Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

martes, 14 de abril de 2009

SOBRE EL AYUNTAMIENTO DE GIJON.

Al que, evidentemente, no le corresponde el título honorífico de Excelentísimo ni por casualidad, y que a estas alturas, haciendo gala de su valor y gallardía ha aprobado la retirada de los títulos de Alcalde Honorario e Hijo Adoptivo de la ciudad a Franco. Ni que decir tiene que a instancias de PSOE e IU, aunque con el beneplácito cómplice del PP, que para eso ha venido a este mundo: para lo que hasta no hace mucho se definía como ser eso y poner el catre.
Repito lo que en otra ocasión -cuyo enlace no tengo a mano, dispensen ustedes- ya indiqué: que me alegro, que me parece muy bien. Porque ni aquella otra población que no recuerdo, ni este Gijón de hoy, merecen tener un alcalde ni un hijo como el Excelentísimo señor don Francisco Franco Bahamonde, Generalísimo de los Ejércitos y Caudillo de España.
Si merece, en cambio -y formulo desde aquí la propuesta- el nombramiento de los señores concejales José María Pérez y Jesús Montes Estrada, que son los que han puesto la jeta en rueda de prensa, como hideputas predilectos del Consistorio.

SOBRE EL PROFETA ZAPATERO.

Que hoy mismo, según titula La Nación, ha dicho que la "agresividad" de la crisis será impredecible en otoño.
Ignoro si don José Luis ha necesitado mirarse sus bolas de cristal para tal vaticinio. Me creo en condiciones de afirmar que no le ha hecho falta revisar las entrañas de doña Magdalena Álvarez, porque Libertad Digital anuncia el envío de esta preclara dama al Parlamento Europeo, que pasa así de ser cementerio de elefantes a madriguera de marmotas (no necesariamente en su cuarta acepción).
El caso es que no sabemos si el señor Rodríguez quiere decir que cualquiera sabe lo que va a pasar en otoño, o si en otoño no habrá ya más previsiones por su parte y por las partes de su Gobierno.
Porque si echamos una ojeada atrás, podemos encontrar sin esfuerzo estos otros vaticinios de cuyo acierto ustedes mismos juzgarán:
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Pueden ustedes, si les place, comprobar otras predicciones y otras promesas rodriguezcas en Los Incumplidos, así como comprobar lo bien que marchan las cosas en La mejor situación.
Pa jartarse de reír. Y de llorar.

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