Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

sábado, 25 de febrero de 2012

SOBRE EL AHORRO.

El de la señora ministra de Empleo y Seguridad Social, doña Fátima Báñez, que ha tenido a bien enviar una misiva a -dice La Gaceta- 853.072 pensionistas, para pedirles perdón por la subida del IRPF, argumentando que la cosa está chunga y hay que sacudirse la mosca.

Y uno no tiene más remedio que preguntarse si acaso doña Fátima no tendría que subir el IRPF a los pensionistas, en caso de mostrarse menos generosa -ella y los múltiples ministros, directores generales y administraciones varias- con las misivas.

Porque el Ministerio de Empleo y Asuntos Sociales -que ya envió una carta a todos los pensionistas comunicándoles el incremento de su pensión- se ha gastado -a razón de 0,36 € por carta, según tarifa oficial- nada menos que 307.105,92 euros.

Y si estos 853.072 pensionistas suponen -según fuentes del Ministerio- el 11,5 por ciento del total, resulta que la primera comunicación se dirigió a unos siete millones y medio de beneficiarios. Lo cual, a razón de esos 0,36 euros por carta, suma 2.700.000 euros.

Añadiéndole los últimos trescientos mil euros largos, tenemos más de tres millones de euros gastados en cartitas.

¡Normal que haya que subir impuestos!

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