Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

sábado, 12 de mayo de 2012

SOBRE LOS COMENTARIOS DE PUBLICO.

Comentarios que realizan los energúmenos que trapichean en ese panfleto del multimillonario Roures, y que me facilita mi camarada Arturo con esta presentación:

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He visto los comentarios, todos rojos, y está claro que esta gentuza ha sido mordida en el cerebro por el rojerío. Puros zombies de Lenin.

También veo que los pocos mensajes normales han sido retirados por imposición de estos amantes de la libertad. Si por ellos fuera, la próxima confrontación contra España será a muerte. Preocupante.

Me río al pensar lo que sentirá el PP al ver que los llaman ultraderechos. Ay, qué susto. Y temen a una especie de insulto fabricado desde los años 20 por el comunismo sarnoso. Ni imaginación para crearlos nuevos. Pero lo harán y no tardaremos mucho en ver que Hijos de España se usa en ese sentido. Al tiempo.

Arturo.

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Yo no los había visto -ando más cortito de tiempo que de costumbre- y le agradezco la información en lo que vale. Si quieren ustedes solazarse, véanlos.
 
Arturo, como siempre, acierta de pleno. Esos elementos -y elementas, y elementes- que pezuñean en Público, son calcos, clones, de la canalla segundorepublicana. Son el producto del vertedero de la Historia, la pus del absceso tontiprogre, el resultado de la idiotez anarconihilista, de la ausencia de pensamiento y del encefalograma plano.

Estos hideputas que comentan en Público son puramente cobardes, charlatanes topiqueros sin una idea en la cabeza y sin más bagaje cultural que los estereotipos del rojerío mugriento.

Lo cual, todo sea dicho, me conforta. Porque es evidente que, llegado el momento, los volveremos a correr a gorrazos.

Es más: dado que tan combativos se muestran estos rojetes de guardarropía, me permitiría sugerir a la Delegada del Gobierno en Madrid -a la que tanto critican por permitir el uso de un derecho constitucional- que nos deje un descampado majo, donde los rojos de mierda y nosotros nos podamos decir cositas, y resolver el asunto sin presencia de terceros.

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