Panfletada, como pueden ver en la foto -pulsen sobre ella para verla más grande-
puramente decimonónica, como corresponde a individuos que aún andan -no se si a
cuatro patas- dándole vueltas al clericalismo.
Observen que los ugetarras
se quejan de que no hay dinero para muchas cosas, y en cambio sí lo hay para la
Iglesia Católica. No hay dinero -dicen- para, entre otras cosas, los enfermos
de hepatitis C, para ayudas a la dependencia, para sanidad pública, todo ello
dependiente de las comunidades autónomas como bien saben -o deberían saber- y
ajeno a los Presupuestos Generales del Estado. No se si las becas dependen o no
de los chiringuitos autonómicos; pero aunque así no fuera, sólo tres de las seis
reclamaciones tienen algo que ver. Lo cual demuestra, bien ignorancia, bien
ganas de jorobar, sin que ambas cosas sean incompatibles.
Pero lo que
demuestra, particularmente, este panfleto, es que los rojetes siguen encaramados
en su propia estupidez. Porque se quejan de que el Estado entregue a la Iglesia
un dinero que reputan como "de todos", cosa que no es cierta, puesto que lo que
el Estado da a la Iglesia, es la parte de las declaraciones de la renta de todos
los que marcamos la casilla correspondiente porque nos parece oportuno. También
hay quien marca la casilla de "otros fines sociales" -o sea, regalitos a
afeminados y machorras, por ejemplo- y de eso no se quejan. Ni de las subvenciones a otras confesiones religiosas -musulmanes, judíos, protestantes varios- que recogen fondos en consonancia con su implantación, pero ni tienen comedores sociales, ni hospitales, ni residencias de ancianos, ni colegios.
Y en todo
caso, este panfleto demuestra que los rojetes ugetarras pretenden colarse
incluso en nuestra voluntad en el reparto de una ínfima parte de los impuestos
que pagamos. Y presumen, claro, de demócratas.
Por cierto, también
demuestra el panfletillo que los ugetarras son olvidadizos, porque aunque ellos
mismos indican en qué Ley se indica la obligación de estos pagos, parecen no
recordar qué Gobierno la llevó al Parlamento. Y uno, que no tiene memoria de pez
-concretamente besugo- como los ugetarras, cree recordar que en 2006 era don
José Luis Rodríguez Zapatero el feliz aposentado en La
Moncloa.