Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

lunes, 19 de marzo de 2018

SOBRE EL SINDICATO DEL CRIMEN.

Resulta que, dado que un ciudadano senegalés ha fallecido de un infarto, se ha revelado la existencia -al menos para mi desconocida hasta ahora- de un Sindicato de Manteros.

Esto es como si existiera un sindicato de aluniceros, un sindicato de butroneros, un sindicato de estafadores, un sindicato de corruptos... Perdón; sindicatos de corruptos ya existen, y se llaman partidos políticos. En fin, que la existencia de un sindicato de manteros supone dar categoría laboral a una actividad delictiva; esto es, sindicato del crimen, como les decía en el titular, que se dedica a estafar a los creadores de obras intelectuales -música, cine, moda- por otro lado tan inclinados a proteger a determinados criminales, y a perseguir furibundamente a otros de la misma calaña, porque díganme qué diferencia hay -para sus derechos de autor- entre el que vende una copia pirata o el que la pone a disposición pública en Internet.

Pues bien; este sindicato de manteros -de delincuentes que obtienen beneficio de una actividad ilegal causando perjuicio económico a autores, a vendedores, a comerciantes que pagan religiosamente los crecidos impuestos con que las autoridades nos esquilman a todos- pide la derogación de la Ley de Extranjería, porque mata y tortura, y que se sancione a los agentes culpables.

A mi, qué les voy a contar, me parecería de perlas que se sancionase a los causantes de los infartos; y a los de los cánceres, y a los de los ictus, y... Todo ello, a ser posible, antes de que alguno me alcance. Pero creo que el sindicato de manteros vive algo fuera de la realidad pidiendo cosas tan peregrinas.

Por otra parte, comprendo que pidan la derogación de la Ley de Extranjería. Yo también pediría la derogación de la ley que me obliga a pagar IRPF, que me obliga a pagar IBI, que me obliga a pagar tasas por cada acto administrativo necesario a quienes vivimos dentro de la Ley.

Pero los manteros extranjeros tienen una fácil solución. A mí, español, no me quedan más narices que cumplir la Ley y jorobarme cuando me quita parte de mi esfuezo para mantener parásitos en las instituciones públicas. Pero ellos tienen una salida sencilla si no les gustan estas leyes que se nos aplican a todos los españoles: irse por donde han venido.

Nadie les obliga a permanecer en un país cuyas leyes no les satisfacen; nadie les ha obligado a venir, nadie les cierra las puertas si quieren marcharse.

jueves, 15 de marzo de 2018

SOBRE LOS CIUDADANOS DE LA ALCALDA CARMENA.

O el alcaldo Carmeno, que ya no sabe uno lo que es feministamente correcto.

El caso es que la bueña señora -o señor, o señoro- afirma en entrevista publicada en 20 Minutos, en titulares de portada, que Madrid debe ser de los ciudadanos, no de los coches, refiriéndose a sus deseos de exiliar a los vehículos.

Evidentemente, los que tenemos coche, y lo necesitamos para ir a trabajar sin multiplicar el tiempo del traslado por cinco o seis si cometemos la estupidez de recurrir al destransporte público, no somos ciudadanos, sino gentuza perfectamente guillotinable.

También la culpa de que las calles estén llenas -literalmente- de mierda, es culpa de los ciudadanos, que no somos limpios; en ningún caso de que los agentes de la anarquía municipal de la señora -señor, señoro- Carmena miren a otro lado cuando cualquier perro que ha tenido la desgracia de caer en manos de un amo incivilizado, realiza sus deposiciones sin que el garrulo del amo las recoja.

martes, 13 de marzo de 2018

SOBRE EL JOLGORIO FEMIROJO.

O sea, el que tuvo lugar ekl pasado día 8 de marzo, con motivo de esa chorrada del día de la mujer trabajadora. Como si las mujeres no trabajaran todo el año -sobre todo las que lo hacen exclusivamente en su casa-, y como si no se hubiera ya establecido el 1º de mayo como día de los trabajadores.

Pero eso es harina de otro costal, y me temo que en esta sociedad nuestra, tan políticamente idiota, tan estúpida, tan versallescamente soplagaitas, nunca se entenderá, porque lo que está de moda es separar, dividir, enfrentar y, llegado el caso, amenazar y soplamoquear.

Y lo siento mucho, señor juez, señor fiscal, pero no es este facha el que lo dice. Ahí tienen ustedes la foto de una -o uno, o une- que avisa de sus intenciones. 

Si nos organizamos, los matamos a todos. Esta vez, en referencia exclusiva a lo masculino; nada de todos y todas, ni gaitas.

Y lo peor es que es cierto. Y que incluso sin organizarse nos pueden matar a todos.

De asco.

Publicidad: