Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

miércoles, 28 de diciembre de 2016

SOBRE LO TÍPICO.


Que en este día es, evidentemente, la tradición de las inocentadas.

Saben mis habituales que en esta fecha tengo por costumbre recordar titulares de prensa que nos recuerden que nuestros amados políticos viven en un continuo día 28 de diciembre. Acaso sin siquiera darse cuenta, porque viven en su mundo, que nada tiene que ver con el nuestro. 

José Antonio lo describió muy bien (1): 

Creen (...) que el mundo es ese mundo que se ve con la linterna mágica del Parlamento. Encerrados en el Parlamento se creen en posesión de los hilos de España. Pero fuera hierve una España que ha despreciado el juguete. La España de los trágicos destinos, la que, por vocación de águila imperial, no sirve para cotorra amaestrada de Parlamento. 

Salvando la distancia de 83 años, que ha convertido a la España de los trágicos destinos en una España de zafios destinos, y que ya no sabe ni qué coño es un águila imperial y sólo entiende de gallinas, la cosa es así. España se desentiende cada vez más de la política y -con vocación, en este caso, de avestruz- no se para a pensar que la política no se desentiende de ellos.

Porque nuestros políticos -tan memócratas-, nuestros giliprogres, nuestros papanatas aldeanos, nuestros rojos cavernícolas, nuestros trogloditas antifranquistas -que siguen viviendo cojonudamente contra Franco- nuestros bastardos regionales, nuestros bolcheviques de salón de actos de Instituto, nuestras cortesanas con complejo de modelo de lencería y una tajada tan soberana como para no distinguir una capilla de un burdel; toda esta fauna obtusa y roma -a veces municipal y siempre espesa- que nos ha caído encima desde hace décadas, no deja de pensar que el mundo es esa mierda de hemicirco donde hozan como gorrinos. Así es que, ¿para qué poner ejemplos de las permanentes inocentadas a que nos someten?

Para qué hablar del tancredo Mariano. Del señorito Sánchez, profuso perdedor, empeñado en hundir al PSOE cada día un poquito más y en defender su ruinosa dirección, navaja cabritera en mano, ante sus propios compinches; cosa que a mí no me molesta -antes bien, me regocija- pero que marca el estilo de la época.


Para qué hablar del señorito Iglesias, matón tabernario de patio de instituto que defenestra a quien -dentro de su recua- no le ríe las gracietas, y que se permite amonestar a diestra y siniestra -más a diestra, evidentemente- mientras exculpa a sus propios especuladores inmobiliarios, contratadores irregulares, becarios prevaricadores y exhibicionistas municipales.



De los separatistas catalanes, que se emperran en hablar de tanques porque saben que no hay gónadas para tomarles la palabra, ya que insisten. De los socialistas -con o sin graduación- que se escandalizan por la corrupción del PP y ni siquiera leen los titulares donde se anuncia el procesamiento de dos de sus expresidentes regionales. 

En fin, para qué hablar de nada de esta actualidad esperpéntica, esquizofrénica y grosera en un día como hoy, si lo mismo viene ocurriendo en otra fecha cualquiera a lo largo del año, de los lustros y de las décadas.

                    
(1) La victoria sin alas. FE., núm. 1, 7 de diciembre de 1933. Tachado entonces por la censura. Reproducido en Arriba, núm. 23, 12 de diciembre de 1935.

sábado, 24 de diciembre de 2016

SOBRE LO DE CADA AÑO.

Que es, por esta fecha, la conmemoración del nacimiento del Hijo de Dios, se pongan como se pongan los papanatas y los mamarrachos.

Se que no es demasiado cristiano lo que suelo decir en estos días, pero comprendan que -a efectos de este diario- me invade el espíritu navideño de los tres meses de compras compulsivas, de los papás noeles y -a poco que la señora CaCarmena y sus alegres chicas del bolchevismo feminista metan baza- mamás noelas.

O sea, que poco cristiano y tan poco católico como el mismísimo cura Paco, salvo hacia quienes no tragan con el ectoplasma de unas Navidades hechas a la imagen y semejanza de los palurdos eternamente deslumbrados por el más cursi esnobismo.

Por supuesto, sin la menor compasión, ni caridad, ni amor fraterno, ni leches, hacia los que celebran -solsticio de invierno- un acontecimiento astronómico, y que por presumir de laicos caen en el más puro panteísmo. Como la referida tribu de la señora CaCarmena.

Así es que, como de costumbre, deseo una Feliz Navidad a quienes saben que esta noche nos nace Dios, que se hace hombre en Su Hijo.

Y al resto, como de costumbre también, que les vayan dando.

miércoles, 21 de diciembre de 2016

SOBRE EL NUEVO ATENTADO.


Que no es el del asesinato múltiple en Berlín -eso es lo habitual en esta sociedad europea y floja- sino el de los medios de comunicación españoles.

Medios de comunicación -de desinformación e intoxicación, más bien- que de la desgracia y el crimen hacen propaganda política. Y si, son los medios. Porque los partidos políticos están en su papel al afirmar ante los posibles electores lo que opinan sobre lo que pasa; de identificar los problemas y de proponer soluciones. Pero los periodistuchos y tertulianines que aprovechan una matanza en Berlín para clamar contra la "ultraderecha" que se muestra hasta donde no digan dueñas de los atentados, están haciendo propaganda política. Propaganda política "antifascista", evidentemente. Como si aún les pagara la III Internacional y tuvieran que congraciarse con sus amos, llegando a la desfachatez de afirmar que los atentados islámicos benefician a la "ultraderecha" alemana o francesa. Vamos, que en cuanto les aflojen un poco más la mosca, dirán que los crímenes han sido cometidos por los "ultras".

Y no se cansan de clamar contra la "xenofobia de la ultraderecha," por más que los partidos que tertulianuchos y periodistines tildan de fascistas no pidan mas que el cumplimiento de las leyes y que se acote el desparrame de buenismo suicida. Porque las "ultraderechas" europeas -hasta donde alcanzo a saber, que es, sin duda, más que los parlanchines necios- no reniegan del extranjero por ser extranjero, ni exigen cerrar la frontera a cal y canto, como en su día hiciera el bolchevismo soviético. Lo que piden es que no se permita la entrada de cualquiera que venga aunque no cumpla unas mínimas condiciones de adaptación a su nueva residencia, y de respeto a las leyes, normas y costumbres de quienes les acogen.

Porque lo contrario -la autoreclusión en barrios cerrados y costumbres originarias- no hace sino fomentar la posibilidad de terroristas de segunda generación; o sea, los hijos de los inmigrantes, ya nacidos en Europa, que se sienten excluidos por los países que acogieron a sus padres, pero a los que no se sienten ligados.

No dejan los periodistas y tertulianos de asombrarse porque a veces los terroristas islámicos tienen la nacionalidad del país -Francia, Alemania, España- donde cometen sus fechorías. Y no entienden que, por mucho que tengan la nacionalidad por nacimiento -ius soli- no están integrados en sus respectivos países. No sienten, no piensan, no viven como alemanes, franceses o españoles; viven y piensan y sienten como enemigos de sus propios conciudadanos, a los que odian y a los que anhelan sojuzgar y -llegado el caso- exterminar.

Y no entienden que esto es así por una razón simple: los hijos de esos inmigrantes musulmanes -la segunda generación- se encuentra generalmente apartada de una sociedad que no les ofrece trabajo, ni vivienda, ni proyecto de vida; que los tiene apartados, en guetos medio autoimpuestos y medio obligados por la sociedad que no se esfuerza en integrarlos. 

La única manera de poderlos integrar es que tengan trabajo, vivienda -ganada con su esfuerzo, no regalada por ser distintos a los desgraciados que pagan impuestos-, proyecto de vida. 

Y la única manera de podérselo ofrecer, y que la segunda generación de inmigrantes no se revuelva contra sus países de nacimiento, es que no entren más nuevos inmigrantes de aquellos que la sociedad puede acoger. 

Lo contrario -lo que se lleva haciendo décadas- no es sino sembrar el terrorismo futuro.

miércoles, 7 de diciembre de 2016

SOBRE MI AMIGO ESPARTANO.

Amigo, no pensaba traerte a este diario, donde tanta basura, tanta estupidez, tanta zafiedad tengo que comentar cuando no me vence el aburrimiento de una actualidad esperpéntica.

No quería mezclarte en esta zahúrda de miserias; pero, pese a lo que aquí me veo obligado a comentar, esta sigue siendo mi casa virtual, y en mi casa siempre tienes las puertas abiertas.

No quería mezclarte en la mezquindad actual, pero tu hijo -mi casi sobrino- me dijo que escribiera algo bonito. Me lo dijo -¡fíjate qué hijos has criado, y qué orgulloso puedes estar de ellos!- mientras me consolaban a mi por tu pérdida. Porque -lo sabes- al final me pudo el corazón, no logré mantener la serenidad para apoyarlos, y di rienda suelta a mi propio dolor mientras me abrazaba a ellos. Y a ti.

No se si de aquí saldrá algo bonito, si saldrá regular o siquiera legible. Se que nunca podrá salir lo que tu te mereces, y con la tristeza de saber que no estaré a la altura me pongo a la faena.

Y también con la nostalgia de esas conversaciones que ya no tendremos; de esos tiros a un bote que ya no pegaremos mano a mano; de esas cervezas, caducadas de cuatro o cinco años, que tan bien nos supieron, o de las que te esperan en mi casa, junto a las aceitunas y las almendras.

Quizá no sea nostalgia la palabra. La nostalgia es la tristeza por la ausencia, y se que tu no sólo no estás ausente de nuestras vidas, sino que estás -si cabe- más presente. Porque antes estabas con uno, dos, tres de nosotros; y ahora estás con todos.

Porque, ¿sabes?, no te has ido. No nos da la gana de que te hayas ido, así es que sigues con nosotros. Con todos y cada uno. Te has ido como un espartano, luchando como un león, peleando con uñas y dientes -y a mordiscos, cuando ha hecho falta- porque la única forma digna de irse -de volver- es sobre el escudo.

 Y los que vuelven sobre el escudo, siempre permanecen.

Te has ido porque el cuerpo tiene sus límites, porque las fuerzas físicas se agotan, porque somos mortales y hemos de morir. Pero tu espíritu no se ha rendido, no se ha doblado, no se ha permitido un descanso ni una derrota. Tu espíritu de león espartano que, en la adversidad, sacaba fuerzas para animar a quienes te rodeaban.

Nos has dejado -sólo por ahora- con un ejemplo de dignidad, de fortaleza y de valor. Con la dignidad de un Cónsul romano, la fortaleza de un león y el valor de un espartano.

Quiero decir tantas cosas que me lío. En las horas de insomnio es más fácil, todo cuadra, todo se hila; pero a la hora de ponerlo sobre el papel -sobre la pantalla- se deslavaza y sale a trompicones.

Se preguntarán los que lean a santo de qué viene tanto hablar de espartano. Tu lo sabes, amigo; lo sabe tu familia, y lo se yo. El resto, me harán la merced de aceptar mi palabra.

Los que no te conocieron -los que si te conocían y valen la pena no lo necesitan- también aceptarán mi palabra si digo que fuiste -eres- un hombre de bien, un amigo de los que están cuando hacen falta, de los que saltan sobre cientos de kilómetros cuando se les necesita. De los que hacen mejor este mundo. De los que dejan huella en el alma, no sólo en la memoria.


Por eso, Iñaki -amigo, hermano- no le pido a Dios que te acoja. Se que estás con Él y, por eso, lo que te pido -a ti, espartano- es que nos eches una manita.

jueves, 1 de diciembre de 2016

SOBRE EL PREMIO AL TONTO DE LA CLASE.

El Premio Cervantes -¡ay, si D. Miguel levantara la cabeza o, al menos, el brazo tullido!- regalado a un perfecto imbécil, indocumentado, topiquero y sinvergüenza llamado Eduardo Mendoza, porque en España somos tan generosos como para permitir que un macaco tenga nombre.

Este fulano -si, eso es: fulano- es una perfecta muestra del escribidor que hoy en día se premia en este país que un día fue España. Sobre él y su necedad tuve ocasión de escribir hace ya 6 años, cuando también le regalaron el premio Planeta a cuenta de una infamia sobre José Antonio Primo de Rivera.

Esto es lo que dije entonces y -como corresponde- mantengo hoy:


lunes 18 de octubre de 2010
Que dicen que es escritor, y hasta que ha ganado el premio Planeta con una cosa titulada Riña de gatos. Madrid 1936.

Nada extraño, si tenemos en cuenta el lamentable declive de esa editorial que fue un referente de señorío y ecuanimidad, convertida ahora en lo que a la vista queda, con su presidente en los tribunales, acusado de facilitar un plagio de Camilo José Cela.

Este tal Eduardo Mendoza -que lo mismo podría ser un Juan Lanas o, más castizamente, un don nadie-, se permite decir -en entrevista que le hacen en Público- de José Antonio Primo de Rivera que era "alguien con un interés intelectual y humano tan escaso..."

Obviamente, el señor Mendoza es tonto. Es -más que tonto-, necio con máster, soplagaitas sumo, tontolaba engreído, cretino cum laude, necio máximo.

José Antonio fue el único intelectual que le dio a la Segunda República una legitimidad de origen de la que legalmente hubiera carecido sin él: la de que todo hecho revolucionario -en tanto que subversivo del orden constituido- genera su propia legitimidad. Fue -según Jordi Pujol, nada sospechoso según creo- el único político español que había entendido a Cataluña. Fue -dicho por sus oponentes en los tribunales- un brillante abogado. Fue un hombre que -sobre todo uno que se llame escritor tiene que saberlo- dejó páginas hermosísimas desde un punto de vista meramente literario.

Lo que ocurre, es que José Antonio fue un intelectual al que se le entendía; que tenía tal capacidad y tal cultura, que se hacía comprender por cualquiera, lo mismo los intelectuales encumbrados que los campesinos y obreros tan queridos por él. Acaso este señor tonto Mendoza piensa -es un decir, vaya- que un intelectual es el que hace el programa político del PSOE o del PP, esos montones de palabrería de los que nadie saca nada en claro. Y entonces -entonces sí- José Antonio le resultaría de poco interés, porque quien tiene un cerebro viciado de estereotipos es incapaz de valorar la claridad, el rigor intelectual, el pensamiento recto y firme.

En cuanto a lo humano, José Antonio fue -según sus enemigos- un hombre ecuánime y valiente. Defendió la memoria de su padre -cosa que suelen hacer los hijos cuando lo conocen-, de pensamiento, en las Cortes; y, cuando resultó necesario, de obra, abofeteando a un General en plena calle, o saltando sobre tres filas de escaños en el Congreso, para enzarzarse con el maledicente. Pero ello no fue obstáculo para que, cuando era de justicia, le ofreciera su mano al enemigo.

Evidentemente, José Antonio no tuvo el interés humano de una vida trufada de escándalos, porque mantuvo en la mas estricta privacidad lo que no concernía a la actividad pública. Si este cretino Mendoza considera el interés humano por el número de concubinas conocidas, o de escándalos de cuernos, o de trifulcas públicas, José Antonio no le puede llamar la atención.

Añade después el capón Mendoza: "Es un personaje que me parece interesantísimo, aunque todos los historiadores coinciden en apuntar que era un memo."

Pero, ¿tu sabes leer, necio Mendoza? Aquí, el único memo eres tu, ababol. Cualquier historiador será más o menos favorable, pero a ninguno en absoluto le ha parecido un memo. Al contrario: por muy enemigos ideológicos que sean, todos coinciden en resaltar lo fascinante del personaje. 

Incluso tú mismo lo confiesas, mamarracho: un personaje que me parece interesantísimo. Te contradices porque ni siquiera en tu condición de caracol -rastrero, baboso, hermafrodita y cornudo- puedes sustraerte a la realidad.

Y por último, lo que te define: "Lo único que hizo con acierto estratégico fue morirse a los 33 años."

Eso es, botarate Mendoza: se murió. ¿De gripe? ¿De infarto? ¿De tuberculosis, aún no erradicada por la Sanidad del Régimen de Franco?.

Se murió. Y se queda tan ancho el hideputa, a ver si cuela y la gente se olvida de que fue fusilado -asesinado tras una farsa de juicio, mucho más ajeno a la legalidad que los que dicen que eran ilegales en el franquismo-, condenado sin prueba alguna por delitos que no pudo cometer porque llevaba preso -preso político- desde varios meses antes.

Ahí te retratas, mentecato. Se te nota la piel de zorra que, fracasada en el intento de alcanzar las uvas, se quiere convencer de que están verdes. Y aquí, lo único verde que hay eres tu.

Verde de envidia verde.

sábado, 26 de noviembre de 2016

SOBRE FIDEL CASTRO Y LOS CANALLAS.

Cada vez que uno cree haber llegado al fondo del asco sobre la naturaleza humana, hay un nuevo brote de mezquindad, un nuevo salto en las cotas de desvergüenza, una nueva canallada, que eleva estratosféricamente los límites de la abyección.

Es de auténtica vergüenza ajena -como para pedir la baja en el género humano- el espectáculo de la cobardía, de la iniquidad, de la incapacidad, la de esos cabestros que festejan la muerte de Fidel Castro. Los que no han tenido los santos cojones de luchar contra él, ahora se revuelven, como perro cobarde, a ladrar al difunto que ya no les puede responder.

Esto -lo de la cobardía ladradora- ya lo comenté en este mismo diario (1) hace unos diez años, cuando Fidel Castro cayó enfermo y los vociferantes cubanitos yanquizados se lanzaron a las calles de EEUU para celebrar que la natural caducidad de la condición humana parecía querer quitarles a su enemigo de en medio. Léanlo -si gustan-, más abajo, si no desean seguir el enlace.

Pero lo que ya clama al cielo -o al limbo, en este caso- es la alegría con que en la cadena de la Conferencia Episcopal Española han celebrado la muerte de un ser humano, llegando al extremo -doña Cristina López Schlichting- de dar cuenta, con particular regocijo, de una conversación con un amigo suyo, cubano, que la invitaba a compartir una botella de ron para festejar el óbito de Fidel Castro.

Esto, evidentemente, recuerda a todos aquellos hijos de la gran tarasca que presumían de haber brindado con champán por la muerte de Franco, al que la referida doña Cristina ha mencionado profusamente en su programa, razón por la que la referencia a Franco que hice en el comentario antes citado tiene hoy particular vigencia. 

Este particular tipo de cabestros, cobardes, sinvergüenzas, cabrones lisos o con pintas, abunda sobremanera; los que quieren que los demás -en este caso la muerte- les quite a sus enemigos de encima sin tomarse la molestia de combatirlos de frente para -eso sí- ocupar su puesto.

A mi, Fidel Castro siempre me ha caído bien, cosa que a poca gente que me conozca le puede extrañar. Lo pueden comprobar en los párrafos a que les remití antes, y en estos otros (2) que también copio más abajo. Y precisamente por las razones que en ellos explico: porque -equivocado o no, y yo creo que sí, pero es lo de menos- hizo lo que creyó que tenía que hacer, y se mantuvo fiel a ello. No fue un traidor a sus ideas; a las ideas de los que habían muerto por lo que él decía.

También porque Fidel Castro supo tenérselas firmes con el lucero del alba, y buena prueba de ello es la tercera cita que les traigo, en este caso de mi sección de La Nación (3) en el año 1996, que pueden igualmente leer más abajo.

Creo que con eso basta para explicar por qué Fidel Castro me ha parecido siempre mucho mejor enemigo -en lo ideológico, quiero decir- que los mamarrachos como Zapatero, Sánchez, Iglesias, el difunto Carrillo o la señora López de la COPE.

Por supuesto -tampoco esto le va a extrañar a nadie que me conozca y que conozca mi forma de pensar- en este diario no se va a brindar, ni se va a festejar, ni se va a manifestar alegría de ningún tipo. Aquí les ofrezco la última autocita del día: lo que escribí cuando falleció Santiago Carrillo Solares (4).

Precisamente porque -como termino el último párrafo que pueden leer al final si gustan- ser falangista obliga a mucho, lo que se dice hoy en esta "Libre Opinión" es que Fidel Castro descanse en paz.

* * * * * 


(1)
SOBRE FIDEL CASTRO.
http://milibreopinion.zoomblog.com/archivo/2006/08/01/sobre-Fidel-Castro.html
01/08/2006

Que se halla enfermo de cierta consideración, según parece.
Creo que nadie, a estas alturas, va a considerarme pro-castrista, comunista o cualquier otra cosa similar. Pero las imágenes de los exiliados cubanos en EEUU, entusiasmados hasta el paroxismo, no dejan de parecerme de un singular patetismo.
El mismo patetismo ridículo, indigno, de los antifranquistas que nunca movieron un dedo contra Franco, hasta que se murió -de enfermedad y en un hospital de la Seguridad Social- por obra de la natural caducidad humana.
Nada puede manifestar mejor la incapacidad, la impotencia, la indignidad y la falta de gallardía.


(2)
SOBRE CUBA.
http://milibreopinion.zoomblog.com/archivo/2007/04/03/sobre-Cuba.html
03/04/2007

A mi -lo tengo escrito- Fidel Castro me cae muy bien, aunque no puedo ser mas opuesto a su comunismo trasnochado y caduco. Pero admiro su hispánica terquedad de querer mantenerse en lo que siempre ha sido; de no venderse a los charlatanes ni ceder a las amenazas. Hizo su revolución y -aunque a mí me parezca equivocada- la mantiene. 
Sólo el pueblo cubano tiene derecho a seguir ese camino o modificarlo. Ni Moratinos, ni Bush, ni yo. Los cubanos, con su cara y su cruz, su aquiescencia o su oposición. Y con su hacer frente a las consecuencias de su actitud.
Lo que realmente me da asco, es la actitud de los traidores que le piden a los demás que echen a Fidel Castro para colocarlos a ellos. Me recuerdan demasiado a otros cabestros que aquí hemos conocido demasiado bien.


(3)
Nº 236
Del 11 al 24 de diciembre de 1996

Sobre la dignidad
"Franco tuvo la dignidad de no someterse a Estados Unidos y negarse al bloqueo de Cuba."
Lo ha dicho, en El Vaticano, Fidel Castro, ídolo de todos los liberales y demócratas, y particularmente de los de la prensa y televisión españolas.
A mí, para qué decir lo contrario, Fidel Castro me cae bastante bien como persona, independientemente de que, en lo ideológico, seamos enemigos irreconciliables. Me cae simpático por su terquedad de la mejor línea hispánica; por su testarudez; por no dar su brazo a torcer y mantenérselas tiesas contra el poderoso imperio yanqui. Me cae bien por indómito, por no apearse de una burra que, aunque sea equivocada, es la suya.
El hombre que reconoce la dignidad del comportamiento de su enemigo, merece ser combatido con respeto. Y, desde mi punto de vista, Fidel Castro se ha ganado el respeto de cuantos pensamos de forma diametralmente opuesta. Si este hombre no se hubiera alistado bajo las banderas equivocadas, la historia de la última mitad de este siglo habría sido bien distinta. Y mejor.



(4)
martes, 18 de septiembre de 2012
SOBRE EL OBITO. 
http://mi-libre-opinion.blogspot.com.es/2012/09/sobre-el-obito.html

El de Santiago Carrillo Solares, hijo de un Wenceslao socialista al que repudió, genocida protegido por los garzones de este muladar, delator de cientos de compañeros a los que prefirió hacer mártires para vivir a su costa.

El genocida Carrillo -dicen- celebró la muerte de Franco -de enfermedad y en la cama de un hospital de la Seguridad Social que José Antonio Girón creó bajo el mandato del Caudillo- brindando por ella. Con las burbujas debió tragarse la vergüenza -ya, ustedes perdonen, no la tuvo jamás- de que su enemigo se muriese de viejo.

Yo, que soy falangista por la gracia de Franco -como cualquiera que lo sea y que tenga menos de 90 años-, no voy a brindar con champán. Ni siquiera con agua del grifo. Precisamente porque ser falangista obliga a mucho.


domingo, 20 de noviembre de 2016

SOBRE PASADO Y FUTURO.

Pasado y futuro que, siendo hoy 20 de Noviembre, ya se sabe por donde va.

El pasado no lo conocemos ninguno -porque lo que ahora cuentan que fue el pasado no se parece a la realidad que viví ni por el forro-, y el futuro, en cambio, es cada vez más evidente. Al menos, para algunos, y precisamente por conocer el pasado.

No debería ser este un día donde en éste diario aparecieran los tontos, los pijos, los papanatas, los zafios y groseros, los hideputas. Pero es que eso es lo que hay, y hacer oídos sordos y ojos ciegos a la realidad haría poco favor a la memoria de los que hoy recordamos las personas decentes. Los -a decir del refranero castellano, tan pródigo en buenas sentencias- bien nacidos, por agradecidos.

Pero, lógicamente, no se puede pedir peras al olmo, ni se puede pedir agradecimiento a los sinvergüenzas, ni se puede pedir actitud de bien nacido a los hideputas. De esta forma, la actualidad de esta España que ya no es, se centra en los cenutrios más groseros y zafios; en los rufianes -y no lo digo por el separatista catalán, aunque si se empeña le añado-, en los ladrones, en los mequetrefes y en los cabrones sin pintas.

Queda lejos de esta España que ya no es, todo lo que pueda parecer grandeza, integridad, patriotismo, decencia. Y en estas condiciones, se hace difícil nombrar siquiera a los que hicieron del deber, del servicio a la Patria, de la dignidad y del honor el motivo de su vida. 

Se hace difícil nombrar a José Antonio, a Franco, a todos los que dieron su vida por una España mejor, y a todos los que ofrecieron su esfuerzo en el ara de esa España mejor que se iba logrando, hasta que llegó la horda de los vividores, de los traidores, de los canallas, y se dieron a sí mismos esta memocracia para vivir a costa de los españoles. Unos españoles, a estas alturas, perfectamente aclimatados al establo, contentos con quienes les ordeñan el bolsillo porque quienes les roban son "los suyos".

Tenemos lo que hemos querido y nos lo merecemos. Y algunos -que no queremos esto, pero nos lo merecemos- no tenemos más remedio que abrazarnos a la nostalgia por no ser capaces de darnos la mano entre nosotros.

La nostalgia no es sino la pena de verse ausente de la patria o de los deudos o amigos, o la tristeza melancólica originada por el recuerdo de una dicha perdida. Y hoy, las personas decentes -los bien nacidos del cantar- nos sentimos ausentes de la patria, y sentimos la tristeza del recuerdo de la patria perdida.

Pero la nostalgia no es forzosamente pasiva, y -al menos por mi parte- a lo que me conduce es a ponerme a disposición de quien quiera levantar la bandera. Porque no es momento de recrearse en la pérdida, sino de iniciar la recuperación; de lanzarnos a la reconquista de España, y de hacer de nuestros Caídos no un recuerdo, sino una referencia de la dignidad a la que aspiramos.

José Antonio ¡Presente!
Francisco Franco ¡Presente!
¡Arriba España!

viernes, 11 de noviembre de 2016

SOBRE LA VERGÜENZA AJENA.

O el -dispensen la desfachatez- descojonamiento propio.

Porque es para descojonarse de risa el espectáculo de los progres; los que presumen de liberales, de tolerantes y de -ni que decir tiene- demócratas. Más demócratas que la madre que las parió -a las democracias, digo- y que, casualmente, es precisamente los Estados Unidos de América, cuando menos por lo que a la democracia liberal y partitocrática se refiere.

Para descojonarse, ver u oír con qué aspavientos, con qué jeremíaco desasosiego, con qué atosigante relajamiento de esfínteres, se lamentan televisiones, periódicos, radios, partidillos, partidetes y partiduchos, por la victoria electoral de Donald Trump en USA.

A mí el señor Trump no me gusta. En lo que se ha revelado sobre él durante la campaña electoral, me da la impresión de ser un perfecto patán en su vida privada; uno de esos nuevos ricos engreídos y maleducados que -por desgracia- tanto conocemos por aquí. En su vida pública, el señor Trump ha hecho lo que tenía que hacer para ganar, y -a las pruebas me remito- lo ha hecho bien.

El señor Trump ha sabido entender qué es lo que le preocupa al ciudadano estadounidense. Un ciudadano que no es el habitante de Nueva York o de Los Ángeles solamente, porque entre ambas ciudades -y ambas costas- hay muchos millones de personas que también tienen derecho a hacerse oír, y que -los votos, tótem supremo del demócrata liberal, lo cantan- no parecen coincidir con los progres prepotentes de las grandes ciudades.

El señor Trump ha dicho -hablando claro y sin subterfugios- lo que cuando lo dicen los tontiprogres de la prensa -a la española me refiero- es lógico y razonable, y cuando lo dice otro, es anatema. Sobre todo, cuando quien lo dice no les cae bien. O no les unta bien, que ya nos vamos conociendo. Pero es que la incongruencia roza extremos verdaderamente patológicos en muchos casos, como los de esa cadena de radio de la Conferencia Episcopal, que se lamenta de que no haya ganado las elecciones de Estados Unidos la señora Clinton, reconocida abortista que, durante el mandato de su marido, se dedicó a exportar el aborto a los países desfavorecidos de África, Asia y América del Sur y del Centro. Y lo hizo supeditando la concesión de ayudas al establecimiento en esos países del aborto libre.

Entiendo perfectamente que el programa del señor Trump no sea considerado conveniente para Europa. Ya ha advertido, por ejemplo, que si Europa quiere Defensa que se la empiece a pagar, porque los EE.UU. ya están hartos de poner la cara por nosotros; sobre todo, porque esta Europa vieja, cobarde y marrullera reclama ayuda para, sacadas las castañas de fuego, entonar el go home.

También ha dicho que los americanos primero -cosa que, evidentemente aplicada a nosotros, ya decíamos en Juntas Españolas hace más de veinte años-; que no admitirá emigrantes que no acepten los valores del país; que deportará a los emigrantes delincuentes y meterá en la cárcel a los que vuelvan ilegalmente.

Ha dicho -ahí abajo tienen ustedes la copia de su contrato con el votante americano- otras muchas cosas que a mi me parecen bastante razonables.

Porque si esto no lo hubiera dicho Trump, cualquiera lo daría por bueno, por lógico, por razonable y por ejemplo a seguir. Cualquiera que no sea un delincuente extranjero, que no sea un progre apátrida, que no sea un demagogo o que no sea -directamente- gilipollas.

En otro orden de cosas, demuestran no vivir en el mundo los que temen que Donald Trump aplique su esnobismo y zafiedad personal al gobierno. En Estados Unidos -el único país, que recuerde, donde se ha destituido a un Jefe del Estado de forma legal y pacífica- el sistema es perfectamente capaz de atemperar excentricidades.


CONTRATO CON EL 
VOTANTE AMERICANO.


"Lo que sigue es mi plan de acción de 100 días para hacer a América Grande otra vez". El equipo de Donald Trump ha colgado en su web los temas prioritarios que abordará el nuevo presidente de EEUU durante los primeros meses de su mandato. Su "contrato con el votante americano" incluye numerosas medidas económicas, además de algunas de sus polémicas propuestas en materia de inmigración, como la famosa construcción de un muro con México. A continuación, los principales ejes de dicho plan:

- Congelará la contratación de nuevos empleos federales para reducir el personal público, pero exceptuando al ejército, las fuerzas de seguridad y la sanidad pública.
- Establecerá un nuevo requisito por el cual, en caso de aprobar una nueva normativa o regulación, la Administración deberá eliminar dos regulaciones ya existentes.
- Renegociará el tratado de libre comercio con Canadá y México (TLCAN) e incluso amenaza con retirarse del mismo.
- Anunciará la retirada del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), el mayor acuerdo comercial de la historia firmado hasta la fecha, aunque no incluía a China.
- Ordenará que China sea etiquetada como un "manipulador monetario", denunciando así que devalúa su moneda para abaratar artificialmente sus productos.
- Ordenará identificar "todos los abusos de comercio exterior que injustamente afectan a los trabajadores estadounidenses" y adoptar las medidas precisas para "poner fin a esos abusos de inmediato".
- Levantará las restricciones a la producción nacional que en su día impuso la Administración Obama al sector energético, incluyendo petróleo, gas y carbón, y eliminará las trabas al desarrollo de este tipo de proyectos, incluida la construcción del gran oleoducto Keystone Pipeline.
- Suspenderá los miles de millones de dólares que, en principio, debería aportar EEUU a la lucha contra el cambio climático y destinará ese dinero a la mejora y reconstrucción de infraestructuras medioambientales y acuíferas en EEUU.
- Propondrá al Congreso un "plan económico" para que el PIB crezca a un ritmo del 4% anual y genere, al menos, 25 millones de nuevos puestos de trabajo mediante una rebaja generalizada de impuestos y una amplia simplificación regulatoria. La rebaja fiscal será del 35% para las familias de clase media con dos hijos.
- Sancionará fiscalmente a las empresas que decidan deslocalizar su producción a otros países mediante la aplicación de aranceles a sus productos.
- Apostará por la cooperación público-privada, aplicando incentivos fiscales, para impulsar un gran plan de infraestructuras por valor de 1 billón de dólares durante diez años, que, según dicho "contrato", resultará "neutral" en materia presupuestaria.

- Redireccionará el dinero público que reciben los colegios para que los padres puedan decidir libremente a dónde enviar a sus hijos, ya sean centros públicos, privados o religiosos, a su elección. Además, devolverá la supervisión educativa a las comunidades locales.
- Derogará y sustituirá el polémico Obamacare por Health Savings Accounts(cuentas de ahorro para gastos sanitarios con ventajas fiscales y condiciones flexibles que, además, pueden dejarse en herencia, con la posibilidad añadida de poder deducirse las primas del seguro médico). Además, cada estado manejará los fondos destinados a Medicaid (seguros de salud públicos para gente sin recursos o con bajos ingresos).
- Reformará la Agencia Federal de Medicamentos (FDA) para agilizar la aprobación y venta de nuevos fármacos mediante la eliminación de burocracia.
- Impulsará un Ley de Cuidado Infantil y de Tercera Edad para que los estadounidenses puedan deducirse fiscalmente los gastos y servicios asociados al cuidado y la atención de niños y ancianos. Promete incentivar a las empresas para que incorporen guarderías en los centros de trabajo y ofrezcan fondos libres de impuestos para personas dependientes. Ofrecerá subvenciones públicas para las familias con ingresos más bajos.

Las políticas de inmigración.
Por otro lado, en el citado "contrato" incluye también algunas de sus propuestas más polémicas en materia de inmigración
Empezará a deportar a los más de dos millones de inmigrantes ilegales con historial delictivo y cancelar las visas a los países extranjeros que se nieguen a admitirlos.
Rechazará a los inmigrantes que procedan de regiones "propensas al terrorismo".
Todas las personas que quieran entrar en EEUU serán investigadas en profundidad.
Trabajará en la construcción de un muro en la frontera sur, cuyo coste será reembolsado por México.
Impondrá una pena obligatoria mínima de dos años para quienes intentan entrar en EEUU de forma ilegal tras una deportación y de cinco años de prisión para quienes, además, tengan antecedentes criminales o dos o más deportaciones previas. Asimismo, reformará las normas de visado para elevar las penas por expiración de permisos.
Pretende que los puestos de trabajo disponibles se ofrezcan primero a los estadounidenses.
Se asegurará de que quienes sean admitidos en Estados Unidos acepten los valores del país.
Cancelará toda la financiación federal a las denominadas "ciudades santuario", las más laxas e indulgentes con los inmigrantes ilegales.

Seguridad, ejército y corrupción.
Por último, aumentará los fondos y recursos destinados a combatir la delincuencia, el tráfico de drogas y las bandas criminales; aumentará la inversión militar; permitirá que los veteranos asistan a los médicos privados de su elección; mejorará la infraestructura contra los ataques cibernéticos; y combatirá la corrupción política.


viernes, 4 de noviembre de 2016

SOBRE LA BORRACHERA MORTAL Y LA HIPOCRESÍA.

Borrachera mortal la de esa niña de 12 años que, tras empapuzarse tragos varios de todo lo habido y por haber, se encalomó una botella de ron.

Ya partir de ahí, ya han salido todos los hipócritas a largar como si no tuvieran nada mejor que hacer. O quizá es que, efectivamente, no lo tienen.

Han salido a largar los de siempre, con las gilipolleces de siempre. Que si tendría que haber más vigilancia; que si tendrían que darles charlas en el Instituto; que si qué pasa en nuestra sociedad para que ocurra esto. Y -aunque solapadamente, por el momento- que cómo es posible que una cría de 12 años estuviera en un botellón a las 11 de la noche. Y no por primera vez, según El Mundo.

Y digo gilipolleces e hipocresía, no porque me guste faltar -que sí, que me gusta- , sino porque las cosas están muy claras. Si a los niños, a los mozos, a las mozas, a los adolescentes y adolescentas, les ponen vigilancia, enseguida sale quien diga que eso es coartar su libertad; que si Estado policial por aquí, que si gobierno dictatorial por allá. Y esto, los mismos padres de los mozos, mozas, etc., a los que la policía les pegue un multazo. Porque, claro, de dormir la mona en la comisaría ni hablamos, pobrecitos.

Pero es que si les dan charlitas, por un oído les entra y por el otro no les sale, porque se les queda en el serrín. Como a esta niña, a cuyo Instituto ya fueron a dárselas, y ya ven la utilidad.

Y ¿qué pasa en nuestra sociedad para que ocurran estas cosas? Pues algo tan sencillo como que ni en los Institutos hay autoridad para que los niños, las niñas y todo eso pongan la oreja a los que les cuentan, ni la policía tiene autoridad, porque hay multitud de jueces de menores, de fiscales de menores, de servicios sociales -pongan los etcéteras que gusten-, que ponen a parir a profesores, a policías y a autoridades de cualquier clase que intentan poner orden en el cachondeo.

Y por si fuera poco, tenemos a esos mismos jueces, fiscales, servicios sociales y sociedad en general, que mete en la cárcel a los padres que tengan la ocurrencia de prohibirle a los niños de 12 años ir de botellón. Porque eso, ya se sabe, les traumatiza. O les trauma, como dicen los modernos ignorantes que peroran sin fin en radios, televisiones, periódicos y juntas de vecinos.

Algo de esto dice mi camarada Eloy en su Trinchera, y les ruego que sigan el enlace.

Y la policía, los jueces -y etc.- que no permiten a los padres ejercer su autoridad y educar a sus hijos, no hacen sino cumplir las leyes. Que son una mierda, pero son leyes.

Ustedes, seguramente, saben quién hace las leyes. Incluso los hipócritas y los gilipollas que piden hoy lo que ayer rechazaban. Las leyes las hacen los políticos -el Gobierno que suele presentarlas, o en su defecto los diputados, y el Parlamento que las aprueba-, y a los políticos -hablo en teoría, evidentemente- los elige el pueblo soberano. El mismo que luego no está de acuerdo con lo legislado, pero que sigue votando a los que legislan esas memeces.

¿Quién tiene la culpa entonces? ¿El policía, el juez, el fiscal, el profesor, el padre? ¿O el memo que vota sin saber qué, ni para qué, ni por qué?

sábado, 29 de octubre de 2016

SOBRE LA FIESTA PALETA.


Pues eso.

Y gracias por el envío a quien me ha remitido la viñeta; y gracias al dibujante, cuya firma no consigo ver lo suficientemente bien como para transcribirla, pero que capta a la perfección la diferencia entre ser persona normal y ser un papanatas xenófilo.

sábado, 22 de octubre de 2016

SOBRE MI CAMARADA LUIS.

Mi camarada Luis es el Ilustrísimo Señor don Luis Tapia Aguirrebengoa, Coronel de Infantería, legionario y -aunque parezca mentira, se hace necesario decirlo- español.

Español de esos que hoy no están -estamos, salvando las distancias- bien vistos. Español de los que nunca robaron, ni traficaron con influencias, ni antepusieron el cocido al honor. Español, por tanto, de los que casi nadie va a recordar en este aniversario de su muerte, salvo los que tuvimos el honor de conocerle, tratarle, tenerle como amigo, como maestro y como camarada.

Ya he dicho en otras ocasiones cuando podía decir del Coronel Tapia Aguirrebengoa, Jefe al que sus legionarios respetaban y querían, y sobre mi camarada Luis, que ponía siempre el tono justo en nuestros debates de la Junta Nacional de Juntas Españolas, y hablaba -escribía- desde las páginas de EJE a las que daba brillo y razón.

Así que sólo me queda decir, otro año, que los que -junto a tí- intentamos hacer una España mejor, seguimos aquí. Que esta España no es que sea peor que la que teníamos entonces, y mucho peor que la que queríamos, sino que ya ni es España ni es nada mas que una cochiquera de tribus y se sinvergüenzas; y que nosotros, sin necesidad de ser unos linces, ya vemos llegar el momento. 

jueves, 13 de octubre de 2016

SOBRE EL PREMIO A DON ROBERTO.

Porque, por mucho que algún agente discográfico le bautizase como Bob Dylan, el reciente premio Nóbel de Literatura nació como Robert Allen Zimmerman (en hebreo, Shabtai Zisl ben Avraham, según la Wikipedia). De donde me permito deducir que el señor Zimmerman es judío -al menos de nacimiento-, lo cual no tendría que significar nada especial. ¿O si?

Desconozco en absoluto lo poéticas que puedan resultar las letras de las canciones del señor Zimmerman. No entiendo de inglés mas que lo justito para medio enterarme de lo que dicen los manuales informáticos, y las traducciones que he visto en Internet no me parecen gran cosa. Puede que lo regular -tirando a malo- sea la traslación de idioma, y no las letras en sí; pero en la duda, me quedo en mi idea.

Desde la más profunda ignorancia, pues, de los méritos de don Bob Dylan para recibir el Premio Nóbel de Literatura, tengo que coincidir -como siempre, por otra parte- por lo que dice mi camarada Eloy en su Trinchera: esto no es sino otro ejemplo de la apabullante medianía de la supuesta élite intelectual. Triunfa lo vulgar -lo chabacano,  lo zafio y lo grosero, si me apuran-, y se desprecia todo aquello que podría elevar el nivel cultural.

Dicho esto, no me queda sino dar gracias a Dios de que jamás se le concediera ese Premio Nóbel a Rafael García Serrano.

miércoles, 12 de octubre de 2016

SOBRE EL MAESTRO.

El maestro es, evidentemente, Rafael García Serrano, como ya saben mis amigos habituales.

A estas alturas, casi tres décadas después de su fallecimiento -12 de Octubre de 1988-, supongo que nadie del mundo que se proclama intelectual lo va a recordar. Tampoco -me temo- seremos muchos a recordarlo entre los que sabemos que se le debe la mejor literatura en lengua española de todos los tiempos, con permiso de Cervantes y Quevedo.

Supongo que tampoco el próximo año, cuando se cumpla el centenario de su nacimiento -11 de febrero de 1917- habrá nadie que se moleste en hacerle el homenaje que España le debe, que le deben cuantos de él aprendieron y a los que él abrió camino. Así es que, desde aquí -que ya se que no es una plataforma de gran difusión, pero no tengo otra- lanzo la idea de que, al menos los que conservamos memoria y vergüenza, hagamos circular el aviso, por si alguien situado donde se pueden hacer estas cosas recupera la sensatez, la decencia y el buen gusto.

miércoles, 5 de octubre de 2016

SOBRE EL MÁXIMO INTERÉS DEL PSOE.


Quizá mis habituales se hayan extrañado de que no haya comentado nada sobre el tema del PSOE hasta la fecha. Pero es que, en realidad, poco había que comentar. Veamos:

El golpismo del PSOE -ellos son los que han dicho que la defenestración del señorito Sánchez ha sido un golpe de estado dentro del partido- no es cosa nueva. ¿Cuántos intentos -si bien fallidos- llevamos conocidos en las últimas décadas? Mi memoria no alcanza a tanto, y no tengo archivo para comprobarlo, pero quien guste de husmear en la pequeñez cotidiana ahí tiene las hemerotecas.

Tampoco le ha hecho ascos nunca el PSOE al golpe de Estado -esta vez con mayúsculas- externo al partido; y, para desmemoriados progres conviene recordar Octubre de 1934. O -para no irnos tan lejos- febrero de 1981.

Lo que sí merece comentario es la situación en que queda el partido socialista y, por ende, la situación nacional.

Ante el PSOE se abren dos posibilidades, ya más que comentadas en prensa, radio y televisión, por lo que no ahondaré. En resumen, se trata de que consienta la investidura de Rajoy o de que vayamos a unas terceras elecciones dentro de poco más de dos meses.

Ambas cosas son malas para el PSOE, y enfrenta a los nuevos dirigentes a una disyuntiva imposible. Si se abstiene y, a consecuencia, gobierna el PP, puede dar por perdidos buena parte de sus votos en un futuro próximo. Si persiste en la negativa y se producen nuevos comicios, puede dar por perdida la mayoría de sus votos dentro de dos meses. 

Podría pensarse que le queda la opción de negociar la investidura y obtener a cambio algún rendimiento, pero esta es una ilusión falsa. Rajoy sabe -o debería saber- que el PSOE ya no está en posición de fuerza. Lo que tal vez pudiera haber obtenido Sánchez a cambio de una abstención, ahora ya no es posible.

Y no lo es, por la sencilla razón de que ahora es el PSOE el que necesita, como sea -frase favorita del zapaterismo- un gobierno del PP; y un gobierno estable, que dure por lo menos tres años.

El PSOE necesita tiempo para recomponerse, para lamerse las heridas y para -probablemente- limpiar sus huestes. No se puede siquiera permitir una oposición furibunda que diera paso a elecciones anticipadas, porque entonces el lastre que lleva acumulado se dejaría sentir y quedaría sobrepasado por la ultraizquierda podemita.

Queda por ver si Rajoy es capaz de manejar la situación sin arrogancia y con la suficiente mano izquierda, ofreciendo al PSOE una salida decorosa -algún pacto sobre determinados temas o incluso, en el colmo de un impensable maquiavelismo, algún ministerio de poco peso pero de representación-, o se regodea en hundir al adversario, lo que devendría en fomentar el podemismo.

Queda también por ver si los votantes y los militantes del PSOE, que en su mayoría son de extrema izquierda -y sólo hay que ver con qué buen ánimo recibieron al guerracivilista Zapatero y a su posterior émulo Sánchez, ejemplo donde los haya de estalinista en el manejo de su partido- son capaces de darle al PSOE esos años que necesita para resurgir o, cuando menos, frenar la descomposición.



martes, 4 de octubre de 2016

SOBRE LOS CACHORROS SUELTOS.


Los mil cachorros sueltos del león español que cantó el nicaragüense Rubén Darío, y que se han reencarnado en la Colombia que rechazó el pasado domingo la claudicación frente al narcoterrorismo.

Uno intenta trasladar la situación a la España que aplaudió con las orejas y a cuatro patas, en el parlamento y en la calle y en la prensa, la rendición de Zapatero frente a ETA; ese señor Zapatero al que, en su frente circunfleja, habría que inscribir la leyenda como sea, que fue su guía.

Uno lo intenta, y no consigue mantener la esperanza de que, de haberse producido una consulta similar en España, el resultado hubiera sido parejo al colombiano. Uno se pregunta qué inmensa mayoría de borregos -ETA, escucha/aquí tienes mi nuca; manos blancas de rendición- hubiera obtenido la claudicación del Estado frente al crimen organizado.

Y uno tiene que felicitarse de que, pese a que en España el león se haya convertido en minino de compañía -castrado y somnoliento-, aún queden miles de cachorros del león español  -esos que anteponen la dignidad al pesebre- sueltos en las tierras hermanas de América.


viernes, 23 de septiembre de 2016

SOBRE LAS COSAS CLARAS.

Que es como empiezan a estar para el público en general. Para unos cuantos -esos a los que siempre nos llaman catastrofistas, paranóicos, exagerados y lindezas varias por el estilo- las cosas estaban claras desde las penúltimas elecciones.

Pero ahora, por fin, el señorito Sánchez muestra la patita por debajo de la puerta, y le deja claro a los que no tienen capacidad de análisis, ni conocimiento de la Historia, ni -en el caso de periodistas y tetulianos profesionales- vergüenza profesional, qué es lo que nos espera si le dejan hacer su voluntad.

Y su voluntad no es otra -no ha sido otra desde que perdió las elecciones del pasado año- que formar un Frente Popular con sus amiguetes de Podemos y -de la manita- ofrecer lo que haga falta a los separatistas. Nada nuevo bajo el sol, y lo de aprobar en Madrid lo que tu apruebes en Barcelona -o en Guernica, o en Santiago de Compostela- ya lo inventó Zapatero.

O sea: que vamos de cabeza a 1936, mes de Febrero. Luego, como suele acontecer con el calendario, llegaremos a Julio.

martes, 13 de septiembre de 2016

SOBRE LOS ABSURDOS DE LO POLÍTICAMENTE... ABSURDO.


Lo dice 20 Minutos, en su página 8 de la edición en papel de Madrid:

Condenada por echar de su peluquería a una joven con velo islámico.
Un tribunal noruego condenó ayer a pagar una multa de algo más de 1.000 euros a una peluquera que negó la entrada en su establecimiento en Bryne (sur del pais) a una mujer que llevaba el hiyab (velo islámico).

Bueno, y digo yo: ¿qué se supone que podía hacerle la peluquera a la islámica con el velo puesto?


sábado, 3 de septiembre de 2016

SOBRE EL ENGENDRO TOTALITARIO DE FACEBOOK.

Que así lo llama Pío Moa, en su blog de La Gaceta -reproducido por Infocatólica-, por las razones que él mismo explica claramente.

Como el escrito empieza con el ruego de difusión, aquí lo transcribo; no sólo para colaborar en la solicitada difusión, sino para que los argumentos de don Pío Moa sirvan para enseñanza de quien lo haya menester:

****

Facebook, engendro totalitario

Con ruego de máxima difusión:

Me conecto a Facebook y me encuentro con que me han eliminado por no“cumplir las normas”. ¿Cuáles son esas “normas”? Básicamente evitar amenazas o “lenguaje que incite al odio”. En mi caso no había la menor amenaza, de modo que hay que pensar que mis intervenciones incitaban al odio. En un primer momento estos hipócritas señalaron alguna de esas intervenciones, que luego no aparecieron en la notificación. 

Eran una serie que según recuerdo, señalaba lo siguiente:

 ** Una pareja homosexual no puede tener hijos. Es el “amor estéril” por naturaleza.

 **El primer derecho de un niño es a tener un padre y una madre reales, no la parodia de  dos papás o dos mamás.

Lo anterior, desde luego, es una constatación de la más elemental realidad, aunque a los homosexualistas, no necesariamente a los homosexuales, les pueda parecer “ofensivo”. Seguía:

 ** Por accidente, un niño puede verse privado de padre o de madre, o de ambos, y ser criado por otras parejas normales. Pero en el caso de la homosexualidad  no es un accidente, sino un “principio” que pretende equiparar la familia normal a una parodia de ella.

 ** El argumento o argucia usado a menudo,  de que lo importante es el cariño cae aquí por su peso: el cariño real empieza por reconocer el derecho más básico del niño.

 ** Si no se reconoce el derecho más elemental del niño a una figura paterna y materna, el “cariño” se parece al que pueda tenerse a una mascota. La adopción homosexual reduce al niño, efectivamente, a una mascota.

 ** Otra argucia homosexualista se refiere a padres que maltratan a los niños. Este es un problema serio, y que va en aumento conforme la familia se degrada sistemáticamente, como hoy ocurre. Pero privar a los niños de la figura paterna y materna es ya un maltrato de principio, por mucho “cariño” que se le eche.

 ** El hecho de que en las parejas homosexuales uno de los miembros remede el papel masculino y otro el femenino, no mejora la situación, desde luego.

 ** No debe olvidarse, además, que los curas y no curas pederastas son en su mayoría también homosexuales. Hace poco Ramón Pi señalaba cómo en las webs homosexualistas se encuentran a menudo apologías de la pederastia.

Cualquier persona  que conserve algo de racionalidad y sentido común encuentra que las afirmaciones anteriores responden a hechos evidente, sin necesidad de mayor explicación. Pero los homosexualistas –la mayor parte de los cuales no son homosexuales, sino simplemente enemigos de la familia y de la Iglesia- son muy aficionados a crear embrolladas teorías que, como los comunistas, pretenden “científicas”. En relación con ello, escribí:

 ** No me opongo a que los homosexualistas expongan sus enrevesadas  sandeces. Me opongo absolutamente a que  las impongan y a que promuevan leyes totalitarias que les permitan perseguir a quienes discrepamos de ellos.

Estas opiniones, naturalmente han sacado de quicio a los homosexualistas, que me acusan de “incitación al odio”. Es como si los nazis me acusaran de incitación a odiarles por poner de relieve su racismo. Pero mis opiniones sí han sido respondidas con verdaderas oleadas de insultos, obscenidades y deseos de muerte. Eso sí es incitación al odio, aparte de una expresión de odio enfermizo muy significativa. En Facebook, en twitter, en los medios en general, la calumnia e incitación al odio a la Iglesia, por ejemplo, son constantes, pero por lo visto eso es “normal”.

Esto de “incitación al odio” es la argucia más repugnantemente hipócrita  que ha inventado el totalitarismo hasta ahora para silenciar y perseguir a los inconformes. A su lado, las acusaciones de “antisovietismo”, por ejemplo, eran al menos más precisas y permitían saber a qué atenerse. Pero estos miserables pretenden montar una policía de los sentimientos, algo inédito, porque eso del “odio” resulta de lo más etéreo e interpretable, como se ven en la felonía de Facebook contra mí.

Para colmo, los hipócritas de facebook me invitan a que me autocensure: "Puedes -el maleducado tuteo. Creen estar tratando con coleguis- revisar el contenido de la página" para que me autoricen a volver a publicar. Dicen algunos que las redes sociales son una garantía de libertad. Ya ven con cuánta facilidad pueden convertirse en lo contrario

Esto no debe consentirse, y hago una llamada a todas las personas que conserven un mínimo sentido de la libertad y la dignidad, a movilizarse contra los nuevos totalitarios que, poco a poco, van imponiendo en la sociedad una tiranía nueva, la más vil que se recuerde.

*****

Estas son las palabras de Pío Moa, a las que ya me dirán si cabe oponer razonamiento alguno. Razonamientos, digo; no tópicos.

Por mi parte, estoy de acuerdo en el fondo, aunque temo que don Pío sigue confundiendo totalitarismo con marxismo. Es el marxismo el que modifica la realidad según los deseos del que manda; es el marxismo el que usa la ingeniería social para corromper la sociedad; es el marxismo el que margina y sojuzga al que no se pliega al pensamiento único. Es el marxismo, finalmente, el que anatematiza -como enemigo del pueblo, o como enemigo del homosexual, o como enemigo del morito, o como enemigo de lo que sea- al que se atreve a decir, como en aquél viejo cuento, que el rey -o el sistema político- no viste un rico ropaje, sino que va en pelotas.


Publicidad: