Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

jueves, 30 de julio de 2009

SOBRE DIMISIONES.

La del señor Bárcenas, concretamente, que ha dimitido de su puesto de tesorero del PP, con lo cual todos los políticos, periodistas amarillos -casi anaranjados-, y ciudadanos sin graduación, se sienten felicísimos.
 
En cambio, el señor Bárcenas mantiene su cargo de Senador, lo que le aparta de la justicia ordinaria y hace necesario el suplicatorio.
 
Y uno, en su candidez, piensa que en el fondo a nosotros -esto es, a cualquier ciudadano- nos importa más bien poco lo que un partido -el que sea- haga en su casa, y allá cada uno si quiere tener a un chorizo por tesorero. Pero a todos nos importa tener a un presunto corrupto como senador; entre otras cosas porque nos representa aunque no le hayamos votado, y cobra de nosotros aunque no sea nuestro elegido.
 
En resumen: que la dimisión que interesa a la Justicia -con mayúsculas- es la de miembro del Senado, y la que no nos importa un rábano es la de sus cargos de partido.

SOBRE LA PERDIDA DE BENEFICIOS.

Porque así es como cuentan la noticia de que las cinco principales entidades bancarias -Santander, BBVA, la Caixa, Cajamadrid y Popular- han alcanzado en el primer semestre del corriente año unos beneficios de sólo nueve mil trescientos once millones de euros. Esto, dicen- representa una pérdida con respecto al año anterior de un trece por ciento.
 
Mi primera reacción ha sido abrir una colecta para ayudar a los pobrecitos bancos, cuyos beneficios han bajado tantísimo. Luego he visto la calculadora en mi escritorio, y me he puesto a juguetear con ella.
 
Como no tenía tanto tiempo como para hacer recuento exacto de los dias que corresponden al primer semestre, he partido por mitad el año y -a fuer de generoso- le he incrementado la mitad de día correspondiente para usar la cifra de 183 días. Incluídos festivos, por supuesto, porque los cajeros automáticos que manejamos los clientes, y las operaciones por internet que hacemos los clientes no descansan los fines de semana.
 
Así, me sale que la división de los beneficios (9.311.000.000 €), entre los 183 días del semestre, determina que los beneficios diarios han sido de 50.879.781 €.
 
Si esto lo dividimos entre las 24 horas del día -porque los noctámbulos siguen usando los cajeros automáticos y lo de internet a cualquier hora- resulta que estos cinco bancos han obtenido un promedio de 2.119.990 € de beneficios cada hora.
 
Como hay gente que no domina todavía estas cantidades -quien suscribe, sin ir más lejos- me parece más inteligible hablar de los 35.333 € por minuto. Y, rizando el rizo, ya que la calculadora se presta, resulta que estos bancos (cinco, nada más que cinco de ellos; habría que ver cuanto suma el resto), han obtenido unos beneficios de 588 € por segundo.
 
Es decir: que entre sólo cinco bancos han obtenido en cada segundo del pasado semestre el equivalente a la letra mensual de una hipoteca.
 
Comprenderán que, tras esto, haya dejado para mejor fin la apertura de la colecta que decía al principio.
 
 

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