Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

jueves, 6 de septiembre de 2018

SOBRE LA DISTANCIA DE TORRA.

Ya saben, el señor Tuesta del Rufián, que -según cita entrecomillado el periódico 20 Minutos- está dispuesto a ir tan lejos como Puigdemont.

Ello, a cuento de su bravata de que no aceptará la sentencia de los tribunales si no es absolutoria, y de que abrirá las cáceles -esto es, que los pondrá en la calle por su cuenta y riesgo-, cosa perfectamente posible por la brillante idea del señorito Sánchez de enviar a los golpistas presos al lado de su casita. 

Pero lo fundamental, es que el señor Torra está dispuesto a ir tan lejos como Puigdemont. O sea: otro listillo que se va de vacaciones a un palacete de Bruselas, a costa de los gilipollas que le sostienen.

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