Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

jueves, 13 de febrero de 2020

SOBRE EXALTACIONES Y APOLOGÍAS.

Las que ven todos los indocumentados, los incultos, los tontos y los hideputas en cuanto no se miente sobre Franco. 

El problema, para ellos, es que la realidad fue la que fue, es la que es, y lo seguirá siendo aunque se pasen por el refajo la Constitución que ellos -o sus padres políticos- parieron.

Si gustan, vean mi opinión en El Correo de Madrid.


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