Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

jueves, 4 de agosto de 2011

SOBRE LA "PIÑA" DEL REY.

Así -El rey pide a los políticos que “hagan piña” frente a la crisis- lo titula El Plural, y evidentemente no seré yo quien le enmiende la plana ni el titular a un tan progresista, moderado, sensible y democrático periódico.

El caso es que el rey recibió en audiencia a los mascarones de proa del parlamentillo balear, y les dijo que es el “momento propicio” para que todos caminen en la misma dirección, y que “trabajen todos juntos.”

Sabias palabras, que ya he leído hace tiempo, muchos años. Y -dispense V.M.- mejor escritas y expresadas:

No olvidéis que los enemigos de España y de la civilización cristiana están alerta. Velad también vosotros y para ello deponed frente a los supremos intereses de la patria y del pueblo español toda mira personal. No cejéis en alcanzar la justicia social y la cultura para todos los hombres de España y haced de ello vuestro primordial objetivo. Mantened la unidad de las tierras de España, exaltando la rica multiplicidad de sus regiones como fuente de la fortaleza de la unidad de la patria.

¿Recuerda V.M. estas palabras? ¡Con lo fácil que hubiera sido todo, si V.M. hubiese cumplido lo que juró!

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