Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

viernes, 21 de enero de 2011

SOBRE VIVIR CONTRA FRANCO.

Porque los rojos de pacotilla, los necios con pedigrí, los doctores honoris causa del asesinato, y los pijos giliprogres, siguen viviendo contra Franco, atrasaditos tres décadas y media y -faltaría más- viviendo de las rentas, en este caso las subvenciones de un nietísimo paranóico y perdedor.
Ahora -lo dice El Plural y algún otro periódico igualmente troglodítico-, un grupo de publicistas, periodistas, actores, informáticos, han montado nada menos que una plataforma a la que llaman Franconohamuerto.com, con la intención de recaudar fondos -¡qué raro!- para movilizar a la sociedad a favor de Baltasar Garzón, el juez encausado por prevaricación.
Como no podía ser menos en gentecilla de ese pelaje, el tema de los cuartos por el que también está encausado el señor Garzón lo dejan a un lado. Para ellos, es inimaginable que a alguien se le pueda condenar por asuntillos económicos, cuando tan acostumbrados están a trincar a cuatro manos.
Por cierto, que los organizadores del invento no dieron la cara porque -dijo un anónimo citado por El Plural- somos muchos trabajando en este proyecto y queremos ser un reflejo de la ciudadanía. Lo normal, vaya. Los franquistas lo decimos claramente -y con argumentos-, porque nuestra conciencia limpia a estos efectos nos lo permite; los antifranquistas a 35 años vista, ni así tienen los santos riñones de ponerle cara a su gilipollez.
La única jeta conocida -lo dice el periódico citado- fue la de ese hijo de puta que vive -muy bien- a fuerza de escandalizar; de que la gente masoquista pague por verse escandalizada; y de que la gente de bien tenga la suficiente educación para no descender a romperle la crisma, porque puestos a ensuciarse las manos, por lo menos que la pieza lo merezca: el tal Leo Bassi.
Este cabronpinteño -que en el fondo ha calado que la movida platafórmica es un circo de aficionados, sin más objetivo que cobrar la entrada- ha recordado, mientras invitaba a los asistentes a la función a saltar sobre un castillo hinchable que recordaba el Valle de los Caídos, que uno de los objetivos de los payasos -primera acepción- es que “el Valle de Cuelgamuros se convierta en el Museo del Franquismo”; a lo que los plataformeros han añadido que nada más paranormal ... 35 años después de la muerte del dictador Francisco Franco, la dictadura todavía dicte algunas reglas de la democracia, nombre calles o gobierne el Tribunal Supremo.
Es decir, que estos idiotas aún no se han enterado de que lo único que queda de Franco -y de los millones de buenas personas que trabajaron con ahínco para mejorar su situación personal y, al tiempo, la de España- es el recuerdo, para quienes la vivimos aunque fuera poco tiempo, de una sociedad más justa, más alegre, con más oportunidades y más libre; unas decenas de embalses que aún nos dan de beber; los cientos de miles de viviendas que se hicieron entonces, y ahí siguen aunque les hayan borrado los símbolos; y el fantasma de una economía tan poderosa que ha sobrevivido hasta ahora a pesar de soportar a miles de parásitos durante tres décadas.
Y que la única regla de la democracia que perdura del franquismo, es la malhadada designación -por el único monárquico serio de España- de la forma del Estado que le sucedería, cosa contra la que también irá esta gentuza, y acaso ahí podría haber un punto de encuentro.

SOBRE LA CENSURA.

Censura que el Gobierno socialista quiere imponer, siquiera sea por no perder la costumbre ya establecida en su añorada IIª República.
Según dice La Gaceta, el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, anunció que es necesario abrir una “reflexión sobre los contenidos que emiten los medios porque hay espacios en los que se vulnera la dignidad y eso hay que regularlo”; y que le parece que existen contenidos televisivos que incorporan “valores devaluados de convivencia” y “climas de crispación y enfrentamiento”, así como apariciónes en televisión de “determinados personajes de escaso mérito”.
Así dicho, deberíamos ponernos muy contentos, ¿verdad? El señor Jáuregui va a perseguir a los programuchos que hacen escarnio de valores de convivencia como el catolicismo del pueblo español, incardinado secularmente en nuestra cultura e idiosincrasia. Va a perseguir a las emisoras que hacen burla de la Iglesia católica, de quienes consideramos el aborto un crímen abominable, de los que expresamos nuestras ideas claramente, de quienes tenemos el suficiente respeto por nosotros mismos como para no decir "jóvenas" ni "miembras". Va a perseguir a las televisiones que crispan y enfrentan, denostando a quien piensa distinto a lo que manda su amo, denigrando a los partidos y a los políticos que no les caen simpáticos. A las que mienten y tergiversan llamando, por ejemplo, fascista a ETA, cuando todos -incluso ellos, en su cortedad- sabemos que son marxistas. A las que crispan denominando "ultraderechista" a quien defiende sus ideas nacionales, en tanto que los rojiguarros sólo son jóvenes radicales. Como don Esteban Ibarra, tolerante graposo y ya más que maduro.
En cuanto a los personajes de escaso mérito, imagino que sacarán de las pantallas y de los estudios a gentes como Belén Esteban, ilustre iletrada; a ese mafioso, Rodríguez Menéndez o cosa así; a los encausados por corrupción; a los presentadores homosexuales que hacen de su condición privada su único mérito público; a los políticos sin más mérito intelectual que el bachiller; a los políticos declarada y descaradamente mentirosos, manipuladores, crispadores y enfrentadores. Que recusarán para siempre de sus ondas a los políticos que crispan y enfrentan llamando "accidente terrorista" al asesinato de unas personas, y a los periodistas que aconsejan "tensionar". ¿Imaginamos eso?
¿O mejor imaginamos que los "valores devaluados de convivencia", serán los de llamarle al pan, pan; al vino, vino; al maricón, maricón; al tonto, tonto; al traidor, traidor; al ladrón, ladrón; al felón, felón; y a Rodríguez, imbécil? ¿No será que para ellos, la "crispación y el enfrentamiento" lo producen quienes están hasta el gorro de tergiversaciones, y a Carrillo le siguen llamando lo que es, asesino; a la IIª República, lo que fué, una mierda; al nieto del Capitán Rodríguez, lo que demuestra, un revanchista paranoico, y a las autonomías, lo que ellos mismos piensan y a veces se les escapa: una ruína, económica y nacional?
¿Alguien apuesta?

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