Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

viernes, 31 de julio de 2009

SOBRE LOS SILENCIOS.

Los observados en según qué sitios, porque sigue habiendo dependencias de la Administración donde cuando los asesinados son militares, policías, guardias civiles, no se considera necesario este formulismo. Tampoco colocar la Bandera a media asta, ni que decir tiene.
No voy a decir nada sobre los dos nuevos atentados y los dos nuevos asesinados por ETA. Me duele en el alma no alzar mi voz ante el asesinato de hombres de uniforme, pero a mí ese uniforme -desde el 20 de noviembre del pasado año- no me merece el respeto de antaño. Sigo prefiriendo que -si ha de haber muertos- sean políticos, que son los que teniendo a su alcance la solución no la ponen; pero ya, sincera y dolorosamente, no siento que la Guardia Civil -menos aún la Policía o el Ejército meramente funcionarial- representen, como Cuerpo, a la España con honor, valor y dignidad de la que fueron ejemplo.
Siento decir esto, pero lo menos que puedo ser es consecuente conmigo mismo.
No obstante lo dicho, me sigo preguntando qué podredumbre llevan el el alma los que -a la hora de cinco miserables minutos de silencio- siguen haciendo distingos entre los muertos.

jueves, 30 de julio de 2009

SOBRE DIMISIONES.

La del señor Bárcenas, concretamente, que ha dimitido de su puesto de tesorero del PP, con lo cual todos los políticos, periodistas amarillos -casi anaranjados-, y ciudadanos sin graduación, se sienten felicísimos.
 
En cambio, el señor Bárcenas mantiene su cargo de Senador, lo que le aparta de la justicia ordinaria y hace necesario el suplicatorio.
 
Y uno, en su candidez, piensa que en el fondo a nosotros -esto es, a cualquier ciudadano- nos importa más bien poco lo que un partido -el que sea- haga en su casa, y allá cada uno si quiere tener a un chorizo por tesorero. Pero a todos nos importa tener a un presunto corrupto como senador; entre otras cosas porque nos representa aunque no le hayamos votado, y cobra de nosotros aunque no sea nuestro elegido.
 
En resumen: que la dimisión que interesa a la Justicia -con mayúsculas- es la de miembro del Senado, y la que no nos importa un rábano es la de sus cargos de partido.

SOBRE LA PERDIDA DE BENEFICIOS.

Porque así es como cuentan la noticia de que las cinco principales entidades bancarias -Santander, BBVA, la Caixa, Cajamadrid y Popular- han alcanzado en el primer semestre del corriente año unos beneficios de sólo nueve mil trescientos once millones de euros. Esto, dicen- representa una pérdida con respecto al año anterior de un trece por ciento.
 
Mi primera reacción ha sido abrir una colecta para ayudar a los pobrecitos bancos, cuyos beneficios han bajado tantísimo. Luego he visto la calculadora en mi escritorio, y me he puesto a juguetear con ella.
 
Como no tenía tanto tiempo como para hacer recuento exacto de los dias que corresponden al primer semestre, he partido por mitad el año y -a fuer de generoso- le he incrementado la mitad de día correspondiente para usar la cifra de 183 días. Incluídos festivos, por supuesto, porque los cajeros automáticos que manejamos los clientes, y las operaciones por internet que hacemos los clientes no descansan los fines de semana.
 
Así, me sale que la división de los beneficios (9.311.000.000 €), entre los 183 días del semestre, determina que los beneficios diarios han sido de 50.879.781 €.
 
Si esto lo dividimos entre las 24 horas del día -porque los noctámbulos siguen usando los cajeros automáticos y lo de internet a cualquier hora- resulta que estos cinco bancos han obtenido un promedio de 2.119.990 € de beneficios cada hora.
 
Como hay gente que no domina todavía estas cantidades -quien suscribe, sin ir más lejos- me parece más inteligible hablar de los 35.333 € por minuto. Y, rizando el rizo, ya que la calculadora se presta, resulta que estos bancos (cinco, nada más que cinco de ellos; habría que ver cuanto suma el resto), han obtenido unos beneficios de 588 € por segundo.
 
Es decir: que entre sólo cinco bancos han obtenido en cada segundo del pasado semestre el equivalente a la letra mensual de una hipoteca.
 
Comprenderán que, tras esto, haya dejado para mejor fin la apertura de la colecta que decía al principio.
 
 

martes, 28 de julio de 2009

SOBRE MAS HISTORIAS DE HIMNOS Y BANDERAS.

Historias -no anécdotas, sino pura categoría- que dos de mis buenos camaradas me hacen llegar, a modo de comentario sobre mis palabras de ayer sobre el caso del ciclista Contador y el Himno danés.
La primera, en la misma línea de Manolete y de poner el par sobre el tapete o -como verá quien lea- sobre las nubes; la segunda, en la de Contador y el Secretario de Estado de Deporte.
Aquí están, sin necesidad de más comentario:
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No se trata de Himno, como en el caso de Contador, sino de Bandera como en el de Manolete. Al final de los años 40, en un concurso de acrobacia aérea en Inglaterra, el piloto español Aresti, creador del "reglamento" para este tipo de competiciones, al elevar su avión para iniciar las acrobacias, observó que en el campo habían puesto la bandera republicana. Aterrizó y exigió el cambio de Bandera, y hasta que la rojigualda no se izó, no subió a su avioneta.
Aresti se hizo piloto "republicano" en Rusia, durante la guerra civil. Al regresar con su "promoción" a España, inmediatamente se presentó en el bando nacional donde combatió toda la guerra.
Jefe del equipo español de acrobacia que consiguiera la medalla de oro individual y la de plata por equipos en el campeonato mundial en Sondica, resulta que el jefe del equipo ruso, que ganó la de oro por equipos, había sido su profesor en Rusia.
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"von Thies"
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Lo de Manolete fue una machada, naturalmente. Pero hay un antecedente más cercano, de persona semi-viva, sucedido en Finlandia, o sea, para el norte nos volvemos a ir: en una visita oficial de Felípez González, al bajarse del avión, fue recibido con lo que aquellos forofos de los renos consideraban el Himno Español, y le endilgaron el Cara al Sol. Felípez no movió ni un músculo y se aguantó, según el pensamiento débil, que era el suyo.
Seguro, además, de que poca prensa se atrevería a dar tan penosa noticia. Pero el Acázar sí osó. Lo disimulaba con la barba mal afeitada, pero Felípez pensaba, siempre, que ojos que no ven, y todo lo demás. Y no era tan bruto como Zapatero.
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Arturo.

lunes, 27 de julio de 2009

SOBRE HIMNOS Y HOMBRES.

El Himno danés que sonó ayer -en lugar del español- mientras el ciclista Alberto Contador era proclamado vencedor del Tour de Francia.
El hombre -Alberto Contador- que, si bien con una sonrisa entre incrédula y resignada, permaneció en lo alto del podio de los triunfadores.
Sin desmerecer la hijoputez gabacha y el amariconamiento de las autoridades españolas que hubiera presentes, esto me recordó un hecho parecido. Creo que lo he contado ya, pero merece la pena repetirlo.
Andaba Manolete en Méjico, toreando a su manera -esto es: de una forma físicamente imposible-, cuando cierta tarde vió que en la plaza de toros ondeaba la Bandera de la IIª República, en vez de la española. Manolete podría haber hecho caso omiso; podría haber mirado a otra parte; podría haberse dicho que lo suyo eran los toros y no la política -respuesta de todos los amariconados de hogaño-; podría haber salido a ganarse al público con su arte y su valor.
Pero Manolete -don Manuel Rodríguez- no salió. Se negó a hacer el paseíllo mientras aquella Bandera no fuera reemplazada por la que correspondía: la roja y gualda; la de España.
La cosa se prolongaba y el público protestaba en consonancia, hasta que al mandamás con autoridad para ello ordenó poner en el mástil la Bandera de España. Salió Manolete y soportó durante el paseíllo la mas estentórea pitada que nunca oyera torero alguno. Hasta que empezó a torear. Despues, herido, escuchó la más portentosa ovación de un público entregado y -ya- manoletista acérrimo.
Un hombre enemigo estaba en la plaza de toros de Méjico: Indalecio Prieto. Y de Manolete dijo, al ver aquella actitud, que era el único español que no había hecho el ridículo en Méjico desde la muerte de Hernán Cortés.
Ayer, el secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, ante la repetición del Himno -esta vez el español, tarde y mal- declaró que queda como una anécdota que se ha resuelto como tenía que resolverse.
Otros tiempos, otros hombres. Que cada cual piense al respecto lo que tenga por conveniente. Aquí, en este diario, rindo mi homenaje emocionado al voluntario de los primeros días cordobeses, posterior soldado artillero, y siempre hombre de honor, don Manuel Rodríguez, Manolete.

SOBRE CONDENAS ESPERANZADORAS.

La condena de quince miembros de la organización Hammerskin, que lo han sido a penas de entre año y medio y dos años por los delitos de asociación ilícita, tenencia ilícita de armas y -por si fuera poco- promover el odio y la violencia.
 
La esperanza a que aludo no viene -obviamente- por el hecho de que hayan sido condenados estos señores, sino por las implicaciones que representa para el futuro.
 
Por ejemplo, la -espero- inmediata disolución de las asociaciones culturales de Latin Kings y similares, con el correspondiente encarcelamiento de sus miembros por los mismos delitos.
 
Por ejemplo, la -espero- inmediata persecución en serio de las bandas de delincuentes llamadas del Este, o gitanas, o marroquíes, senegalesas y subsaharianas en general, y de las llamadas latinas; esto es, hispanoamericanas, porque Julio César hace tiempo que no tiene trato con delincuentes, y la última vez fue para ahorcarlos.
 
Por ejemplo, el -espero- inmediato encausamiento de las asociaciones de maricas, tortilleras, y plumipescaderos, por su intolerancia para los de comportamiento sexual ajustado a la nauraleza, lo cual supone promover el odio y la violencia.
 
El de las asociaciones dichas contra la intolerancia, el racismo y la xenofobia, por su intolerancia hacia los que estamos hasta el gorro de soportar que a algunos se les permita hacer lo que a cualquiera de nosotros -generalmente pacíficos, españoles, y blancos- nos supondría entrullamiento, lo que equivale a promover el odio y la violencia.
 
El de las clínicas abortistas, porque nada es más clara promoción del odio y la violencia que el asesinato, con las agravantes evidentes de premeditación, alevosía, abuso de fuerza y de confianza, y otras muchas que cualquier jurista puede hallar.
 
El -espero- inmediato encausamiento de la Banca, por quedarse nuestros dineros generosamente entregados por el Gobierno socialista, y no facilitar mínimamente los créditos necesarios para las empresas modestas, lo cual evidentemente repercute en promover el odio y la violencia.
 
La -espero- inmediata investigación de las administraciones públicas que destinan partidas exorbitantes a gastos suntuarios -despachos, pisos, coches, muebles, celebraciones- e incluso criminales, como los de las embajaditas regionales dotadas de pasta gansa, lo cual es evidentemente promover el odio y la violencia.
 
La -espero- inmediata investigación de los delitos de prevaricación cometidos por las administraciones públicas, que al bajar el sueldo de los empleados de filas para subírselo a los directivos fomentan el odio y la violencia.
 
La -espero- inmediata disolución de las organizaciones empresariales y de las sindicales subvencionadas por el Gobierno, por promover el odio y la violencia, con exigencias irrazonables y huelgas salvajes injustificables -según el caso- que dañan al conjunto de la sociedad.
 
La -espero- inmediata expulsión de la carrera judicial de los jueces de reconocida filiación política o nombrados por los políticos, porque ello promueve el odio y la violencia.
 
La -espero- inmediata disolución de los partidos políticos que, con la redacción, aprobación y aplicación de la llamada Ley de Memoria Histórica -esto es: el PSOE en funciones de abuelito cabrón, revanchista y bastante lelo; IU en funciones de chivato y soplón, lo que mejor cuadra a su filiación comunista; el PP en funciones de fiel cumplidor de los mandatos del adversario y de meretriz lechodonante- promueven clara y evidentemente el odio, ya olvidado decenios atrás.
 
Y a todos ellos -políticos principalmente, y con preferencia los cobardes peperos- por promover una violencia que hoy es aún latente, pero que lleva camino de saltar y llevarse por delante lo que pille, en función de los muchos y profundos odios que generan.
 
 

lunes, 20 de julio de 2009

SOBRE LA LUNA.

Que -acaso ustedes se hayan enterado-, recibió hace ahora cuarenta años la visita de terrícolas. Aunque sobre esto no hay común acuerdo y -como La Parrala, unos que si, otros que no- siguen existiendo los que niegan el hecho.
Por mi parte, creo firmemente que el Hombre llegó a La Luna, por una razón indiscutible: la cantidad de congéneres que aún siguen estando allí.

domingo, 19 de julio de 2009

SOBRE LA DESGRACIA.

La ocurrida en el caserío de los padres de Zigor y Arkaitz Goikoetxea que -según dice El Imparcial- ha sido incendiado por unos desconocidos, aunque una vecina consiguió sofocar las llamas.
Ni que decir tiene que esto es algo que siento profundísimamente.
(El que la vecina de marras extinguiera el fuego, quiero decir)

sábado, 18 de julio de 2009

SOBRE HOY.

Hoy, que es 18 de Julio, cosa que Rodríguez no ha conseguido evitar, porque ocurre cada año pese a su estupidez histérica.
18 de Julio, en que el pueblo español se levantó. El pueblo español, porque los otros -los rojos, como se llamaban y se siguen autodenominando- no eran ni son españoles. Eran hijos de la madrecita URSS y del padrecito Stalin. Y de su madre, cada uno. De su padre ya es más dudoso. Y ahí está la foto de la Puerta de Alcalá, para no dejarme mentir.
El 18 de Julio de 1936 se produjo el Alzamiento en la mayoría de la Península. Habíanse adelantado las islas Canarias y las plazas de soberanía de Africa. Y les seguiría Navarra, corazón de España.
El 18 de Julio se levantaron en armas los españoles. No los militares -cuya mayor parte se quedó de brazos cruzados o entregó las armas al populacho-; no los generales rebeldes -la mayoría de los generales quedó aposentada en la República asesina-; se levantaron los españoles.
El 18 de Julio se alzaron en armas los falangistas y los requetés, que esperaban la ocasión con impaciencia de cita amorosa. Los primeros, desde unos años antes; los segundos, desde un siglo. Se levantaron porque la República roja y asesina los estaba matando y, sobre todo, porque la República traidora estaba matando a España.
¿Hace falta más prueba que ver como el actual régimen partitocrático está haciendo lo mismo, aunque por desgracia no se oiga aún la voz que nos llame?
El pueblo español se alzó en armas porque le iba la vida en el juego. Y no fueron los militares golpistas, sino los voluntarios civiles los que dijeron sanseacabó y allá que vamos. Por eso, suena en esta página hoy la marcha Los Voluntarios, en honor a los que dieron el paso al frente con ese par que tanta falta hace.

¡Arriba España!

viernes, 17 de julio de 2009

SOBRE OTRA RETIRADA HEROICA Y UNA GRAN VERDAD.



La retirada a Franco de las distinciones de Hijo Predilecto y la Medalla de Oro de la ciudad, acordada hoy mismo por el pleno del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, lo cual no es obstáculo para que hace 73 años saliera de las islas Canarias el Excelentísimo señor Don Francisco Franco Bahamonde, camino de África y de la jefatura del que sería Ejército del Sur, primero; y de la Jefatura del Estado español, después.
Llamar a los sociatas de mierda que han propuesto la canallada hideputas, como cervantino adjetivo de su condición, no conduce mas que a la definición de la cobardía patológica que les roe. Llamarles cabrones, sólo califica sus costumbres; llamarles sinvergüenzas es una tautología.
Así es que me queda con una frase que Público -panfleto del que tomo la noticia- cita entrecomillada como textual: "Ya era hora después de tantos años le retire un más que dudoso honor al general Franco, que la ciudadanía de Santa Cruz no reconoce", dijo la concejal del PSOE, Marián Franquet.
Indudablemente la señora -o lo que sea- Franquet goza una soberbia incultura, y por gracia de su vastísimo desconocimiento de la sintaxis del español, acaba diciendo que el honor era más que dudoso.
Nada que discutir, porque tiene la más absoluta razón. Con estos cuatezones, ser Hijo Predilecto es un más que dudoso honor, que ningún biennacido puede aceptar.

miércoles, 15 de julio de 2009

SOBRE LA QUEMA DE IGLESIAS.

Y en esta ocasión no hace falta recurrir a la memez histérica de Rodríguez, porque es cosa ocurrida hace poco, unos días nada más, el 12 de Julio pasado según informa Diario Ya.
 
La cosa ocurrió en la iglesia de Santa Genoveva, en Majadahonda; una nave prefabricada a falta de lugar concreto donde edificarla decorosamente, en cuyo techo -y adosados a los conductos del aire acondicionado-, habían colocado botellas conteniendo gasolina.
 
Personalmente, hace muchos años que no acudo a la iglesia salvo para funerales; no voy porque puede uno encontrarse allí con aquelarres como el de los Obispos baskos que comenté hace unos días; o con un curita que identifique la celebración de Cristo Rey con una organización ultraderechista de hace unos años. O con otro cura que se enoje porque en la conmemoración de la consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús, suene el Himno Nacional. O con un portavoz eclesiástico que afirme que hay que votar al PP porque, a fin de cuentas, defiende la ley de aborto del 82, que no es tan mala.
 
Esto no es obstáculo para que no me guste quemar iglesias ni ninguna otra cosa, tal vez por la educación retrógrada, represiva y fascista que recibí -gracias a Dios, pero no a la Iglesia- de la oprobiosa dictadura franquista.
 
Tampoco me gusta que nadie las queme, y menos aún -por lo que supone de acojonamiento y de complicidad- me gusta que los medios de comunicación callen como putas -cada uno calla, evidentemente, como lo que es-, estos sucesos.
 
Y en el caso de la iglesia de Majadahonda, sólo Diario Ya y El Mundo -en prensa- y La quinta columna -en radio Intercontinental- se han hecho eco de ello.
 
Acaso -pienso- los Monseñores deberían empezar a pensar menos en congraciarse con el rojerío serpenteante y con los meapilas fariseos, y más en animar a los que defendemos la Institución eclesial anque en algunos casos -como el mío- sea más por cuestión de ideología que de fe en los pastores que confraternizan con el lobo.
 
Deberían ir dándose cuenta de quien saca la cara por la Institución eclesial, no sea que un día -no tardando mucho, a lo que se ve- vuelvan a querer romperle la cara a la Iglesia y nosotros -como llevan ellos cuarenta años haciéndonos- volvamos la nuestra a otro lado.
 
Porque como católico, aunque sin fe en la Iglesia-Institución, debo poner la otra mejilla; pero como español, jamás pedire que la ponga mi Patria.
 
 

martes, 14 de julio de 2009

SOBRE "LAS VARAS DE MEDIR DE LOS MASONES".

Que así se titula un artículo recibido desde la lista de distribución de Pensamiento Hispánico (si alguien hay interesado en recibirlos, puede darse de alta enviando un correo a pensahispa@latinmail.com) y que aclara e ilustra lo que comenté en mi anterior entrada SOBRE LOS OBISPOS BASKOS.
Aquí lo transcribo, para información de los amigos lectores e iluminación de de alguna mente roma (en minúsculas), que pudiera caerse del guindo sobre este modesto diario.
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LAS VARAS DE MEDIR DE LOS MASONES

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Ricardo Blázquez, Juan Maria Uriarte y Miguel José Asurmendi, tres de los agentes que el Maligno tiene insertados en el seno de la Iglesia Católica (desgraciadamente no son los únicos), han tenido a bien hurgar más si cabe en las heridas que están siendo reabiertas en el pueblo español. Hacía décadas que habían cicatrizado, pero a eso no se resigna el Maligno.
Para mayor inri, estos infiltrados afirman que no quieren reabrir heridas. No obstante, lo han hecho en un acto injustamente amparado en el paraguas religioso, con el único fin de aumentar la profunda confusión que sus hermanos masones ya han sembrado en la vida política española. El motivo lo tenían pintiparado: Catorce sacerdotes fueron fusilados por las tropas nacionales entre 1936 y 1937. Dicho así, lo tienen a huevo. No en balde les ampara la sentina democrática en todos sus ámbitos: Desde la prensa hasta la profunda incultura histórica en que sus planes de educación han sumido al pueblo español. Pero la verdad es que fueron fusilados entre Septiembre de 1936 y Junio de 1937.
No voy a justificar ninguna muerte violenta. Sólo quiero remarcar quién es mártir del cristianismo, y quién no lo es, y los catorce sacerdotes ejecutados por los nacionales, sencillamente no son mártires de la fe; en todo caso son mártires del separatismo, que es distinto. Tampoco voy a hacer valer que en 1936 y 1937, en Vizcaya, y bajo la tiranía democrática del momento, fueron asesinados 39 sacerdotes... entre un total de 344 personas que se encontraban presas, siendo responsable de Gobernación el nacionalista Telesforo Monzón.
Los homenajeados y punto menos que beatificados por los Elipandos vascos fueron fusilados por incitar a los jóvenes nacionalistas a que tomasen las armas en defensa de la República. Insisto, no voy a valorar si es correcto o no; sólo a señalar si estos fusilamientos son equiparables a la persecución religiosa llevada a cabo por la democracia en 1936, y que segó la vida a 14 Obispos, más de 7000 religiosos y muchos más miles de fieles cristianos...
Un poco de memoria: Dos de los sacerdotes objeto de la pantomima llevada a cabo por los Elipandos, se presentaron en Oyarzun a los requetés diciéndoles que Rentería estaba abandonada. Una sección de requetés fue enviada y cayó en una emboscada, resultando aniquilada. Los sacerdotes fueron fusilados; no por la fe, sino por la traición, irreconciliable con la fe.
Alejandro Mendicute se destacaba en los mítines nacionalistas, políticos, hasta llegar a afirmar que "eso de que el Corazón de Jesús reinará en España es una patraña, porque ni España puede llegar a tanto, ni el Corazón de Jesús tan bajo". Fue fusilado; ¿por causa de la fe?... Da la sensación que por causa política que no voy a tratar.
El resto, a lo que parece, estaba cortado por el mismo patrón. Y con el mismo patrón, como católico, apostólico, romano, puedo llegar a reconocerlos como miembros de la Iglesia; no lo sé, pero les concedo el privilegio de la duda; privilegio que no concedo a los Elipandos. Pero lo que parece absolutamente inaceptable es la manipulación del hecho por parte de los Elipandos, máxime cuando esos mismos Elipandos están poniendo inenarrables trabas para la beatificación de personas que manifiestamente sí fueron mártires de la fe a manos de los demócratas en los nefastos años treinta del pasado siglo...
¡Viva Cristo Rey!». Tales fueron las últimas palabras de un joven español de veintidós años, muerto por la fe el 29 de septiembre de 1936. El Papa Juan Pablo II, en la Homilía de la beatificación de 233 mártires españoles, celebrada en Roma el 11 de marzo de 2001 diría de él: «Consciente de la gravedad del momento, el joven Francisco Castelló Aleu no quiso esconderse, sino ofrecer su juventud como sacrificio por amor a Dios y a sus hermanos».
Francisco Castelló, junto a los miles de cristianos asesinados por el hecho de no renunciar a su fe, sólo podía pretender ser admirado y querido por los cristianos... y por supuesto, por los obispos encargados de la grey. Evidentemente no es el caso de los catorce objeto de atención de los Elipandos vascos.
Pero lo que no podía sospechar Francisco Castelló era que, 73 años después de ser martirizado, un infiltrado, no sabemos si acaso masón, llamado Juan Piris, Obispo de Lérida, menospreciase públicamente su martirio al tiempo que otros de la misma categoría que Piris, en Vascongadas, pretendían que ocupase su lugar terceros que, ni de lejos, pueden aspirar a ello.

Antonio Cifuentes

lunes, 13 de julio de 2009

SOBRE UNA SUPOSICION.

Póngase usted, amigo lector, en la siguiente situación: leyendo la prensa, se entera de que en un lejano país, el jefe de una de los partidos de la oposición ha aparecido asesinado, con la agravante de que su cadáver ha sido abandonado en un cementerio y sólo se le ha reconocido bastantes horas después.
 
Sigue usted leyendo, y resulta que a este opositor al Gobierno de ese país lo han sacado de su casa a altas horas de la madrugada, entre el terror de su esposa e hijos. Lee un poco más, y conoce que las sospechas recaen en unos agentes de las que aquí llamamos Fuerzas de Seguridad del Estado. Y que se cree, fundadamente, que no han cometido el asesinato por su cuenta, sino siguiendo, cuando menos, insinuaciones gubernamentales, definidas días antes en el propio Parlamento por una diputada muy conocida.
 
Sin duda, a continuación de estos hechos leerá usted una gran cantidad de artículos de opinión y editoriales condenando este crimen. Y como no es políticamente correcto recordar al padrecito Stalin, todos le dirán que es un crimen fascista, que fascistas son los asesinos, y fascista ha de ser el Gobierno que perpetra semejante crímen de Estado.
 
Cualquiera de los habituales que haya llegado hasta aquí sabe de sobra a lo que me estoy refiriendo y no haría falta más.
 
Pero para algún neófito que pudiera haber, tendré que explicar que ese país es relativamente lejano, pero en el tiempo, porque se trata de esta misma España hace 73 años. Que ese jefe de partido opositor era don José Calvo Sotelo; que fue asesinado por fuerzas de la Guardia de Asalto -equivalente de la Policía actual-, que el Gobierno era socialista, y los criminales socialistas eran. Que la diputada que lo condenó a muerte -Su Señoría ha hablado aquí por última vez- fue La Pasionaria.
 
Todo lo cual se recuerda, sin ánimo de embarazar la cerdita, a la mayor gloria y eficacia de la Memoria Histórica.
 
 

domingo, 12 de julio de 2009

SOBRE EL ANIVERSARIO.

Que -según 20 Minutos-, hoy se cumple de la muerte de Miguel Ángel Blanco, aquél concejal del PP cuyo secuestro con intencón de chantajear al Gobierno y posterior asesinato pareció el principio de un cierto cambio. Cambio que -ya por entonces mismo se vió- aguaron los políticos de uno y otro lado; del mismo lado, a la postre.
No me siento tentado de analizar lo que ha ido de entonces a hoy -rueda de noria al fin, sin más horizonte que dar la vuelta-, pero en cambio sí me tienta recodar lo que hace 12 años escribía.
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Han encontrado la solución. Lo dice una individua que se autotitula madre de un preso de ETA, y a todos se les cae la baba: es la piedra filosofal, el descubrimiento del siglo, la panacea para todos sus males de incapacidad, impotencia, ineptitud y culpabilidad.
Una fulana dice por la radio que los de ETA están haciendo lo mismo que Franco, y a todos los gilipollas de la televisión se les aparece el ungüento amarillo para sus malas conciencias. Pero todos ellos saben que la culpa de lo que hace ETA hoy, la tienen ellos. La tienen todos los que protestaron por las sentencias de muerte de 1975. La tienen los que votaron la desaparición de la pena de muerte en la Constitución. La tienen todos los que se han mostrado de acuerdo con las excarcelaciones, con aquellos famosos extrañamientos de presos etarras con millones en el bolsillo, viajes pagados al Caribe y suntuosos chalets. La tienen los que hayan dicho, siquiera una sola vez, que ETA luchaba contra Franco. La tienen cuantos no han dicho esta boca es mía en contra de las reinserciones, de los regímenes abiertos, de los beneficios penitenciarios para los presos de ETA. La tienen cuantos reclaman que se acerquen los presos etarras a ese invento de Sabino Arana que llaman Euzkadi. La tienen todos y cada uno de los que han protestado ahora y no han protestado cuando han asesinado a un Guardia Civil o a un militar. La tienen cuantos ahora han convocado minutos de silencio, manifestaciones, concentraciones o lo que sea, y no lo hicieron antes; por ejemplo, cuando ETA asesinó el pasado 8 de enero, al Teniente Coronel don Jesús Agustín Cuesta Abril.
La tienen los que han hablado de ejecución en el caso del concejal del Partido Popular Miguel Ángel Blanco. ETA asesina, no ejecuta. La ejecución es prerrogativa de un Estado, tras un proceso con las garantías que prescriban las leyes en el que el acusado se puede defender, y tras la correspondiente sentencia judicial. Los que hablan de ejecuciones de ETA, le están dando carácter de Estado; están reconociéndole, implícitamente, el derecho a cobrar los impuestos revolucionarios y a disponer de la vida de sus súbditos de acuerdo con su particular legislación. Los que tal hacen —por ineptitud profesional o por mala leche— son tan culpables como los que aprietan el gatillo.La tienen los que ponen en televisión española un rótulo donde textualmente dice: Euskadi: 088 — España (94) 4441444.
Ellos son los culpables de lo que hace ETA. De lo que ha hecho y de lo que seguirá haciendo. Los que están en contra de la pena de muerte cargan las armas de los asesinos. Los que comparan unas sentencias ajustadas a la Ley entonces vigente y a Derecho con un secuestro o un asesinato, son los que ponen en la recámara las balas que siegan vidas ajenas. Es de comprender que una mujer obnubilada por el incontestable hecho de haber parido un hijo de puta, no sepa lo que dice. Pero todos los demás, los periodistas amarillos —la tal de la Rosa María Mateo a la cabeza— los políticos cobardes, los demócratas de manifestación y pancarta sin cojones, los inútiles sin redaños para declarar el estado de guerra que la mierda de Constitución de sus amores permite; esos son los auténticos culpables. Los verdaderos asesinos.
Para sus mentes enfermas de podredumbre, de mentiras mil veces repetidas, de complejos mal digeridos, es muy sencillo recurrir a la infamia de comparar las sentencias de muerte, varias de ellas conmutadas, dictadas en su día para asesinos convictos y confesos, con la vileza del secuestro, de la extorsión, del asesinato.
Con los remordimientos de conciencia a flor de piel, los papanatas se hacen eco de lo que dice la madre que parió a una alimaña. La que le inculcó la superioridad de la raza vasca, el odio a España y a los maketos, o permitió que se lo inculcaran. La que le enseñó —o permitió que le enseñaran en las ikastolas— a ganar juegos matando Guardias Civiles. La que le dio las cerillas —o no se las quitó con dos bofetadas cuando se las vio en el bolsillo— para quemar la Bandera de España.
Esa madre, a fin de cuentas, tiene la excusa de que el aborto de Satanás que echó al mundo es su hijo. Para todos los lameculos que han intentado lavar su mala conciencia echando, una vez más, la inmundicia de la calumnia sobre Francisco Franco, no hay perdón posible.
Como no hay perdón posible para esos engendros híbridos de los comunistas reciclados, para esos sinvergüenzas como el tal de López Garrido y otros compañeros de viaje, que se ha permitido decir que ETA es un residuo del fascismo, cuando sabido es que, para los comunistas, fascistas es cualquiera que les quita el chollo. Y cuando todos sabemos que ETA es, no un residuo, sino un legítimo descendiente, del marxismo leninismo. Del mismo marxismo leninismo y estalinismo de que son hijos los comunistas. Ellos —todos los cochinos que quieren lavar su responsabilidad con la mentira— son los auténticos culpables. Si les quedara un ápice de valor, de honradez, de decencia, no permitirían que la sangre de los demás siguiera pagando sus culpas. Si tuvieran un ápice de dignidad, se meterían todos —políticos y periodistas— en el edificio del Congreso de los Diputados, mandarían atrancar las puertas, y le pegarían fuego.
Y si ellos no lo hicieran, y al pueblo español —el de las manifestaciones, los lacitos, las pancartas y las velitas— le quedara algo de sangre en las venas, asaltaríamos las cárceles, colgaríamos en las plazas mayores de los pueblos a los etarras y a sus cómplices; después quemaríamos en la hoguera a todos los separatistas, y por último, para escarmiento, fusilaríamos por la espalda a todos los políticos que con su interminable chauchau se lavan las manos. Amén.
La Nación, Nº 251, (del 23 de julio al 5 de agosto de 1997)

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El pueblo español, a raíz del asesinato de Miguel Ángel Blanco Garrido, ha protagonizado una de las más impresionantes manifestaciones de dolor y de ira. Y de impotencia.
Impotencia, porque al pueblo español lo han domesticado, adiestrado en la dialéctica de los lemas insulsos (lo que los políticos llaman slogans) y de los pareados ripiosos.
Así, una de las frases más celebradas, más repetidas en los resúmenes televisivos, más jaleadas como muestra de la determinación popular, más aplaudida y difundida, como queriendo que se grabe bien incluso en las molleras más duras, ha sido la de ETA, escucha, aquí tienes mi nuca. Esta frase nació en la Puerta del Sol de Madrid. En el mismo escenario donde la Policía repartió estopa allá por el 79 a los que no gritábamos aquí tienes mi nuca sino contra ETA, metralletas, pareado igualmente ripioso, lo confieso, pero que demostraba un talante radicalmente distinto. Un talante que molestaba al Gobierno ucedarra, no sé si porque temía que el pueblo se hartase y tomara la determinación de hacerse la justicia que nadie le hacía —ni le ha hecho después— o porque les daba envidia no tener los arrestos del más anciano de aquellos manifestantes.
Me ha causado, debo decirlo, una enorme impresión ver a decenas —acaso cientos— de personas, generalmente jóvenes, ofreciendo su nuca, arrodillados y con las manos tras de la cabeza, en actitud de cordero presto al sacrificio.
No puede caer más bajo el orgullo, la dignidad, la gallardía de un pueblo, que se ofrece a morir de rodillas porque ni siquiera ha pensado en combatir de pie. Que ha perdido el instinto de supervivencia, o acaso eso otro que diferencia al toro bravo del cabestro.
El pueblo español se ha convertido, definitivamente, en una lengua sin manos.
La Nación, Nº 254-255 (septiembre de 1997)

sábado, 11 de julio de 2009

SOBRE LOS OBISPOS BASKOS.

Que -El Mundo lo dice, y también otros- han celebrado una Misa para pedir perdón por el olvido eclesial de los catorce religiosos (doce sacerdotes, un misionero claretiano, y un carmelita descalzo), que fueron ejecutados por el bando nacional entre 1936 y 1937.
Un tal obispo Asurmendi ha reconocido que los detalles sobre las dolorosas circunstancias que rodearon la muerte de estos sacerdotes son desconocidas, pero ha destacado que el testimonio de muchos de sus feligreses y compañeros pone de relieve que fueron apresados cuando ejercían su ministerio.
Bien, señor Asurmendi, yo mismo le cuento las circunstancias: esos clérigos fueron apresados cuando ejercían actividades políticas a favor del separatismo, crímen que cualquier Estado serio condena.
Más o menos, cuando hacían lo mismo que ustedes, señores obispos baskos -que no vascos, y menos aún pastores de las Diócesis españolas de Vascongadas-; de donde pueden colegir lo que les espera a ustedes en cuanto las cosas se vayan dando medianejamente bien.
Lo cual se comunica a la Conferencia Episcopal Española, a efectos de que tome las medidas convenientes, porque quien avisa no es traidor; y el Nacionalsindicalismo reconoce la inspiración católica de las leyes, pero no es meapilas ni tiene -llegado el caso- inconveniente en mandar a una sotana separatista a que le den un planchadito discreto.

SOBRE EL DERROCHE.

El que L'Osservatore Romano, periódico del Vaticano, ha denunciado a propósito de los fichajes millonarios del Real Madrid.
Soy madridista confeso, aunque no hasta el extremo de perder una subjetividad razonablemente objetiva. Desde mi personal punto de vista, pues, concedo a L'Osservatore Romano que la millonada que han costado los ultimos fichajes del Real Madrid es algo casi indecoroso.
Paréceme, sin embargo, no ya indecoroso, sino rigurosamente obsceno, que el periódico del Vaticano critique los gastos empresariales de una entidad privada, y guarde un silencio que -de puro discreto- puede ser culpable, a propósito de los múltiples despilfarros de los poderes públicos españoles, ya que del fútbol español hablamos.
¿Que la Iglesia no se mete en política? Pues, con más razón, no se debe meter en entidades privadas.

martes, 7 de julio de 2009

SOBRE LOS SANFERMINES.

Fiestas pamplonesas mundialmente conocidas -en gran parte por Hemingway, como es obvio-, y que ayer comenzaron con el Chupinazo.
 
Antes del Chupinazo -doce horas antes, por concretar- comienza el relato en una de las mejores novelas -y ya es decir- de Rafael García Serrano: Plaza del Castillo.
 
En Plaza del Castillo, el que en mi opinión es el mejor escritor en lengua española de todos los tiempos, cuenta aquellos Sanfermines del 36, preludio de la Guerra de Liberación. Transcurre la fiesta entremezclada con la inminente sublevación, y entre kilikis y zaldikomáldikos se esconde un Capitán falangista y el Comisario de Policia socialista que lo ha llevado preso a Pamplona. Y en los encierros se mezclan los falangistas que cuidan y protegen al camarada herido, los comunistas que derrochan verborrea de mitin cuando ya las cornetas están a punto de silenciar la palabrería inutil, y los requetés prestos a alistarse por familias enteras -abuelo, padre, hijo-, para la ocasión armada que siempre esperaron con impaciencia de cita amorosa.
 
Y el muchachito que -recien descubierto el amor- se presenta voluntario; y los que le quitan importancia al gesto y dicen que se van porque lo hacen todos los amigos; y el que descubre que la palabrería mitinesca ya no le dice nada, pero se mantiene en sus trece porque le parece indigno cambiar en la hora del peligro.
 
Y el separatista basko que se larga a Francia a buen paso de montañero, y que al final acaba reconociéndose a si mismo que se marcha porque es lo que se espera que haga; porque esto de ser español es una lata, siempre se obliga uno a cosas honorables.
 
Y el que sale de la prisión -política- con ganas de hacerse cargo del Gobernador Civil socialista y chulángano que le entrulló, y al que sus camaradas falangistas le dicen que él -precisamente él- no puede hacerlo porque lo odia; que no se puede dejar rienda suelta al odio porque el día de mañana tendrán que vivir juntos con el enemigo de hoy.
 
Y el General Mola.
 
Todo esto -y mucho, muchísimo más- fueron aquellos Sanfermines del 36. Y, gracias a Dios, quien lo quiere saber lo tiene a mano, porque Plaza del Castillo ha vuelto a ser publicada, en esta ocasión por Homo Legens, y la tienen ustedes en librerías.
 
No se la pierdan.

SOBRE LAS AYUDAS A LOS COCHES ELECTRICOS.

Que ha prometido el señor Ministro de Industria, Miguel Sebastián, y que supondrán hasta 7.000 euros de forma directa.
 
A mi, lo de los coches eléctricos me parece muy bien; me encantaría tener uno, y agradecería mucho esa ayuda. Ocurre, sin embargo, que no tengo donde enchufarlo; cosa que a estos ministros socialistas y socialistos acaso les cueste creer. Porque subírmelo a casa no es apropiado; y tender un cable de quince o veinte metros -siempre que consiguiera aparcarlo justo debajo de mi ventana- o de doscientos no es fácil, ni creo que me lo permitiese la autoridad supuestamente competente.
 
Otrosí, si tuviera una plaza de garage, dudo mucho que la comunidad de propietarios me permitiera tirar de electricidad así como así; y dudo también de que la compañía eléctrica accediera a instalarme un contador propio -en mi plaza de garage, si la tuviera- a estos efectos.
 
¿Quien podrá, pues, tener coches eléctricos? Evidentemente, los que posean garage en su propia vivienda individual, o las empresas con instalaciones adecuadas.
 
No voy a caer en la demagogia fácil de decir que quien habita en lo que llaman vivienda unifamiliar sea un potentado. Hay infinidad de familias que han logrado esta forma más humana de vivir que las insufribles colmenas ciudadanas, a costa de enormes sacrificios. Pero tambien es indudable que quien vive en un chalet tiene menos agobios que el que habita un cuchitril de alquiler.
 
En consecuencia, y como es norma en este socialismo felipista o zapaterista, se beneficia a los que menos necesidad tienen.

lunes, 6 de julio de 2009

SOBRE LOS TRAJES.

El juez que instruye el asunto de la corrupción pepera en Valencia ha concluído en el auto que finaliza las diligencias previas que existen "indicios racionales de delito", según informa El Mundo.
El asunto es el famoso de los trajes y la financiación irregular, pero resulta que el tema de los cuatrocientos mil euros largos que supuestamente recibió el PP por favorecer a la empresa Orange Market, no ha sido estimado por el Tribunal.
La cosa queda, pues, en unos cuantos trajes regalados al señor Camps. Y uno piensa que si todo un Presidente de Comunidad Autónoma se pringa por unos trajes, tiene que dimitir inmediatamente.
No por cohecho, sino por gilipollas.

domingo, 5 de julio de 2009

SOBRE EL CAPULLO.

Saben mis habituales que casi nunca me permito hacer juegos de palabras con los apellidos de nadie; primero, porque todos los apellidos son dignos de respeto, y segundo, porque es un recurso que por fácil me repugna. Unicamente lo hago -como cosa habitual- con Gay-ardón, que con su mariconofilia se lo gana.
Bien; esto viene a cuento de lo que el fulano llamado Urkullu, del PNV, ha dicho -según 20 Minutos, textualmente- a propósito de la Bandera de España que una unidad militar de maniobras colocó hace unos días en el monte Gorbea: "Euskadi no es Perejil, ni un punto estratégico en el que algunos claven su estandarte como signo de conquista". Además, "ha reivindicado que "no hay patria" que justifique la muerte. "
Entonces, señor Urkullu, ¿por qué siguen ustedes recogiendo las nueces cuando ETA mueve el árbol, en definición del padre Arzallus, su antecesor en el cargo? Pero esto es lo de menos, porque ya sabemos que la muerte que no se justifica es la suya, la de los separatistas baskos. Las demás si, ¿no es eso? Las muertes de los maketos son el precio de la democracia -Suárez dixit-, o accidentes -Zapatero dixit-. O los ultimos coletazos, según todos los Ministros del Interior, todos los plumíferos, todos los politicuchos y todos los gilipollas que en la memocracia han sido.
Lo que me importa hoy comentar es su alusión a Perejil, señor Urkullu. Por supuesto que Euskadi -es decir, Vascongadas, que es como se conocen esas provincias en todo el mundo civilizado- no es Perejil, y el Ejército español jamás colocará la Bandera de España como signo de conquista, por la sencilla razón de que está en su Patria, en su tierra, en su casa; y porque Vascongadas nunca -nunca- han sido conquistadas por España. Fueron los vascos los que pidieron a los reyes de Castilla que uniera esos señoríos a la Corona, para defenderlos de -mire usted, señor Urkullu, lo que son las cosas- el expansionismo del reino de Pamplona. Pamplona, no Navarra aún.
Nunca, señor Urkullu, podrá significar un signo de conquista una Bandera de España en Vascongadas. Pero, si se empeña en comparar, compare las cabras de Perejil, con los padres de las mentadas de Euskadi -no Vascongadas, ojo- que, haciendo honor a su apellido de usted, con unos auténticos capullos.
¿O Kapullos, don Íñigo?

sábado, 4 de julio de 2009

SOBRE LOS PARECIDOS.


Los que encuentra don Iñaki Anasagasti, portavoz del PNV en el Senado y autor del libro Una monarquía protegida por la censura.
Dice don Ignacio cosas como estas:
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* No se puede hablar de algo tan importante como el jefe del Estado; hay una censura de hierro, un tratamiento hagiográfico propio de Irán, Corea o de países tercermundistas.
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* Tiene una educación militar y es un hombre inculto.
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* Me gustaría saber cómo sería si se hubiera informado sobre su vida privada, con sus distintas amantes, que las ha tenido; acerca de sus negocios privados, o sobre su papel de verdad en el 23 F.
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* En una ocasión, yo estaba en con Felipe Alcaraz, que llevaba una pegatina de No a la guerra y el rey nos preguntó por ese lema; al explicárselo, nos dijo que era militar y que a él le gustaban las guerras. Le contesté que eso me parecía una barbaridad, y que, si le gustan, podía ir él o su hijo.
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* No quiero comparar al rey con Berlusconi, pero es lo más parecido que hay. El rey es uno de los más ricos a pesar de todo lo que se diga. Es el único que se ha subido su atribución con la crisis porque el resto, las Cortes y la gran Administración tiene la nómina congelada, pero él se ha subido el sueldo. Eso, en cualquier país, sería un escándalo.
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* Que las cuentas de la casa real sean las mas opacas del mundo es increíble. Y luego, el protagonismo de la familia real, que no existe como tal en la Constitución, pero la gente se arrodilla ante ellos. Hay españoles que son simplemente imbéciles; yo no tengo cultura de vasallaje y no admito humillarme ante un señor que no ha sido elegido democráticamente.
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Por mi parte -¡quien me lo iba a decir!- no tengo casi nada que responder a estas aseveraciones del señor Anasagasti.
Unicamente una puntualización, y es que los buenos militares aman profundamente la paz, aunque a veces no sea posible; precisamente porque son los que mejor conocen lo que es una guerra.

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