Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

martes, 31 de mayo de 2011

SOBRE LO QUE VIENE.

Lo que le viene encima a las feministas, feminoides, hembristas y plagas similares, tan acérrimas defensoras del maltrato a los hombres y, en cambio, tan tolerantes hacia la multiculturalidad, el multirracismo, el islamismo y, en definitiva, todo cuanto atente contra la tradición europea de veinticinco siglos.

Lo que no se, es cómo compaginarán su adoración islámico-tolerante, con los hechos que, a más de no plegarse a sus gustos, son tozudos, e indican que -véase Minuto Digital- los musulmanes han cometido la totalidad de violaciones habidas en Oslo durente el 2009 y cosas semejantes. Y de tantos otros hechos de los que no habrá noticia, pero sí realidad.

La solución -ne se preocupen- la dan los mismos hijos de la religión de paz zapateril, y también la ofrece Minuto Digital: que se queden en casa para evitar el acoso sexual.

Y a mí, de verdad, cada día me está apeteciendo más una pasadita por el Islám. Teta me lo iba a pasar, palabra.

Luego, cuando dejara de reirme, ya cogería la ballesta de mi tatarabuelo Juan, el que se fue con Alfonso XI a repartir estopa.

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