Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

lunes, 2 de febrero de 2015

SOBRE EL GENOCIDIO ETARRA.


Cuenta la prensa de hoy -20 minutos, edición papel de Madrid, página 6- que el juez Javier Gómez Bermúdez está instruyendo, en la Audiencia Nacional, una causa por genocidio y crímenes de lesa humanidad contra ETA. El resumen es de 2.472 acciones terroristas, con cifras de asesinados que, según quien las cuente, varían entre 843 y 856. El juez -añade la noticia- ha pedido que se identifique a todos los jefes de ETA.

Y uno piensa -en primer lugar- que ya era hora de que alguien se enterase de que lo de ETA no era la acción criminal porque si; que no era una casualidad, que no era algo que naciera por generación espontánea y se desarrollara al albur, sino que era un plan preconcebido, con unas metas fijadas y unos métodos -el asesinato, el secuestro, la extorsión- bien definidos.

Ya era hora de que alguien -en las altas instancias- se atreviera a decir que ETA, junto a sus apéndices más o menos juveniles y más o menos políticos, era un plan de exterminio de españoles.

Creo que en esta iniciativa faltan varios aspectos, pero por algo se empieza. Luego llegará el momento de buscar cómplices, de establecer quien favoreció, colaboró, animó y sufragó el genocidio.

Entonces -espero- llegará el momento de ver en los banquillos a los que sin la menor vergüenza confesaban aprovecharse -unos agitan el árbol y otros cogen las nueces- de los asesinatos; a los que disculpaban la guerrilla urbana de los chicos de la gasolina; a los que solo protestaban cuando el asesinado era uno de los nuestros

Y también, ni que decir tiene, a los que han negociado con ETA, desde Felipe González hasta -que se sepa- Rodríguez Zapatero. Pasando -nadie lo olvide- por Aznar.

Espero que den con sus huesos en la cárcel los que aún vivan de aquellos que amnistiaron a los etarras durante la transición/traición. Espero que acaben debidamente empapelados los jueces que han soltado etarras sin ajustarse a la Ley; los que han retrasado los trámites hasta conseguir la liberación de asesinos, sea por conveniencia del poder político del momento, sea por simple ineptitud.

Y espero que la apología de ETA sea, por lo menos, tan perseguida como cualquier mención meramente dubitativa acerca del famoso holocausto.

Si, lo se: mas vale que me siente a esperar. Pero es que, en el fondo, soy un optimista.

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