASKOS.

Baskos, que -ya ustedes lo saben- no tienen nada que ver con los vascos.

Los baskos son los energúmenos, los de cerebro berroqueño, inútil para ninguna idea posterior al paleolítico, en el que anclan su odio, su aldeanismo y su estupidez.

Esto -hecha la presentación del basko- viene a cuento de ese programita de ETB1 -o sea, la televisión de Vascongadas que pagamos todos- que según El País se llama Euskalduna naiz, eta Zu? (Soy vascohablante, ¿y tu?).

En dicho programa, los paleolíticos baskos dicen que los prototipos de españoles son el “facha” el “paleto” la “choni” y el “progre.” Y esto, como pueden comprobar con la imagen siguiente, lo dicen así: fatxa, paletoa, txonia y progrea, lo cual demuestra la excelsa y ancestral cultura del -según el título del programa- vascohablante.

Lo cual no tiene nada de extraño, si tenemos en cuenta que -véanse estas otras imágenes- los vascohablantes -o, por decirlo con algo más de cultura- vascoparlantes, que se dedican al teatro, televisión o cine -o sea, que son actores- definen su profesión como aktorea.

De lo cual se deduce que, como indica una tal Miren Gaztañaga -que se dice aktorea- los españoles culturalmente con un poco atrasados

Y eso lo dice una señora que para definir su trabajo tiene que recurrir a escribir su ocupación en español, pero con faltas de ortografía.

Cosa que, por otra parte, debería molestar profundamente a otra señora -o lo que sea- que se define como aktibista feminista -eso si que es idioma propio para vascohablantes- pero que no protesta porque en su batúa lo mismo de aktorea sea la mujer que el hombre.

En el fondo, quizá todo esto no sean mas que las uvas verdes que desprecia la zorra de la fábula, cuando ve que no alcanza a cogerlas. Porque otra señorita -no creo que haya llegado a señora- se queja de la costumbre de piropear a la mujer. Algo que a ella -la imágen canta- difícilmente le puede haber ocurrido, y ya se sabe que la envidia es muy mala.

Por último, la aktibista feminista -toma vascohablante- rebuzna un qué asco me da esa bandera, en referencia a la de España.

¡Coño, menos mal! Gracias sean dadas a Dios.



martes, 21 de febrero de 2017

SOBRE LA PROPUESTA DE DON PEDRO SÁNCHEZ.


Don Pedro Sánchez, honorable -es un decir- particular que pretende volver a ser un ejemplo de derrota, de hundimiento y de ridículo; o sea: volver a mangonear en un PSOE hecho a su imagen y semejanza, lo que equivale a decir un partido arcaico, novecentista, troglodítico y de simple transición al rojerío estalinista. Vamos, lo normal en el PSOE, aunque en ciertos momentos el disfraz le haya funcionado antes de tirarse de cabeza al precipicio zapaterista y vulgar.

Don Pedro Sánchez propone, como cosa nueva, varias cuestiones. La primera -al menos así la señala 20 minutos, edición papel de Madrid, pág. 3-, erradicar la corrupción.

Lo cual estaría muy bien; sobre todo, si no lo dijera un señor en cuyo partido hay dos presidentes -recientes- de comunidad autónoma empapelados, y en cuya historia atesora aquellas minucias de Filesa, Malesa, Time Export, el papel del BOE, la Cruz Roja, Renfe... Y probablemente, muchos que se me olvidan. No parece, pues, que sea el PSOE el indicado para tirar demasiadas piedras. Se me dirá que son casos antiguos, que ya se lavaron; y me remitiré de nuevo a los dos presidentes autonómicos encausados.

Propone don Pedro Sánchez un modelo territorial estable y equilibrado; y para ello -siempre según el citado periódico- reformar la Constitución para definir una España federal perfeccionando el reconocimiento del carácter plurinacional del Estado.

Pensar que un Estado federal -porque lo que puede establecer una Constitución es la forma del Estado, no de España en sí- sería estable y equilibrado es de una candidez rayana en la idiocia. No hay mas que ver lo bien que funciona el Estado de las autonomías para suponer lo que sería el federal. O mejor aún: basta con echar la vista atrás y recordar las maravillas de la Primera República, cuando, por ejemplo, Jumilla se declaraba independiente de Murcia y le declaraba la guerra, o cuando el Cantón de Cartagena asolaba las costas mediterráneas de sus pueblos enemigos en la costa murciana, alicantina o almeriense.

¿Cosas antiguas, también? Evidentemente. Tan antiguas como el socialismo, más o menos. Pero también tan actuales como las propuestas actualísimas de los cartageneros separatistas de hoy, que no hace mucho afirmaban -véase Libertad Digital- su deseo de abandonar la comunidad autónoma de Murcia si no les dejaban formar su propia provincia. Y hasta separatistas castellanos, tócate las narices, Pedrito, y equilibra eso.

Desea don Pedro Sánchez detener el cambio climático. Casi nada. El solito, metiendo a España en la caverna, acabará con el cambio climático. Porque el es capaz, ya lo creo. Como Zapatero lo fue de aliarse con las civilizaciones, soltándole una pasta gansa -nuestra pasta- al gobierno dictatorial y golpista de Turquía, que eso es lo que se llama tener ojo a la hora de buscarse aliados democráticos. Pues don Pedro va a detener el cambio climático, se supone que haciendo que los españoles dejemos de consumir electricidad, porque las llamadas renovables no nos llegan ni para empezar y nos cuestan uno y la yema del otro; y de las nucleares, claro, ni hablamos. Venga, don Pedro; dígale a sus posibles votantes que van a tener que dejar de ver el Gran Hermano por falta de electricidad, que no van a poder guasapear porque no podrán recargar el móvil; que no podrán feisbuquear por no poder encender el ordenador; que la electricidad será racionada, y también el agua, porque eso de hacer pantanos es vicio fascista. Dígale a sus presuntos votantes que se olviden del coche, del aire acondicionado, de la calefacción, y de tantos otros vicios burgueses, y a la vuelta me lo cuenta.

Pero esto casi es lo de menos, puesto que don Pedro va a establecer un nuevo modelo económico. En ese nuevo modelo, quizá no sean necesarios los vehículos particulares, ni la energía eléctrica, ni los derivados del petróleo -no sólo la gasolina de los contaminantes coches, sino también el gas para cocinar-; tal vez no hagan falta los ladrillos, ni los pantanos, ni los trasvases, ni los trenes, ni los aviones. Porque en las cavernas todo eso está de mas, y ya nos podemos dar con un canto en los dientes si conseguimos un cacho de mamut que echar en el perolo.

También puede andar por ahí la intención de dar respuesta al envejecimiento de la población. Porque me parece razonable pensar que sin gas, ni electricidad, ni agua, la población va a envejecer poco. Al menos, la población autóctona, mal acostumbrada por décadas de comodidades burguesas, originarias del atroz fascismo que por primera vez en siglos nos dio la posibilidad de comer caliente -en muchos casos, simplemente de comer-, de beber agua potable, de calentar nuestras casas -esa es otra, la posibilidad de tener casa-, y de tener vehículo propio. Lo que demuestra la maldad del franquismo, por supuesto. 

Acostumbrados a tales dispendios, no sería extraño que la población española envejeciera poco. Tampoco sería extraño que -cosa de las matemáticas- disminuyera bastante. Así es que don Pedro -tan progresista, tan democrático, tan zapaterista- tendrá que importar gente joven de lugares donde -por desgracia- las futuras condiciones de la España sanchista, zapaterista, socialista, podemista, sean habituales desde hace siglos. O sea: güelcome refugees y otras cacarmenadas.

Y entre las medidas que propone, una con la que difícilmente se puede estar en desacuerdo: la jornada laboral de 30 horas semanales. A eso, don Pedro, me apunto. Sobre todo, si significa que todos los españoles -y los millones de extranjeros que tenemos entre nosotros- van a trabajar 30 horas semanales, todas las semanas. 

Si se trata -como me temo- de que habrá el mismo trabajo, pero repartido entre más gente -el socialismo siempre ha sido muy hábil a la hora de repartir la miseria, puesto que la crea en abundancia, y ya don Felipe González inició el camino con las empresas de trabajo temporal-, le diré a don Pedro Sánchez que se vaya a.... Bueno, mejor no lo digo, no sea que acabe mandándolo a hacer algo que en el fondo le guste y aún así algún fiscal me quiera tocar...


sábado, 11 de febrero de 2017

SOBRE LO PROMETIDO.

Lo que prometí hace unos días, a propósito de la publicación en este blog del libro que hubiera debido homenajear al maestro Rafael García Serrano en el primer -o segundo- aniversario de su muerte.

Ya ustedes saben -lo decía en el mismo escrito- que se está celebrando el centenario del nacimiento del maestro. Al leer en este diario mi propósito, algunas personas de las que colaboran en el evento han pensado que este pudiera ser un buen momento para retomar aquella iniciativa, y publicar aquél libro, con nuevas incorporaciones, y en la forma debida; esto es, en papel, que -por mucho que la tecnología nos quiera llevar por otros caminos, y nos permita una acumulación de otra manera imposible-, es la única forma decorosa que puede tener un libro.

Esto me coloca en una posición no demasiado airosa, puesto que por una parte había prometido publicarlo aquí; y por otra, si lo hago, podría restarle posibilidades a ese nuevo proyecto. Y -lo más importante- podría restarle brillantez al homenaje. Que es, en el fondo, lo importante.

Esta última razón es la que me lleva a suspender lo prometido, o al menos a aplazarlo. Espero que los amigos y camaradas que me lean entiendan mis razones, y espero que -esta vez sí- sea la buena, y aquél libro -aumentado y mejorado- vea la luz en este año particularmente significativo.

Y prometo -en firme y sin posible escapatoria- que si el proyecto no ha alcanzado la madurez de aquí al próximo mes de Octubre -aniversario, como es sabido, de la muerte del maestro Rafael- entonces si, sin excusa ni pretexto, lo ofreceré aquí como había avisado.

domingo, 5 de febrero de 2017

SOBRE EL CENTENARIO DE RAFAEL GARCÍA SERRANO.


Hace unos meses -el 12 de Octubre pasado-, en mi habitual homenaje al maestro Rafael recordaba que este año en que ya estamos se cumpliría el centenario de su nacimiento, y lanzaba la llamada a que, quien tuviera ocasión y posibilidad, pusiera en pie alguna conmemoración.

Gracias a Dios, alguien ha tenido la misma idea -porque mi vanidad no llega a suponer que fuera mi modesto escrito el que haya dado pie a ello- y está en marcha el homenaje que Rafael García Serrano merece o, al menos, el que nosotros -como bien nacidos- debemos.

A Rafael García Serrano -supongo- no le va a homenajear ningún estamento oficial. No le va a recordar la prensa, ni la radio, ni la tele. Y, conociendo el paño, mejor. Porque le homenajearemos, le recordaremos, le daremos gracias por su ejemplo y su maestría, los que le hemos conocido -algunos afortunados en persona; otros sólo por sus obras- y seguimos en lo que él siempre defendió: sus camaradas.

Aquí está la convocatoria, ya bien próxima:

*****

Sábado, 11 de febrero a las 17:30
Gran Hotel Velázquez
Calle Velázquez, 62, 28001 Madrid

Presentación y mesa redonda:
EDUARDO GARCÍA SERRANO, ANTONIO GIBELLO, ENRIQUE DE AGUINAGA, RAFAEL IBÁÑEZ, JUSTO GÓMEZ, FERNANDO PAZ, KIKO MÉNDEZ MONASTERIO, JOSÉ JAVIER ESPARZA.

Al finalizar, cena homenaje en el mismo lugar, 50 € / cubierto.
Las reservas habrán de realizarse en centenario.rgs@gmail.com, antes del 9 de febrero, indicando nombre, apellidos y número de comensales.

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Por mi parte -independientemente de que, por supuesto, me sumo a esa convocatoria- ofreceré desde este diario, durante diversos días, el libro de homenaje que quisimos hacer, desde Juntas Españolas, hace ya muchos años. Aquél libro nunca vio la imprenta ni la luz, y creo que ya es hora de que vea, por lo menos, la segunda. 

Algunos de sus creadores ya han fallecido, a otros les he perdido la pista, y solamente cuento con el permiso de Arturo Robsy y Ángel Palomino (¡Presentes!), para dar al público sus palabras. Amén, evidentemente, del mío propio para la parte que me toca.

Si alguien de los que entonces fueron llamados y respondieron gallardamente, tuviera ahora inconveniente para que se publicara su colaboración -en este diario y, evidentemente, sin ánimo de lucro- no tiene mas que comunicármelo en la dirección de correo para contactos que figura en la parte superior de la columna lateral. Por mi parte, no quiero arrogarme mayor mérito que el de haber conservado aquellos originales durante casi treinta años, y darles ahora el destino para el que fueron creados.

viernes, 3 de febrero de 2017

SOBRE LAS VÍCTIMAS DEL SEPARATISMO CATALÁN.


Para los fundamentalistas del separatismo catalán, los pobrecitos chorizos arrestados ayer bajo las acusaciones de organización criminal, cohecho, tráfico de influencias, prevaricación, financiación ilegal de partidos políticos, blanqueo de capitales y malversación de caudales públicos, son víctimas de una persecución política de Madrit.

Los fundamentalistas del separatismo catalán son muy aficionados a las anteojeras, de manera que -lo mismo que los burros en torno a la noria- no ven mas que de frente, por la estrecha franja que sus amos les permiten. No ven, pues, que sus dirigentes separatistas son los que les han estado robando, y no esa España a la que le han mandado odiar, porque el separatismo catalán no puede vivir sin odio. 

No ven que ese tres por ciento -que no se lo ha inventado Rajoy, porque ya lo había denunciado otro separatista, Maragall-, o ese siete por ciento que dicen otras investigaciones, no se ha ido a las cuentas suizas del PP, sino a las cuentas de sus propios amos. Y no ven que ese tres -o siete- por ciento no ha salido de las arcas de Montoro, ni salió anteriormente de las de Solbes, sino que ha salido de las cuentas de la Generalidad de Cataluña, que -según los datos- concedía contratos públicos a las empresas -en muchas ocasiones también públicas- que le entregaban un porcentaje de esos contratos a los partidos que mangoneaban en la licitación.

O sea, y para ver si los separatistas lo entienden: los partidos separatistas se han estado quedando -después de darle un paseo por otras cuentas de empresas afines a los euros- con parte de los presupuestos de la Generalidad, o de los Ayuntamientos. Dinero que el Estado, o los propios ciudadanos de Cataluña, habían entregado para pagar obras, si, pero licitadas a su precio justo; para la dependencia, para escuelas, para sanidad, para fomento del empleo... y no para beneficio de partidos ladrones y prevaricadores. Se lo han robado a ellos, a los habitantes de Cataluña, no a esa España que lo único que les ha robado es un Gobierno autónomo justo y limpio.

Y todo esto no ha salido de un Gobierno de Madrit que les haya mandado a la Guardia Civil a perseguir independentistas; todo esto ha salido de una denuncia que, en su día, interpuso -véase Libertad Digital- la exconcejal de ERC en Torredembarra Montserrat Gasulla sobre las adjudicaciones del alcalde convergente.


jueves, 2 de febrero de 2017

SOBRE LA ANA ROSA.


Supongo que los habituales ya están al tanto de mi intención de escribir siempre con la máxima corrección que me sea posible. En manos de otros quede dilucidar si lo consigo o no, y hasta dónde. 

El caso es que en mi ya lejano Bachiller, aprendíamos -casi todos- a escribir y hablar con cierto decoro y, por tanto, se perfectamente que colocar un la delante del nombre de una persona tiene un significado despectivo y menospreciante en el idioma español. Y de ahí que lo haya escrito ante el nombre de esa individua llamada Ana Rosa Quintana. Y que lo explique, no sea que alguien me tome el número cambiado y entienda como falta de corrección -que las tendré, por supuesto, pero no en este caso- lo que es lisa y llanamente desprecio hacia una mengana -acaso fulana- que siempre ha parecido tonta y ahora lo demuestra.

Parece que la Ana Rosa -véanlo en La Gaceta, si gustan- dijo que le parecía bien que le hubieran partido la cara, a esa chica de Murcia a la que una recua de mulos y mulas -discúlpenme los de la acera de en medio, pero es que el mulo es de por sí un animal generalmente estéril- dio una salvaje paliza por llevar una pulsera con la Bandera de España. Lo dijo, claro, fuera de cámara, aunque no fuera de micrófono, por lo que se pudo escuchar. 

Por supuesto, no espero que a la Ana Rosa la enchiqueren por un delito de xenofobia -porque es evidente que los españoles somos de algún lugar distinto a la zahúrda en que viven estos gorrinos-; por un delito de odio ideológico, por un delito de incitación a la violencia en general, y de género en particular o -en su caso-, por gilipollas, que hoy en día no es delito, pero está claro que debería serlo. Aunque entonces no habría casi nadie por la calle.

Otro guarro de la misma cochiquera, el ya más que aburrido Guillermito Toledo -actorcete fracasado, vago cum laude y tontolaba máximo- también se ha sumado a la jauría de perros rabiosos -a lobos no llegan ni de coña, los mamones- declarando que la agresión de ocho o diez hideputas a una chica sola era justicia poética.

Espero que, en justa reciprocidad, el día que alguien le pegue dos bofetadas al Guillermito, o media colleja a la Ana Rosa, digan que es una muestra de justicia épica, de novela caballeresca o -por ponérselo fácil a los papanatas- de donde las dan las toman.

Porque, por mucho que la autodenominada Coordinadora Antifascista de Madrid -o sea, dos mamarrachos que viven del cuento, y seis idiotas que se lo creen- justifiquen la brutal paliza diciendo que es legítima la autodefensa en nuestros barrios, y que la izquierda radical -ellos nunca son de ultraizquierda, claro-  sufre la violencia y la barbarie fascista en sus calles, el hecho es que se juntaron ocho o diez cabrones -y cabronas, no se me ofendan las feministas- para pegarle a una chica sola. ¿Cual es pues la autodefensa, la violencia y la barbarie? Pues evidentemente, la de una chica sola que no hace mas que llevar una pulsera con la bandera del país donde ha nacido y donde vive. Los guarros -puercos, gorrinos, hideputas....- deben haber nacido todos en la Unión Soviética, o ser incluso más tontos de lo que ya parecen. O más vagos y maleantes, por recordar la clasificación que hacía de esta gentuza la Ley segundorepublicana de don Manuel Azaña.

Y para remate, llega Pablito -el señorito Iglesias, digo- y se declara antifascista. Como Stalin, que es lo moderno y lo actual. Para ser demócrata hay que ser antifascistas. Atocha, hermanos, nosotros no olvidamos, escribió en Twitter.

Lo cual me agrada muchísimo, porque indica donde estamos -es decir, por marzo o abril del 36- y hacia donde vamos.  Incluso me justifica para decir que nosotros tampoco olvidamos Paracuellos, citado sea como símbolo de tantas matanzas como los rojos llevan cometidas.

Y me confirma en la idea de que es legítima la autodefensa en nuestros barrios, que es una frase tan pronunciable por los rojos de mierda como por mi mismo, fascista y todo eso que ya saben ustedes. 


Así es que ¡hale!; vengan pasando de diez en diez, y luego no vengan con lloriqueos.



miércoles, 25 de enero de 2017

SOBRE LOS PRINCIPIOS DE LOS CIUDADANOS DESPELOTADOS.


Despelotados, porque como seguramente ustedes recuerden, el principio de Ciudadanos fue la imagen del señor Rivera en pelota picada como reclamo electoral, lo cual demostró -desde el principio- dos cosas: que el señor Rivera tiene unalto concepto de sí mismo, y que lo único que tienen para ofrecer es la pura fachada.

Bien; pues ahora, Ciudadanos expedienta a dos ediles por permitir dar una calle al dueño de un bar profranquista. La cosa -según cuenta El País- es que dos concejales de ese despelotamiento ciudadanista han permitido con su abstención que en Almuradiel (Ciudad Real) se le ponga a una calle el nombre del dueño del bar profranquista Casa Pepe, Juan Navarro, que falleció en noviembre de 2014, que convirtió el bar que regentaba en Despeñaperros (entre Ciudad Real y Jaén) en un homenaje a la dictadura del general Francisco Franco.

Delito inexcusable, eso de tener opinión propia y manifestarla, como si existiera un artículo 20 en esa Constitución que adoran -como becerro de oro- estos gorrinos de mierda. Delito inexcusable, pecado nefando, el de trabajar incansable y honradamente -cosas de por si inconcebibles para los paniaguados de esta cacocracia, o sea, gobierno de los cacos, que padecemos-; el de ofrecer un servicio impecable, unas atenciones inmejorables, un ambiente educado y limpio en el que hacer un alto y tomarse un café, o comer magníficamente a precio de trabajadores, no de chulos de tarjeta black.

Pero estos Ciudadanos del despelote, siempre condenarán la dedicatoria de una calle a una persona cuya ideología es abiertamente contraria a los principios y valores democráticos que defiende nuestra formación.

Es decir: no se oponen a dedicar una calle porque piensen que el homenajeado no ha hecho méritos para ello, sino por sus ideas. Puede haber hecho cosas buenas -como así fue, de hecho, pues patrocinaba equipos deportivos y actividades diversas de la comunidad-, pero como tuvo las ideas que tuvo, hay que condenarle por su ideología.

Espero que -inmediatamente- los Ciudadanos despelotados exijan la retirada de los nombres de calles como Largo Caballero (el Lenin español), Dolores Ibárruri (la Pasionaria), Luis Araquistáin, Manuel Azaña (el de los "tiros a la barriga" de Casas Viejas), Vicente Rojo, Segunda República, 5º Regimiento, 14 de abril,  Milicias republicanas, Enrique Lister, Juan Modesto, General Miaja y un etcétera tan largo como se quiera, todas ellas dedicadas a personas, fechas u organizaciones que sólo un necio puede considerar afectas a los principios democráticos salvo que el despelote ciudadánico lleve entre sus principios la apología del golpe de Estado (elecciones municipales que cambian un régimen, revolución de Asturias, 1934), la disculpa del asesinato político avisado en sesión parlamentaria, o la glorificación de militares guerracivilistas o de milicias radicalmente estalinistas.

Espero, ni que decir tiene, cómodamente sentado, porque los pánfilos de esta memocracia no tienen ideas, sino antipatías. Se que repito mucho esta sentencia de Longanessi, pero es que no hay definición mejor para tanto mamarracho.



sábado, 7 de enero de 2017

SOBRE LA "SEMANA DE ORACIÓN POR LA UNIDAD CRISTIANA".

Que promueve el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos en un documento donde se dicen cosas como estas: los cristianos luteranos y católicos “conmemorarán por primera vez juntos el comienzo de la Reforma;” “los católicos ahora son capaces de prestar sus oídos a los desafíos de Lutero para la Iglesia de hoy, reconociéndole como un ‘testigo del evangelio.

Teniendo en cuenta -como siempre aviso- que no soy especialista en el tema, sino católico del montón, probablemente muy malo, no voy a meterme en profundidades teológicas que me caen grandes. Llevo tiempo diciendo que protestante -en sus miles de versiones- son los que no tienen los santos... -en fin ustedes ya me entienden- de ser católicos. 

Teologías aparte, sólo quiero decir que, si la jerarquía eclesiástica conmemora el comienzo de la Reforma, y Lutero es un testigo del evangelio, exijo que el cura Paco -que pertenece a la Compañía de Jesús, creación de Ignacio de Loyola para combatir la Reforma, precisamente- devuelva a España cuanto perdimos por defender la Fe , comenzando por la salud del Emperador Carlos y la vida de los soldados de los Tercios que por ella se la dejaron en el campo -incluido Don Juan de Austria-; siguiendo por los Países Bajos, y continuando por los miles de millones invertidos en seguir las directrices del Papado.

Ni siquiera voy a pedir que los católicos -los que aún lo sigamos siendo en lo sustancial- procedamos a orar -no una semana, sino permanentemente- por la conversión del Papa, como aquellos magníficos tradicionalistas de finales del XIX y principios del XX.

jueves, 5 de enero de 2017

SOBRE LA PETICIÓN REITERADA.

Que, como ustedes saben si me hacen la merced de leerme habitualmente, es la que indica la viñeta.

Este dibujo -no tanto chiste como sarcasmo-, fue publicado hace ya muchos años; algo así como 36, si Pitágoras no mentía. No se puede decir que esta petición haya sido muy atendida hasta ahora, pero estarán ustedes conmigo en que el año recién acabado estuvo la cosa a puntito, con el suicida político señor Sánchez de la manita del chulo señor Iglesias, podemita maleducado.

Y no es que yo sea monárquico -a la vista está en la viñeta de referencia- entre otras cosas porque la monarquía borbónica es incompatible con la decencia de la vida pública a que aspira cualquier persona de bien; antes al contrario, soy republicano. Pero en ningún caso de esa reedición de la Segunda República que se traen bajo el brazo los socialistas y los comunistas y los antisistema y los gilipollas. 

Porque esta gente no quiere una República que limpie la vida pública, que tire a la basura la corrupción, el amiguismo, el enchufismo, el nepotismo y tantas otras delicias como disfrutan los paniaguados del sistema actual. No quieren una República que tire a a basura lo viejo, lo inútil, lo innecesario, lo zafio y grosero. 

No. Ellos quieren una Segunda República bis; una reedición de la hedionda República de sangre -azañistas tiros a la barriga- y de mierda; de robos, asesinatos y zafiedad inmunda. Porque ellos son así: zafios, groseros, hediondos.

Muy lejos de la República a la que un servidor se apunta sin dudarlo: la República Nacionalsindicalista.

miércoles, 28 de diciembre de 2016

SOBRE LO TÍPICO.


Que en este día es, evidentemente, la tradición de las inocentadas.

Saben mis habituales que en esta fecha tengo por costumbre recordar titulares de prensa que nos recuerden que nuestros amados políticos viven en un continuo día 28 de diciembre. Acaso sin siquiera darse cuenta, porque viven en su mundo, que nada tiene que ver con el nuestro. 

José Antonio lo describió muy bien (1): 

Creen (...) que el mundo es ese mundo que se ve con la linterna mágica del Parlamento. Encerrados en el Parlamento se creen en posesión de los hilos de España. Pero fuera hierve una España que ha despreciado el juguete. La España de los trágicos destinos, la que, por vocación de águila imperial, no sirve para cotorra amaestrada de Parlamento. 

Salvando la distancia de 83 años, que ha convertido a la España de los trágicos destinos en una España de zafios destinos, y que ya no sabe ni qué coño es un águila imperial y sólo entiende de gallinas, la cosa es así. España se desentiende cada vez más de la política y -con vocación, en este caso, de avestruz- no se para a pensar que la política no se desentiende de ellos.

Porque nuestros políticos -tan memócratas-, nuestros giliprogres, nuestros papanatas aldeanos, nuestros rojos cavernícolas, nuestros trogloditas antifranquistas -que siguen viviendo cojonudamente contra Franco- nuestros bastardos regionales, nuestros bolcheviques de salón de actos de Instituto, nuestras cortesanas con complejo de modelo de lencería y una tajada tan soberana como para no distinguir una capilla de un burdel; toda esta fauna obtusa y roma -a veces municipal y siempre espesa- que nos ha caído encima desde hace décadas, no deja de pensar que el mundo es esa mierda de hemicirco donde hozan como gorrinos. Así es que, ¿para qué poner ejemplos de las permanentes inocentadas a que nos someten?

Para qué hablar del tancredo Mariano. Del señorito Sánchez, profuso perdedor, empeñado en hundir al PSOE cada día un poquito más y en defender su ruinosa dirección, navaja cabritera en mano, ante sus propios compinches; cosa que a mí no me molesta -antes bien, me regocija- pero que marca el estilo de la época.


Para qué hablar del señorito Iglesias, matón tabernario de patio de instituto que defenestra a quien -dentro de su recua- no le ríe las gracietas, y que se permite amonestar a diestra y siniestra -más a diestra, evidentemente- mientras exculpa a sus propios especuladores inmobiliarios, contratadores irregulares, becarios prevaricadores y exhibicionistas municipales.



De los separatistas catalanes, que se emperran en hablar de tanques porque saben que no hay gónadas para tomarles la palabra, ya que insisten. De los socialistas -con o sin graduación- que se escandalizan por la corrupción del PP y ni siquiera leen los titulares donde se anuncia el procesamiento de dos de sus expresidentes regionales. 

En fin, para qué hablar de nada de esta actualidad esperpéntica, esquizofrénica y grosera en un día como hoy, si lo mismo viene ocurriendo en otra fecha cualquiera a lo largo del año, de los lustros y de las décadas.

                    
(1) La victoria sin alas. FE., núm. 1, 7 de diciembre de 1933. Tachado entonces por la censura. Reproducido en Arriba, núm. 23, 12 de diciembre de 1935.

sábado, 24 de diciembre de 2016

SOBRE LO DE CADA AÑO.

Que es, por esta fecha, la conmemoración del nacimiento del Hijo de Dios, se pongan como se pongan los papanatas y los mamarrachos.

Se que no es demasiado cristiano lo que suelo decir en estos días, pero comprendan que -a efectos de este diario- me invade el espíritu navideño de los tres meses de compras compulsivas, de los papás noeles y -a poco que la señora CaCarmena y sus alegres chicas del bolchevismo feminista metan baza- mamás noelas.

O sea, que poco cristiano y tan poco católico como el mismísimo cura Paco, salvo hacia quienes no tragan con el ectoplasma de unas Navidades hechas a la imagen y semejanza de los palurdos eternamente deslumbrados por el más cursi esnobismo.

Por supuesto, sin la menor compasión, ni caridad, ni amor fraterno, ni leches, hacia los que celebran -solsticio de invierno- un acontecimiento astronómico, y que por presumir de laicos caen en el más puro panteísmo. Como la referida tribu de la señora CaCarmena.

Así es que, como de costumbre, deseo una Feliz Navidad a quienes saben que esta noche nos nace Dios, que se hace hombre en Su Hijo.

Y al resto, como de costumbre también, que les vayan dando.

miércoles, 21 de diciembre de 2016

SOBRE EL NUEVO ATENTADO.


Que no es el del asesinato múltiple en Berlín -eso es lo habitual en esta sociedad europea y floja- sino el de los medios de comunicación españoles.

Medios de comunicación -de desinformación e intoxicación, más bien- que de la desgracia y el crimen hacen propaganda política. Y si, son los medios. Porque los partidos políticos están en su papel al afirmar ante los posibles electores lo que opinan sobre lo que pasa; de identificar los problemas y de proponer soluciones. Pero los periodistuchos y tertulianines que aprovechan una matanza en Berlín para clamar contra la "ultraderecha" que se muestra hasta donde no digan dueñas de los atentados, están haciendo propaganda política. Propaganda política "antifascista", evidentemente. Como si aún les pagara la III Internacional y tuvieran que congraciarse con sus amos, llegando a la desfachatez de afirmar que los atentados islámicos benefician a la "ultraderecha" alemana o francesa. Vamos, que en cuanto les aflojen un poco más la mosca, dirán que los crímenes han sido cometidos por los "ultras".

Y no se cansan de clamar contra la "xenofobia de la ultraderecha," por más que los partidos que tertulianuchos y periodistines tildan de fascistas no pidan mas que el cumplimiento de las leyes y que se acote el desparrame de buenismo suicida. Porque las "ultraderechas" europeas -hasta donde alcanzo a saber, que es, sin duda, más que los parlanchines necios- no reniegan del extranjero por ser extranjero, ni exigen cerrar la frontera a cal y canto, como en su día hiciera el bolchevismo soviético. Lo que piden es que no se permita la entrada de cualquiera que venga aunque no cumpla unas mínimas condiciones de adaptación a su nueva residencia, y de respeto a las leyes, normas y costumbres de quienes les acogen.

Porque lo contrario -la autoreclusión en barrios cerrados y costumbres originarias- no hace sino fomentar la posibilidad de terroristas de segunda generación; o sea, los hijos de los inmigrantes, ya nacidos en Europa, que se sienten excluidos por los países que acogieron a sus padres, pero a los que no se sienten ligados.

No dejan los periodistas y tertulianos de asombrarse porque a veces los terroristas islámicos tienen la nacionalidad del país -Francia, Alemania, España- donde cometen sus fechorías. Y no entienden que, por mucho que tengan la nacionalidad por nacimiento -ius soli- no están integrados en sus respectivos países. No sienten, no piensan, no viven como alemanes, franceses o españoles; viven y piensan y sienten como enemigos de sus propios conciudadanos, a los que odian y a los que anhelan sojuzgar y -llegado el caso- exterminar.

Y no entienden que esto es así por una razón simple: los hijos de esos inmigrantes musulmanes -la segunda generación- se encuentra generalmente apartada de una sociedad que no les ofrece trabajo, ni vivienda, ni proyecto de vida; que los tiene apartados, en guetos medio autoimpuestos y medio obligados por la sociedad que no se esfuerza en integrarlos. 

La única manera de poderlos integrar es que tengan trabajo, vivienda -ganada con su esfuerzo, no regalada por ser distintos a los desgraciados que pagan impuestos-, proyecto de vida. 

Y la única manera de podérselo ofrecer, y que la segunda generación de inmigrantes no se revuelva contra sus países de nacimiento, es que no entren más nuevos inmigrantes de aquellos que la sociedad puede acoger. 

Lo contrario -lo que se lleva haciendo décadas- no es sino sembrar el terrorismo futuro.

miércoles, 7 de diciembre de 2016

SOBRE MI AMIGO ESPARTANO.

Amigo, no pensaba traerte a este diario, donde tanta basura, tanta estupidez, tanta zafiedad tengo que comentar cuando no me vence el aburrimiento de una actualidad esperpéntica.

No quería mezclarte en esta zahúrda de miserias; pero, pese a lo que aquí me veo obligado a comentar, esta sigue siendo mi casa virtual, y en mi casa siempre tienes las puertas abiertas.

No quería mezclarte en la mezquindad actual, pero tu hijo -mi casi sobrino- me dijo que escribiera algo bonito. Me lo dijo -¡fíjate qué hijos has criado, y qué orgulloso puedes estar de ellos!- mientras me consolaban a mi por tu pérdida. Porque -lo sabes- al final me pudo el corazón, no logré mantener la serenidad para apoyarlos, y di rienda suelta a mi propio dolor mientras me abrazaba a ellos. Y a ti.

No se si de aquí saldrá algo bonito, si saldrá regular o siquiera legible. Se que nunca podrá salir lo que tu te mereces, y con la tristeza de saber que no estaré a la altura me pongo a la faena.

Y también con la nostalgia de esas conversaciones que ya no tendremos; de esos tiros a un bote que ya no pegaremos mano a mano; de esas cervezas, caducadas de cuatro o cinco años, que tan bien nos supieron, o de las que te esperan en mi casa, junto a las aceitunas y las almendras.

Quizá no sea nostalgia la palabra. La nostalgia es la tristeza por la ausencia, y se que tu no sólo no estás ausente de nuestras vidas, sino que estás -si cabe- más presente. Porque antes estabas con uno, dos, tres de nosotros; y ahora estás con todos.

Porque, ¿sabes?, no te has ido. No nos da la gana de que te hayas ido, así es que sigues con nosotros. Con todos y cada uno. Te has ido como un espartano, luchando como un león, peleando con uñas y dientes -y a mordiscos, cuando ha hecho falta- porque la única forma digna de irse -de volver- es sobre el escudo.

 Y los que vuelven sobre el escudo, siempre permanecen.

Te has ido porque el cuerpo tiene sus límites, porque las fuerzas físicas se agotan, porque somos mortales y hemos de morir. Pero tu espíritu no se ha rendido, no se ha doblado, no se ha permitido un descanso ni una derrota. Tu espíritu de león espartano que, en la adversidad, sacaba fuerzas para animar a quienes te rodeaban.

Nos has dejado -sólo por ahora- con un ejemplo de dignidad, de fortaleza y de valor. Con la dignidad de un Cónsul romano, la fortaleza de un león y el valor de un espartano.

Quiero decir tantas cosas que me lío. En las horas de insomnio es más fácil, todo cuadra, todo se hila; pero a la hora de ponerlo sobre el papel -sobre la pantalla- se deslavaza y sale a trompicones.

Se preguntarán los que lean a santo de qué viene tanto hablar de espartano. Tu lo sabes, amigo; lo sabe tu familia, y lo se yo. El resto, me harán la merced de aceptar mi palabra.

Los que no te conocieron -los que si te conocían y valen la pena no lo necesitan- también aceptarán mi palabra si digo que fuiste -eres- un hombre de bien, un amigo de los que están cuando hacen falta, de los que saltan sobre cientos de kilómetros cuando se les necesita. De los que hacen mejor este mundo. De los que dejan huella en el alma, no sólo en la memoria.


Por eso, Iñaki -amigo, hermano- no le pido a Dios que te acoja. Se que estás con Él y, por eso, lo que te pido -a ti, espartano- es que nos eches una manita.

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