Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

miércoles, 1 de octubre de 2014

SOBRE FRANCO Y LOS JUDÍOS, OTRA VEZ

Y no se cuántas van, porque la gilipollez es oceánica, interminable, infinita.

Esta vez ha sido La Gaceta -lo normal- el panfleto que, comentando la concesión del título de 'Justo entre las Naciones' al diplomático español Romero Radigales, decía:

Las reticencias del régimen de Franco hicieron que los sefardíes de Salónica, un grupo cercano a las 800 personas, terminarán encerrados en el campo de Bergen Belsen (en el estado alemán de Baja Sajonia). Pero Romero Radigales no cejó en su empeño por salvarlos y siguió enviando informes jurídicos insistiendo en que se trataba de un error. Su esfuerzo dio finalmente frutos y, tras seis meses de cautiverio, fueron liberados y trasladados al Marruecos español con documentos de viaje firmados por el diplomático español.

Bien; ahí, con un par. Los embajadores de Franco hacían lo que les salía de los entorchados en contra del Estado que representaban ¿verdad, gacetilleros míos? Normal: acostumbrados a que en la mierda de sistema actual cada cual tira para su lado, hace lo que le sale de las gónadas, se pasa por el refajo al Gobierno, a los Ministros y -lo que es peor- a las Leyes, piensan que esta -como la define mi camarada Eloy- democaca, es lo normal.

Y todo con tal de no admitir una realidad que es Historia: que Franco, porque le parecía justo y porque le dio la gana, ordenó a sus embajadores que usaran -con amplitud interpretativa- un Decreto de la época del General Primo de Rivera, que concedía la nacionalidad española a los sefardíes.

Pero, como por mucho que yo se lo diga, que la Historia lo diga, que la realidad lo diga, ellos -tan encantados de ser de derechas- no van a dejar que se les pase la oportunidad de congraciarse con el rojerío, mejor será que les deje con los testimonios de los más interesados en el tema: los judíos. La referencia la tienen en este mismo diario, en una entrada de junio del 2010 -porque para los tontos el tiempo no pasa, y siempre están en la misma vuelta de noria-, y en Minuto Digital:



* * * * *

"El pueblo judío y el Estado de Israel recuerdan la actitud humanitaria adoptada por España durante la era hitleriana, cuando dieron ayuda y protección a muchas víctimas del nazismo".
Golda Meir en el Parlamento israelí, Knesset, el 10 de Febrero de 1959.

"Al régimen de Franco, aunque aliado de Hitler, no le complacían las violentas persecuciones antijudías. España dio refugio a numerosas familias judías, que huían del infierno nazi durante la Segunda Guerra Mundial. España había ido incluso más lejos: Madrid había autorizado a los cónsules españoles en Europa oriental y central a conceder pasaportes españoles a los judíos cuyos apellidos tuviesen una identidad histórica española, como Toledano, Bejarano, Castro, … lo que salvó a cientos de judíos, sobre todo en Rumanía, de la deportación hacia los campos de muerte hitlerianos".
Declaraciones a El País (1989) de Isser Harel, antiguo jefe del Shin Beth y del Mossad, los dos principales servicios secretos israelíes.

"El poder judío no fue capaz de cambiar la política de Rooselvetl hacia los judíos durante la II Guerra Mundial. El único país de Europa que de verdad echó una mano a los judíos fue un país en el que no había ninguna influencia judía: España, que salvó más judíos que todas las democracias juntas. Es todo muy complejo".
Shlomo Ben Ami, Ministro de Asuntos Exteriores de Israel y primer embajador de Israel en España, entrevista en Época, 1991.

"La España de Franco fue un refugio importante de judíos que se arriesgaron a venir, escapando de la Francia de la libertad, la fraternidad y la igualdad. No quiero defender a Franco, pero en la II Guerra Mundial muchos judíos se salvaron en España e ignorarlo es ignorar la historia".
Israel Singer, Presidente del Congreso Mundial Judío, entrevista de El Mundo, 2005.


Publicidad: