Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

sábado, 2 de julio de 2016

SOBRE SEÑORES Y NIÑATOS (O DE CASILLAS Y DEL BOSQUE).

Vaya, pues resulta que acerté en mi último comentario: la culpa del ridículo de la Selección Española de Fútbol la ha tenido Iker Casillas.

Al menos, eso se desprende de los exabruptos del seleccionador Vicente Del Bosque, al que parece no haberle gustado -según Marca- que Casillas dijera que no le había dado explicación de su suplencia y que no habían hablado.

¿Ha mentido Casillas? ¿Le dio Del Bosque explicaciones? ¿Le dijo el motivo de tenerlo en el banquillo? ¿Habló con Iker de lo que acostumbren hablar los técnicos con los jugadores? ¿Es Casillas el que se ha enfadado, después de haber demostrado hasta la saciedad en el Real Madrid que se sometía a la disciplina del técnico que le tocara en suerte, aunque fuera un impresentable como Mouriño?

¿O es Del Bosque el que no soporta que no le den coba, le hagan la pelota y le alaben sin tasa, y el simple hecho de desvelar algo tan normal como que no ha hablado con un jugador que él mismo ha elegido le ha sentado mal?

¿O se trata de estratagema de mal perdedor, que no es capaz de encajar la derrota cuando la suerte es adversa, y busca a alguien a quien echarle la culpa de su incapacidad?

Porque Vicente Del Bosque ha llevado a la Selección Española a ganar una Eurocopa y un Mundial, si; pero lo ha hecho basando su juego en el del F.C. Barcelona -un juego aburridísimo la mayor parte del tiempo- pero sin los delanteros del club azulgrana, de forma que las victorias de la Selección han sido de pura chiripa casi siempre. Teniendo el balón mucho tiempo, pero sin saber qué hacer con él; creando ocasiones, pero sin concretarlas.

De todas formas, señor Del Bosque, usted acaba de demostrar su mínima categoría humana, pagando su pataleta con uno de los  jugadores que más han contribuido a que usted tenga títulos europeos y mundiales en su palmarés. Se ha portado usted, señor Del Bosque, como un niñato malcriado. Al revés que Iker Casillas, que se ha comportado como un señor.


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