Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

lunes, 2 de marzo de 2009

SOBRE EL RESULTADO GALLEGO.

Donde el PP vuelve a obtener mayoría absoluta, tras la pasada por el socialseparatismo.
La prensa, en general -al menos la gratuíta, que es la única que veo por razones obvias-, atribuye el triunfo del PP a un castigo hacia Rodríguez Zapatero por la cuestión económica. Lo que no explican es, entonces, por qué ha mejorado el PSOE sus resultados en Vascongadas.
En mi modesta opinión -tan válida, al menos, como la de cualquier plumífero- lo que ha dado votos al PP en Galicia es el despiporre de gastos suntuarios ya conocidos, y la política sectaria del separatismo más soez, con las contínuas amenazas por el simple uso del español, pongo por ejemplo.
Haría bien el PP en aplicarse el cuento, porque caso contrario volvería a traicionar a sus votantes -actitud habitual, por otra parte, y hoy me comenta mi camarada Arturo que el señor Núnez Feijoo ya comenzó a despacharse en galego, como hiciese habitualmente su homo antecessor, Fraga-, con consecuencias nefastas para el Partido Popular -lo cual no me preocupa en absoluto- y para España.
De los resultados en Vascongadas no merece la pena hacer comentario. Volverán los felices momentos de ir de la manita los penesociatas, o los socialpeneuveros, cuando doña Rosa Díez disfrutaba poltrona. Al tiempo.

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