Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

viernes, 4 de diciembre de 2009

SOBRE LAS CONDENAS DE LOS HIDEPUTAS.

Lo de ser hijo de puta -según una sentencia de cierto juez argentino con, a qué negarlo, una miajita de guasa- es condición personal de cada uno, que -al no citarse como hijo de una puta- no ofende a la madre, sino que define directamente al interesado.
 
Lo cual se advierte a los efectos oportunos, a la hora de referirse a dos de los cinco hijos -el resto, posiblemente avergonzado de sus hermanos, no abrió la boca según las crónicas- del asesinado por ETA Inaxio (o sea, Ignacio) Uría.
 
Y lo cual se dice porque estos mindundis de hijoputez avanzada no tuvieron mejor ocurrencia que -dice El Imparcial- equiparar a ETA con Franco y los nazis.
 
De nazis deben entender mucho los hijos del asesinado -por ETA- Uría. Como peneuvistas -no comprendo por qué han matado a uno de los nuestros, dijo el cabrón Arzallus- saben muy bien lo que es argumentar con la raza, como sementales. O como perras.
 
De Franco, evidentemente, no saben nada, acaso porque papá Ignacio se hizo peneuvero cuando tocaron a mimetizarse contra los terroristas, que sólo cazaban españoles, y cuando hubo que hacerse amistades para conseguir contratos. Contratos que, a la postre, le costaron la vida por meterse a construir ferrocarriles de alta velocidad en Vascongadas, contra la opinión de los terroristas, de los asesinos y de los acojonados, que gustan de un paisillo de vacas lecheras, sin electricidad -recuérdese Lemóniz-, sin transportes, sin autopistas y sin vergüenza.
 
De Franco dicen los hijos del difunto Uría que utilizaba las pistolas y las bombas para conseguir sus objetivos, como ETA. Y esto lo dicen peneuveros que le reirían la gracia a Arzallus cuando comentó lo de mover el árbol y coger las nueces.
 
Qué pena, coño, que no sea verdad que Franco utilizara las pistolas y las bombas, y que los tiros en la nuca y los coches llenos de dinamita sean exclusivamente suyos, de ETA y de ustedes, los baskos, que se creen que tener idioma propio es escribir el español padre con faltas de ortografía. Qué pena que Franco no hiciera la limpieza que hubieran necesitado esas provincias vascongadas, adelantadas de España. Qué pena que no pasara por las armas a todos los traidores y sinvergüenzas, que les dejara vivir en paz y crear sus empresas, y ganar dinero con ellas.
 
Y, perdóneme Dios -que creo que lo hará, porque Dios es Misericordia, pero también Justicia- si digo algo que nunca pensé decir: que me alegro de que ETA le descerrajase un tiro, o los que fueran, al padre de estos hijos.

SOBRE LAS PROHIBICIONES DEL PP.

Las que el PP se pregunta si seguirán a la de los Crucifijos, y que -doña María Dolores de Cospedal mediante- se centran en si lo siguiente que se prohibirá será el belén o los Reyes Magos.



Pues mire usted, señora De Cospedal, la cabalgata de los Reyes Magos, en lo que pudiera aún quedarle de religioso y cultural, se la ha cargado este año -no diré que limpiamente, porque el fulano no tiene limpio ni el cristal de las gafas- su compañero de partido, Alberto Ruiz Gay-ardón que -informa El Nuevo Alcázar- ha decidido convertir la tradicional cabalgata de los Reyes Magos en un "Encuentro de las culturas por la paz", aprovechando el "Año Internacional de Acercamiento de las Culturas" impulsado por la ONU.


Y uno piensa, -porque no es del PP y puede hacerlo- que precisamente mantener la cabalgata como siempre, en su esticto sentido tradicional, sería la mejor manera de que se acercara a nuestra cultura quien lo hubiera menester.


Porque, por ejemplo, eso de que la cabalgata de Reyes sea abierta por una Dama de la Paz, tiene un tufillo que apesta a la diosa Razón de los revolucionarios franceses de 1789. Y --ojo, señor Gay-ardón--, ya se sabe cómo terminaron la mayoría de los revolucionarios del 89: poniendo la guinda, con la suya, al pastel de cabezas que habían cortado ellos antes.


También habrá una obra de teatro, en Cibeles, denominada el canto al hermano sol; pero lejos de su intención ser un recuerdo a San Francisco y sus hermanos lobos, sino que supone una invocación al solsticio de invierno.


Total, que también a esto el señor Gay-ardón llega irremediablemente tarde, porque celebrará el solsticio de invierno quince días después del acontecimiento astronómico, que ocurre en torno al 21 de diciembre, como todo el mundo culto sabe; y llega tarde a la llamada unión de culturas, cuando los países más serios, civilizados y democráticos -verbigracia Suiza- empiezan a marcar nuevamente el camino del futuro y de la supervivencia.


Así es que, doña María Dolores, pregunte usted -con todo derecho y razón, que lo uno no quita lo otro- si los sociatas van a eliminar las cabalgatas de Reyes; pero pregunte también en su propia casa, que vaya empanada que tienen ustedes.

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