Mi camarada Rafa España -que temía no ser comprendido por ello- se mostraba a favor de la abolición de la fiesta de los toros, con una buena serie de razones.
Razones con las que no estoy de acuerdo, pero que no voy a discutir, porque en estos casos todo depende mucho de la valoración personal de cada uno.
Lo que quiero decir es que respeto profundamente tanto las razones, como las emociones, como la postura de mi camarada -de todos mis camaradas que piensen como Rafa España sobre el tema de los toros-, por una razón sencilla: porque a él -a ellos- si les creo.
Creo que mi camarada Rafa España abomina de lo que para el significa tortura hacia un animal. Creo en su buena fe y veo la lógica de sus razones. Creo en él -en ellos, que mas de uno habrá- y lo respeto, porque se que es sincero en su preocupación por la vida y es consecuente consigo mismo.
Por esa misma razón, no puedo creer a tantos otros -los abajofirmantes separatistas, los animalistas animales, los ecologistas sandía- que defienden a los animales mientras piden aborto libre y a caño abierto.
A esos no los puedo creer, así es que no me queda más remedio que despreciarlos como hipócritas y sinvergüenzas.
Razones con las que no estoy de acuerdo, pero que no voy a discutir, porque en estos casos todo depende mucho de la valoración personal de cada uno.
Lo que quiero decir es que respeto profundamente tanto las razones, como las emociones, como la postura de mi camarada -de todos mis camaradas que piensen como Rafa España sobre el tema de los toros-, por una razón sencilla: porque a él -a ellos- si les creo.
Creo que mi camarada Rafa España abomina de lo que para el significa tortura hacia un animal. Creo en su buena fe y veo la lógica de sus razones. Creo en él -en ellos, que mas de uno habrá- y lo respeto, porque se que es sincero en su preocupación por la vida y es consecuente consigo mismo.
Por esa misma razón, no puedo creer a tantos otros -los abajofirmantes separatistas, los animalistas animales, los ecologistas sandía- que defienden a los animales mientras piden aborto libre y a caño abierto.
A esos no los puedo creer, así es que no me queda más remedio que despreciarlos como hipócritas y sinvergüenzas.
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