Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

sábado, 1 de mayo de 2010

SOBRE EL 1 DE MAYO.

Como era de esperar, los llamados sindicatos mayoritarios han dedicado la jornada de hoy a hacer creer que tienen algo que ver con los trabajadores -y con los parados-, una vez cumplidas sus obligaciones con el juez Garzón -trabajador donde los haya, ahí está su celeridad con el caso Faisán-, y con los que les subvencionan el chiringuito.
Así, han protagonizado en Madrid una manifestación ilegal -véase la bandera anticonstitucional que figura en una de las cabeceras- bajo el lema 'Por empleo con derechos y la garantía de nuestras pensiones'.
Hacían bien los días pasados en protestar contra el franquismo -con cierto retraso, los pobres, pero ya sabemos para lo que dan- porque una manifestación así hubiera sido imposible con Franco.
Con el abuelo, había trabajo, derechos y pensiones.

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