Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

miércoles, 19 de octubre de 2011

SOBRE UNA EXPLICACION.

Necesaria, acaso, sobre la entrada inmediatamente anterior que -por mor de la distribución a que obliga el uso de este medio-, aquí es la que a continuación sigue. Para entendernos, la titulada SOBRE EL LEGADO. Y DOS HUEVOS DUROS.

El caso es que la prisa con que intento atender a, quizá, demasiados frentes, me ha hecho dar por sentado que todo el mundo sabría que el autor de lo que publico es mi camarada Arturo Robsy, y que bastaría ponerlo en negrita en el cuerpo del texto. Luego he visto que tal vez no quedase claro, razón que me lleva a explicarme -que para eso soy de Infantería, como decía el maestro Rafael García Serrano aunque, en mi caso, de Infantería de Marina-, y dejar las cosas claras.

Y añado otro comentario suyo, que bien lo merece:

* * *

Muchacho y General de brigada de los Francotiradores: Gracias infinitas y, si puede ser, perpétuas.

Creo que ambos disfrutamos de un divertido deseo de provocación. Hubo motivo para mi y me lo has atendido. Mi dirección es la zanahoria delante del burro. No creo que nadie la acepte ni creo que, ante la duda, la poli deje de echar un ojo. Por lo de llamar maricones a tantos generales tampoco tengo problema previsible: Si tienen qué decir qué les llamé, también deberán decir por que, y no será así.

Pudimos acabar con los asesinos desde el mismo 75. Algún general y algún coronel amigo ha muerto a sus manos. Pero pudimos vencer y todavía podemos hacerlo si amordazamos a tantos. Dos banderas (una bastaría) dejan Vascongadas a ras, no lo dudes.

Gracias por preocuparte por mi, Rafael, pero también tengo espada flamígera en el corazón y siento, cada vez más, la necesidad de enfrentarme con el pecho abierto. No quiero quedarme atrás de tantos que cayeron y, en principio, parece que de facilidades. No es así porque me dirijo a cobardes y me siento bien llamándoselo. E Hijos de putas. Me cubren el alma un millar y pido de muertos.

De nuevo gracias por lo que has hecho y porque trataste de protegerme.

O sea, No llores por mí Argentina.

Arturo Robsy.

¿Supondrá, quizá, un sacrificio para ti poner quién soy y qué digo? Porque, a fin de cuentas, ambos somos espiados con devoción.

SOBRE EL LEGADO. Y DOS HUEVOS DUROS.

Lo que importa es que el señor Brown, Marrón que tu lo llamas, lo que significa es Castaña, sin contar que a los negros, que desde EEUU les llaman Castaños por no decir "negroes", que es la palabra que se les dio hasta el S. XX entrado. Véase Nigeria. A los que no saben lo de Castaña y a los que quieran dársela.

Pues tienes toda la razón: el señor Castaña, que la está cometiendo por dinero ahora mismo en Sansestabién, no pasará a la historia. Evidente. Pero el señor Zapatero llegará como las pezuñas del caballo de Atila, que, tal Atila en persona y como educación, hizo menor daño por mucho que pisoteara la hierba. De casta dijo que le venía, el muy galgo. Ni siquiera como caballo.

O sea, me pregunto cómo pasará las páginas de la historia armado con las pezuñas. Pero, Rafael, tienes razón con las comparaciones que haces, sin duda, pero se te han olvidado El Obispo don Oppas, el Conde Don Illán (Julián), y, obligatoriamente, Bellido Dolfos que, como suena, era hijo de Dolfos Bellido. Y no te hablo ya del Alfonso, el rey que se la tenía jurada al Cid, o sea, al Señor.

Pero más, mucho más que todos ellos son los Capitanes Generales, o sea los Jefes del E.M. del Ejército, que. pudiendo, en sabiduría y fuerza, pero no en huevancia, han dejado que la ETA siga en la matanza pudiendo haberla eliminado, del todo, en cuatro meses. El trabajo que les quedaba era enterrar la carroña. Ninguno más. Como en el asalto al "miserable Cinturón de Hierro".

Y ojalá que algún etarra me lea (o su puta madre) y decida venirme. Ya soy viejales, Rafael, pero me siento a punto. Y me cago en las ideas del loco que se tomó en serio las bobadas de Marx y de Lenin y de los maricones que aplaudieron y brindaron con champán, el 21 de Noviembre (1975) y los que lo negaron luego: cobardes a paletadas. Y en los masones que tanto organizaron.

Nos han traído hasta aquí y merecen castigo serio. No por malos, sino por gilipollas analfabetos, además de maricones, claro.

Y si es necesario digo mi lugar, además de Arturo: San Antonio 53, Alayor, Menorca. Y que me pillen si pueden, que no.

Arturo Robsy, con los forros heridos de una vez.

Un taconazo, como dice un mi amigo. Y que nadie se nos vaya de rositas desde el Siglo XVIII. Eso lo digo yo. Y no lo llamo "revancha" porque es barbarismo. Y bárbaros también podemos serlo. Y dar caza.

Y luego, a vigilar y no a la hamaca. "Camaradas, siempre alerta estad". Se nos olvidó el imperativo.

P.D. Y lo que digo, como dirección, puede aventarse. A los cuatro vientos, y hacia la Rosa de los ídem. Sé lo que digo y las ganas casi me pervierten. O sea, Arriba España, así reviente este servidor de la Patria cansado.

SOBRE LOS ETERNOS PALETOS.

Que, para entendernos sobre seguro y con nuestra madre Academia de testigo, es tanto como decir rústico -que en segunda acepción equivale a tosco- y zafio, que vale por grosero.

Eternos paletos son los gobernantes españoles, al menos desde que el afrancesamiento nos ganó la Guerra de la Independencia, vieja de dos siglos y que aún nos colea. Eternos paletos, asombrados por cualquier boutade -palabro que la Academia, no se por qué, acaso por ese afrancesamirnto antedicho, admite-, boquiabiertos y pasmados ante cualquier cosa extranjera. Lo extranjero es mejor, podría ser su lema.

Eternos paletos, prestos a admitir, aceptar, implorar como damiselas carentes de lo que la señora madre de Boabdil afeaba a su retoño, que nos vengan los extranjeros a meter por la vereda, unas veces bonapartista y mameluca, otras constitucional y fernandina, y en ocasiones famélica y estalinista. O, como ahora, progreta y guarra.

El caso es que lo que digan los extranjeros -cualquiera, sea un corrupto exchorizo mayor de la ONU, sea un terrorista irlandés, sea una desconocida noruega, sea un mierda francés-, tiene patente de corso, y los eternos paletos saltan meneando la cola si cuatro gilipollas foráneos quieren venir un fin de semana a chulearnos.

Por supuesto -aclaro para posibles progres, sociatas, necios en general- me refiero a los seis o siete hideputas que han venido a decirnos que hay que negociar con los asesinos, que hay que darles lo que quieren, y que pelillos a la mar, los muertos al cementerio, los asesinos al Congreso y a los Ayuntamientos, y la vergüenza a tomar por culo.

Y ello, según se ve, con el tancredismo habitual del fantasma Zapatero, incapaz de la mínima gallardía. Incapaz de decirles que no son bienvenidos a España los que insultan a los muertos y aplauden a los asesinos. Que no son bienvenidos los que cohabitan con los cómplices del terrorismo, y que en España tenemos unas leyes, una Policía, unos jueces y unas cárceles perfectamente capaces de dar a ETA la única respuesta posible. ¿Quizá por un inesperado rapto de honradez, que no le ha permitido mentir sabiendo qué clase de leyes, de jueces y de mandos policiales tenemos?

Porque ya sabemos que no tiene capacidad para la humorada de invitarles a comer y exigir que de plato principal les den morcilla.

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