Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

lunes, 19 de julio de 2010

SOBRE LAS BARRICADAS.

Lo cuenta Qué! -edición papel, Madrid, pág. 4-:
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Así es como explica "Jota", joven de 17 años, los antecedentes de la batalla campal que se vivió este fin de semana durante las fiestas de Torrelodones.
La gente empezó a insultar a la Policía, hubo algunos empujones y alguien tiró una botella a una "lechera". Entonces empezó la bronca.
Éramos unos 600 y todo el mundo tiraba botellas y piedras. Algunos hicieron barricadas para para evitar las pelotas que disparaban y seguir tirando cosas.
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Así dicho, parece que ese batallón de jovenes -y jóvenas, que hubiese dicho doña Carmen Romero, ex de González, que no todo el pijerío idiomicida es cosa de doña Bibiana- estuviera, al fin, protestando por el desempleo juvenil; por el bajísimo nivel educativo; por los trabajos basura y la esclavitud de las ETT.
Que protestasen airadamente contra la corrupción política, contra la usura bancaria, contra las multimillonarias ayudas estatales a los bancos, contra la burocracia de tres administraciones distintas para un mismo papeleo; contra el racismo y la xenofobia de los inmigrantes hacia los españoles; por la discriminación por razón de raza o nacimiento o religión a favor de los foráneos.
Que levantasen barricadas exigiendo contundencia contra la criminalidad, aplicación de las leyes por igual a todos los ciudadanos, reducción de los astronómicos sueldos de algunos políticos, y algún mayor decoro en los de todos.
Que apedreasen a la Policia que les impedía protestar por la subida del IVA, por la subida trimestral de la energía eléctrica que se prevee; por la insolencia del separatismo insolidario y trincón.
Todo esto parecería lógico y -dentro de lo que cabe- normal en una juventud que siempre ha tenido, como mayor tesoro, la rebeldía. A veces sin causa, y a veces con ella.
Pero no. Los jovenes de la noticia protestaban, hacían barricadas, apedreaban a la Policía, porque la organización de las fiestas les dijo que ya estaba bien de botellón.
Sin palabras.

SOBRE EL MUSEO DE TOLEDO.

Carta de mi camarada Jesús Flores Thies, Coronel de Artillería-retirado, en respuesta a un artículo sobre el nuevo Museo del Ejército en Toledo, escrita por el que ha sido hasta hace unos meses su Director.
Ambas se han publicado en la Revista Atenea.

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CARTA AL GENERAL NUÑEZ MARTINEZ SOBRE EL MUSEO DE TOLEDO
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Mi general:
He leído tus comentarios en ATENEA sobre el Museo Militar de Toledo, y al hilo de tus palabras, quiero comentarte lo siguiente:
Escribes que “(.…) y conseguir que el resultado final de tan discutida decisión como fue el traslado del Museo resultase en un beneficio para el patrimonio cultural español. Beneficio que conviene recordar que tenía dos vertientes: de un lado ampliar los espacios destinados al Museo del Prado y del otro dotar al Museo del Ejército de unas instalaciones que hasta el momento eran insuficientes”.
Lo de las dos vertientes no es del todo cierto, porque cuando se decidió desahuciar el Museo del Ejército de Madrid (idea de la socialista Alborch), se hizo con la insana intención de hacer sitio para el Prado, sin que se dijera nada de mejorar el museo expulsado (posteriormente por el “PoPular” Aznar). Lo que se sacó del Palacio del Buen Retiro, no tenía sitio previo para reinstalarse cuando ya se iniciaba el desalojo. Se empezó a hablar de meterlo, entre otros lugares posibles, en el cuartel de Conde Duque o en el del Infante don Juan, y parte se empezó a almacenar en los sótanos de la Escuela Superior del Ejército; unas pieza de artillería se enviaron a “Baterías” en Segovia, donde se morían de herrumbre y abandono, etc.
No es admisible lo de la “nostálgica visión”, porque somos muchos los que seguimos considerando aquel Museo desahuciado, como algo más que una continuada exposición de trofeos y cuadros, cerámica…., al estilo “Moneo”, especialmente en todo lo expuesto anterior al siglo XX. Durante muchos años, ese museo se ha visitado así y se consideraba, tal como estaba, como uno de los mejores del mundo. No nos imaginamos a “Los Inválidos” modificado por las ”nuevas ideas museísticas”.
Otras zonas del antiguo museo sí necesitaban un menor amontonamiento, que se hubiera solucionado perfectamente enviado a Toledo todo lo referente a los siglos XX y XXI, con lo que los sectarios políticos se habrían quedado más tranquilos al no ver en Madrid la maqueta del Alcázar destruido, la paloma mensajera del capitán Cortés o el excepcional cuadro del artista cubano Izquierdo sobre “Paracuellos”, donde fueron asesinados varios miles de militares que con toda seguridad conocerían este museo que entonces se llamaba “Museo de Artillería”. Aquello de “Virgencita, déjame como estoy” o lo de “los ensayos con gaseosa”, viene perfectamente a esta situación artificialmente creada.
Escribes sobre “la acusación de la dispersión de las colecciones”. Es indudable que la desinformación ha permitido todo tipo de elucubraciones y temores, y gracias a la prensa, que cuenta las noticias como quiere, puede o según la secta política que paga, hemos ido siguiendo las vicisitudes de aquel inaudito desahucio. Aunque también gracias a la amistad personal con algún compañero metido en la operación, hemos tenido acceso a los diferentes proyectos, ideas, planes…., que iban cambiando con los años, al igual que los presupuestos y al igual las comisiones, patronatos etc… Pero lo de la dispersión es real, aunque se diga que ha sido en un porcentaje mínimo, lo que no quiere decir que en el futuro se disperse más. Cinco sextas partes de fondos almacenados son carne de exposiciones itinerantes o de cesiones “temporales” que se pueden eternizar, que la eternidad también es tiempo.
Apoya tristemente nuestros temores el triste ejemplo de la pasión, agonía y muerte del Museo Militar de Montjuich del que, aparte el vergonzoso abandono de Defensa, en algunas ocasiones se nos dieron toda clase de seguridades sobre su continuidad, incluida alguna carta de un Ministro de Defensa que conservo para la Antología del Disparate. Resulta estremecedor el hecho de que los mismos que eliminaron sin contemplaciones aquel Museo, sean los que hoy quieren darnos lecciones de cómo ha de ser un Museo Militar. Hasta ahora, la única lección perfecta es cómo se destruye impunemente un Museo Militar, y sin que los militares chisten.
Los esfuerzos para quitar importancia a “los políticos” (¿por qué entre comillas?) caen en saco roto, porque la importancia de estos a la hora de decidir, incluso si un Museo Militar ha de sobrevivir, es indudable. Volvamos a repetir lo de la falta de información al no haber investigado de “primera mano”. Eso quisimos hacer en el ya reiterado caso del Museo de Montjuich con resultados desoladores.
Los propios responsables militares del Museo de Toledo son los que deberían haber hecho lo imposible para salir al paso de esas informaciones de prensa que al parecer eran falsas. No, mi general, no le quites importancia a las imposiciones de los políticos, esta vez sin comillas, que ellos van a lo suyo, y en lo suyo está la reacción sectaria contra la Historia de España reciente, cuya consecuencia más inmediata es la destrucción u ocultación de nuestro Patrimonio Histórico más reciente. Ahí tenemos a la ministra Chacón haciendo propaganda en Barcelona, de la mano del señor Montilla, el President(e) de la Generalidad, en apoyo de la reacción nacionalista contra el Tribunal Constitucional sobre el Estatut(o). No olvidemos que ella, como ministra, fue la responsable de la eliminación de un museo militar en Cataluña.
En cuanto a lo de la División Azul, no somos nosotros responsables de vuestra desinformación. Hace algún tiempo apareció en la prensa la noticia de que nada de la División Azul iría al “nuevo” museo ¿dónde está el desmentido de Defensa que lógicamente debería haber sido inmediato? En cuanto al despacho de Moscardó, y nos imaginamos que otras muchas cosas relacionados con el sitio ¿has leído lo que dice ese señor llamado Constantino Méndez? Lo ha dicho la prensa ¿lo habéis desmentido?
Podría seguir hablando de este tema, pero, mi general, no nos engañemos, quienes imponen cómo y dónde se ha de instalar el museo desahuciado de Madrid son los políticos, y los actuales se consideran enemigos de todo lo referente al alzamiento nacional, considerándose, además, herederos políticos y morales de aquel criminal Frente Popular. Ellos llevan las riendas con puño firme. Vosotros sólo podéis ir paliando sus odios tratando de conservar lo esencial en espera de mejores vientos y tiempos, no os quitamos estos posibles méritos, pero, por favor, no quieras ocultarnos lo que a la vista está cada día y cada hora: el odio y el rencor a una parte de la Historia de España, de nuestra Historia de España.
Un día nos acercaremos a Toledo a visitar el museo, apretaremos los dientes y pasaremos por la puerta de esa pétrea y funcional fachada. Hemos visitado tantas veces el museo de Ejército madrileño, que sabremos comprobar sin dificultad qué es lo que se expone, qué es lo que falta y, en definitiva, observar en directo eso tan emblemático de la “moderna idea museística”.
Hemos perdido. Es indudable que quienes luchábamos por la conservación de nuestro museo, hemos perdido, y al final el rencor político ha ganado, pero lo peor de esta derrota es que han conseguido, después de muchos esfuerzos, dividirnos, han dividido al Ejército. Por un lado los “nostálgicos”, ¿y por el otro?
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Jesús Flores Thies
Coronel de Artillería-retirado

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