Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

sábado, 13 de octubre de 2012

SOBRE LA PROHIBICION HOLOCÁUSTICA.

Aunque no he encontrado la referencia en la prensa, me lo cuenta mi camarada Arturo y me basta. Gallardón, ministro suelto como antes fue verso, se propone prohibir las dudas sobre la realidad del llamado Holocausto.

Dudar es una muestra de inteligencia; de la duda sale la ciencia, el conocimiento y la certeza, así es que resulta normal que Gallardón lo prohíba.

Por la parte que me toca, la prohibición sobra. Jamás he dudado del Holocausto; jamás he puesto en duda las cifras millonarias de muertos; jamás he pensado que no se produjera un holocausto en la GMII, e incluso después.

Jamás he negado que el pueblo alemán sufriera una horrible mortandad, que diera la vida de una atrozmente grande parte de su juventud para preservar a Europa de la furia torva, asiática y roja. Años antes lo hizo España, y tampoco lo he dudado jamás.

Nunca he negado que el pueblo alemán sufriera un salvaje genocidio, a manos de los ejércitos rusos, de los bombardeos incendiarios yanquis y británicos.

Jamás he pensado que no fuera un crimen el juicio a los derrotados, por delitos que no existían cuando se cometieron.

Menos aún he dudado nunca del genocidio cometido contra el pueblo japonés, ni he negado la vergüenza de la ocupación de Italia, de Alemania con su reparto entre ganadores, del propio Japón. Ni siquiera he dudado de que las sanciones contra España -que no tuvo nada que ver en aquella guerra, salvo para salvar judíos- hubieran alcanzado la categoría de holocausto si no hubiéramos tenido DOS contra su ONU.

Y aún menos he dudado del genocidio, holocausto, matanza salvaje, inhumana, que se lleva cometiendo en España desde hace tres décadas, dentro de la Ley que Gallardón no va a derogar.

Así es que ya saben: se puede decir que hubo Holocausto. Muchos.

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