Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

lunes, 22 de abril de 2019

SOBRE EL VOTO EN ESTAS ELECCIONES

En estas elecciones votad lo que os parezca menos malo. Pero no saldrá de ahí nuestra España, ni está ahí nuestro marco. Esa es una atmósfera turbia, ya cansada, como de taberna al final de una noche crapulosa. No está ahí nuestro sitio. Yo creo, sí, que soy candidato; pero lo soy sin fe y sin respeto. Y esto lo digo ahora, cuando ello puede hacer que se me retraigan todos los votos. No me importa nada. Nosotros no vamos a ir a disputar a los habituales los restos desabridos de un banquete sucio. Nuestro sitio está fuera, aunque tal vez transitemos, de paso, por el otro. Nuestro sitio está al aire libre, bajo la noche clara, arma al brazo, y en lo alto, las estrellas.

DISCURSO DE LA FUNDACIÓN DE FALANGE ESPAÑOLA. 
(29 de octubre de 1933).

* * * * *

Desde que leí estas palabras de José Antonio, han sido mi norma básica en cuantas convocatorias electorales se han producido. La primera -permítanme recordarlo- para votar NO a esta Constitución. 

Desde entonces, mi voto siempre ha sido para las opciones nacionales que en cada momento se presentaban: primero la coalición de Fuerza Nueva y Falange Española de las JONS; después, a Juntas Españolas. Desde aquél tiempo, sólo en unas pocas convocatorias había algo -Alternativa Española- que fuera merecedor del esfuerzo de ir a votar. Para mi, nacionalsindicalista, las diversas Falanges nunca han sido una opción por su inquina hacia la figura de Francisco Franco y por su -así lo veo- deseo de congraciarse con el poder establecido a través de criticar al Caudillo, cuando toda persona inteligente sabe que si hace cuarenta años -y hoy en día- existen falangistas, es porque Franco lo quiso.

En el resto de los procesos electorales no he ido a votar, por una sencilla razón: porque no quería ser cómplice de ninguno de los mangarranes que aspiraban a hundirnos.

Pero ahora se presenta un panorama diferente: ahora existe VOX. 

Y si; ya se que VOX no es lo nuestro. Que VOX es derecha liberal, y que no recoge muchas aspiraciones de los que pensamos más o menos de forma aproximada.

Ya se que -es una de las principales objeciones que he oído- no propugna la derogación del aborto. Pero es que, ya hace ocho o diez años, un sacerdote cuyo nombre gracias a Dios no recuerdo, decía que había que elegir entre los males el menor; esto es: el que diera menos facilidades para asesinar a los no nacidos. Pero no dijo que no se debía votar a un partido (que en aquél caso era el PP) que mantenía el aborto en su programa. Aquellas declaraciones las hizo en clérigo de marras en un programa de Radio Intercontinental de Madrid -"La V Columna", probablemente, o el que iba por delante-, y no las puedo ofrecer porque el señor Obama me las robó.

En este enlace pueden ver la referencia que hice en su día. Después de oír eso -y sin que al cura de marras le cayera el chorreo correspondiente, al menos que yo sepa- ¿vamos a criminalizar a un partido por ser menos papista que los representantes del Papa?.

Yo, que cada vez ando más distanciado de la Institución eclesiástica porque cada vez me parece menos católica y más sociedad anónima inclinada al "márqueting" y sin ningún fundamento espiritual, no seré el que ponga por delante del interés de España el de una jerarquía eclesiástica que traiciona lo más sagrado.

Por lo demás, he leído el programa de VOX -cosa que probablemente no hayan hecho algunos de los que lo critican-, y no encuentro una sola, entre las 100 medidas, que no pueda suscribir. Me faltan algunas -quizá bastantes-; pero ni una sola me produce un rechazo integral. 

Ahora, la pregunta es: ¿hay algo más que pueda considerarse "menos malo"?. Porque en las futuras elecciones europeas está la opción de ADÑ, pero... ¿y ahora?. Ahora no tenemos más opción que VOX o la abstención. 

Y hay mucha gente que, con buen criterio, afirma que no quiere ser cómplice votando a un partido que no refleja totalmente su pensamiento, y con el que difieren en cosas importantes. No puedo criticar esa postura, que ha sido la mía durante años. 

Pero, para mi, en estas elecciones si existe algo "menos malo". No saldrá de ahí nuestra España, pero por lo menos podrá ralentizar; acaso -seamos optimistas por una vez, aunque llevemos la contraria a Spengler, hace poco citado en Facebook por mi camarada 27 Puntos-, detener la horda antiespañola que avanza.

No quiero convencer a nadie; simplemente, expongo mi razonamiento. Ni soy de VOX ni lo voy a ser. Pero -quizá porque eso del voto me gusta tan poco que no le doy la importancia que otros- en esta ocasión votaré a VOX.

Sencillamente, por jorobar. Y no me digan que no es buen motivo.



Publicidad: