Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

lunes, 30 de agosto de 2010

SOBRE LOS DETENIDOS EN MARRUECOS.

La radio y la prensa digital -toda ella, pero me quedo hoy con lo que dice El Mundo-, anda revuelta con eso de que la policía marroquí detuvo el sábado a unos "activistas" españoles en El Aaiún. Y explica:
"Los detenidos, miembros de la asociación 'SáharAcciones' habían convocado, sin autorización gubernamental, una concentración a las 18.30 horas del sábado (19.30 horas en la España peninsular) en una avenida de El Aaiún."
Y a continuación alade toda la retahíla de quejas y lloriqueos de los "activistas", que se quejan de que la policía les ha insultado, les ha pegado, les ha detenido y les va a deportar.
Y a mí no me gusta que Marruecos ocupara porque sí el Sáhara, y menos aún la forma en que lo hizo -Marcha Verde- aprovechando la cobardía de un Gobierno que desobedeció las órdenes de Franco, que ya se moría a chorros. Franco sabía cómo había que tratar con los moritos -muchos años de mandar tropas indígenas- y lo tenía claro: dejarles llegar a la frontera y pasar la primera línea, para que no dijeran los memócratas del ancho mundo; si seguían hacia la segunda, sopapo en la cresta y moritos a correr. O a gozar de las huríes, según repartieran suerte las fusilas locas.
Pero todo esto no quiere decir que unos "activistas" extranjeros monten el pollo en Marruecos y los marroquíes se queden mirando. Evidentemente, acostumbrados al desmadre hispánico, esos "activistas" se debían pensar que podían ir al extranjero, montar una manifestación por su cuenta, sin autorización, pegar cuatro berridos en contra del Estado que ejerce allí el poder, y que nadie les respondiera.
Eso pasa en España cada tres horas; pero en cualquier otro lugar no. En cualquier otro lugar ocurre lo que parece que pasó en El Aaiún: que los moros -policías encubiertos, como dicen, o moritos vulgares y sin graduación- les dan de leches. Porque a nadie le gusta que vengan los extranjeros a mangonearles. Bueno, a nadie salvo a los españoles de recua internacionalista y solidaria.
Y en territorio de Marruecos -usurpado, pero de Marruecos hoy por hoy-, los "activistas" españoles eran extranjeros que se manifestaban contra su Estado, contra su Gobierno y contra su Rey. Y como -aunque no lo parezca- los marroquíes son gente seria, les cascan dos leches, les detienen, les deportan, y santas pascuas. Lo que hace cualquier Estado normal.
El problema es que los "activistas" que en España acostumbran a hacer lo que les sale de las solidaridades sin que nadie rechiste, se piensan que todo el monte es orégano, y que el resto del mundo es tan gilipollas como las supuestas autoridades españolas.
¿Recuerdan al fulano de Greenpeace que se coló en una recepción real en Dinamarca, y luego lloriqeuaba como nenaza porque lo habían detenido? Pues estamos en las mismas. La Ley, señores "activistas" de toda actividad, es igual para todos. Y el que delinque, paga.
Al menos, en los países civilizados.

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