Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

jueves, 29 de diciembre de 2011

SOBRE EL "PERSONAJE DEL AÑO".

Andan las radios a vueltas con los tópicos propios de la época, y probablemente mañana lo hagan los periódicos y las televisiones. Preguntan por el "personaje del año", como queriendo ejemplificar un año en un individuo; como si una sola cara pudiera ser el rostro de todo lo ocurrido.

Hay quien personifica en el yerno trincón; quien lo hace en la nuera homosexualófila y abortista; quien lo representa en la decadente cabeza de una familia carísima.

Hay quien se tira al circo y alaba deportistas de diversa índole, ahora que ya el fútbol no es opio del pueblo -como en épocas pasadas-, sino cultura de la buena.

Incluso hay quien ejemplifica el año con el dontancredo circunflejo y zapateril, en buena hora ido; o en el ambiguo y descreído sucesor, quien sabe si en buena o mala hora llegado.

Pero, en mi modesta opinión -tan buena como cualquier otra- el personaje del año ha sido el Excelentísimo señor D. Francisco Franco Bahamonde.

¿Algún personaje ha sido más citado, más recordado, más atacado, más vilipendiado que Franco, a lo largo de este año que se desangra en absoluta inutilidad? ¿Algún personaje ha sido más utilizado como cortina de humo para tapar ineptitudes? ¿Alguno ha sido más defendido, dentro de las pocas posibilidades que nos quedan a los que no nos vendemos?

Pues eso: después de 36 años muerto, el personaje de 2011 ha sido Francisco Franco. ¡Olé sus cojones, mi General!

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