Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

jueves, 28 de mayo de 2009

SOBRE LA COPA.

La Copa de Europa que ganó ayer el F.C. Barcelona.
Desde mi madridismo confeso, no lamentaría que la Copa de Europa viniese a España de la mano de cualquier equipo. Cualquier equipo español, obviamente.
Supongo -por suponer- que los aficionados seguidores del F.C. Barcelona no son todos catalanistas, ni nacionalistas, ni separatistas, tres palabras distintas y un sólo crímen en ellas. Pero, dado que el F.C. Barcelona -lo dice su Presidente, lo dicen bastantes de sus jugadores- no es sólo un club de futbol, sino que es más que un club -el mescunclú, por mal nombre-, y simboliza a Cataluña, no como región española sino como lo que ellos quieren llamar nación, debo confesar desde aquí y desde ahora que hubiese preferido triunfador al Manchester.
Y, por lo que sea necesario, recordar cómo andan las cosas a estas alturas de la historia futbolística, que en el gráfico pueden ver:

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