Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

lunes, 10 de julio de 2017

SOBRE LA PANCARTA DE CARMENA.

La que la señora alcalda -que no alcaldesa, ni por el forro-, se niega a poner en recuerdo de Miguel Ángel Blanco para -dice, según explica El Mundo- "no destacar a una víctima sobre las demás".

También cuenta el mismo periódico que la señora Carmena no está sola en esto, sino que el PSOE, Podemos e IU se suman a la ausencia. Que, dicho así, parece lioso; pero a lo que me refiero es a que todos estos partidos niegan el homenaje al concejal asesinado hace 20 años. No podía ser menos si vamos a origen de las cosas, porque es evidente que la ultraizquierda no se va a poner en contra de sus queridos compañeros de ETA, a los que tanto ha favorecido.

Como llevo diciendo muchos años -así como cuarenta-, no quiero que haya muertos; pero, si ha de haberlos -ya se sabe que fue el precio de la democracia-, prefiero que los asesinados sean los que tienen alguna culpa, y no los hombres de uniforme a los que se les impide defenderse y hasta hablar.

Por ello, mi opción a la hora de colocar pancartas sería en recuerdo del Guardia Civil Don José Ángel Pardines, primer asesinado por ETA. O, por especialmente significativo, en recuerdo del Excelentísimo Señor Almirante Don Luis Carrero Blanco.

Por lo demás, que la señora
Carmena se niegue a colocar una pancarta en el Ayuntamiento de Madrid, cuando tantas buenas ocasiones ha desperdiciado para ofrendar su negativa, no hace mas que definir a la alcalda, a los delincuentes que capitanea, y a los gilipollas que la sostienen.




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