Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

jueves, 27 de noviembre de 2008

SOBRE ESTAS ENTRADAS

Que -lo observarán ustedes- carecen de la mínima elegancia en el formato y aparecen un poco al buen tuntun, por así decir.
No es que me haya vuelto vago -más- de repente; es que mi compañía teóricamente surtidora de línea telefónica e internet me ha dado un descanso desde hace unos días; descanso que agradezco pero que me es ajeno en voluntad e intereses.
Así es que me apaño regularmente con los envíos a través de correo electrónico desde otro lugar, y allá veremos cuándo me hacen la merced de devolverme el mundo civilizado.

SOBRE LAS NOMINAS DE FRANCO.

Que el panfletillo 20 Minutos -en la página 6 de la edición en papel de Madrid, del 26 de noviembre- trae a colación para explicarnos lo muchísimo que cobraba.
 
Cobraba -según "las nóminas a las que 20 minutos ha tenido acceso"- dos nóminas; una de 600.000 ptas., y otra de 154.000. La primera, "a cargo de los presupuestos del Estado, que pagaba Hacienda". La otra, como Capitán General.
 
Comenta el panfletín que, trasladado a la actualidad, esas dos nóminas supondrían 43.000 euros mensuales habida cuenta del IPC del 950% desde 1975. Y compara con los 91.982 euros que cobra Rodríguez Zapatero al año. En resumen -afirma-, que Franco ganaba en dos meses lo que Zapatero en un año.
 
Alguna cosa tengo que decir al respecto. La primera, que quienes cobran de la Administración del Estado no han visto esa subida del 950% ni de casualidad. El panfletero de 20 Minutos debe ser hijo de banquero, o de político, o de miembros del comité de empresa de los compañeros del metal. Desde luego, si escribe eso y sus progenitores -caso de conocerlos- no lo corren a collejas, es que no es hijo de funcionario.
 
Otra cosa, es que el plumífero se asombra prfundamente de que a Franco se le abonara en nómina gastos como el de "una mesita de vestuario", por valor de 360 pesetas. Hay que ser tonto -o sinvergüenza- para no entender que esto significa, en primer lugar, que Franco no se gastaba millones en mesitas, como otros en reposapiés; y en segundo, que hasta esos gastos los justificaba.
 
Otra cosa significan esas nóminas, y es que el "furibundo dictador", el "comeniños", el "sátrapa", tenía nómina, como cualquier españolito, y tenía sus gastos fiscalizados, como cualquier españolito.
 
Por ultimo, quiero recordar al plumífero necio que las comparaciones las debe hacer entre cargos similares. Esto es, que no procede comparar a Francisco Franco con Zapatero. La comparación correcta sería con el rey, ambos Jefes del Estado.
 
A Zapatero lo podría comparar con don Luis Carrero Blanco. Y con lo que cobrase como Presidente del Gobierno, no como Almirante.
 
¿A que no tiene 20 Minutos la información -y otras cosas- de hacerlo?

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