Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

lunes, 13 de septiembre de 2010

SOBRE EL RETORNO A LOS VIEJOS TIEMPOS.

Dice El País -con la dedicación que los rojos de guardarropía atesoran para temas eclesiásticos-, que ayer un presunto jesuíta que se dice Jon Sobrino declaró que el poder eclesiástico "ha traicionado a Jesús."
Dicha afirmación fue realizada en un putiferio de la Asociación Juan XXIII, integrada por teólogos y teólogas. Esta vez no va el femenino por doña Bibiana, sino porque también hubo al menos una fémina en el festejo; la cual -Mariola López Villanueva- aseveró que, quizás, en vez de preguntarse qué enseña Jesús a las mujeres, sería mejor preguntarse qué aprendió Jesús de las mujeres. Como se ve, un ejemplo de modestia esta señora, dispuesta sucesora de las que -en su opinión, claro- enseñaron nada más y nada menos que a Dios.
También -no podía ser menos- los teologo-cuchipandistas se solidarizaron con el ex franciscano -y teólogo también, faltaría mas- José Arregi, de quien les hablé hace unos días.
Todo ello, amén de la habitual palabrería hueca, tuvo lugar en el paraninfo del sindicato Comisiones Obreras en Madrid. ¿Nos explicamos ya el asunto, y entendemos ya por dónde van estos teólogos, y el por qué del nombre de su chiringuito?
Al final, nada nuevo bajo el sol; sólo unos imbéciles con medio siglo de retraso a cuestas.

SOBRE NUEVOS DATOS CIENTIFICOS.

Hace unos días comentaba la afirmación de don Stephen Hawking acerca de que con las Leyes de la Física no hacía falta Dios, y algún día después profundizamos en el tema gracias a los comentarios recibidos.
Según decía entonces El País, Hawking "explica en un libro que el Big Bang es una consecuencia inevitable de las leyes de la física", y, por tanto, "no es necesario invocar a Dios."
Ha hecho falta poco tiempo para que la realidad -que es de lo más físico que hay- venga a poner en su sitio al señor Hawking y otros mentecatos soberbios, porque -según la web Tendencias Científicas recoge en el titular- las leyes físicas no son las mismas en todo el Universo.
Este descubrimiento procede de un estudio de la Universidad de Cambridge y de las Universidades de Nueva Gales del Sur (UNSW) y de Swinburne, en Australia. Y -en lo que mi ignorancia me permite entender- se resume en este párrafo:
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Según Murphy (1), la constante de estructura fina, y otras constantes fundamentales, son absolutamente centrales en las actuales teorías de la física. “Si estas constantes varían, necesitaremos una teoría mejor, más profunda”, señala el investigador.
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¿Se me permite indicar a los ombligomundistas como el señor Wawking que se bajen del burro de la soberbia, y -ya que sus conocimientos se demuestran científicamente incompletos y a veces erróneos- dejen de sentar cátedra sobre temas que no les coresponden?
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(1) astrofísico de la Universidad de Swinburne.

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