Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

miércoles, 21 de octubre de 2020

SOBRE MI CAMARADA LUIS.

Luis Tapia Aguirrebengoa, que hace ya demasiados años se nos fue a los luceros.

He contado ya, en más de una ocasión, la historia de nuestros afanes compartidos en Juntas Españolas y, sobre todo, en EJE. He contado como vi a Luis Tapia Aguirrebengoa en su porte señorial, de auténtico hidalgo, presto a cualquier sacrificio y a cualquier servicio por España. También he contado cómo he encontrado referencias de quienes fueron sus legionarios, siempre laudatorias con su Coronel.

He contado, así mismo, que Luis Tapia era siempre el que ofrecía el enfoque más sereno, más apropiado, más exacto, de cualquier cuestión que se debatiera en nuestra Junta Nacional, y que de su clara inteligencia salió el documento programático al que los demás simplemente hicimos alguna sugerencia.

Ya, a lo largo de estos años, he dicho cuanto mi capacidad me ha permitido sobre mi camarada Luis. Pero no por eso iba a dejar pasar este día sin la leve ofrenda del recuerdo agradecido.



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