Porque los rojos de pacotilla, los necios con pedigrí, los doctores honoris causa del asesinato, y los pijos giliprogres, siguen viviendo contra Franco, atrasaditos tres décadas y media y -faltaría más- viviendo de las rentas, en este caso las subvenciones de un nietísimo paranóico y perdedor.
Ahora -lo dice El Plural y algún otro periódico igualmente troglodítico-, un grupo de publicistas, periodistas, actores, informáticos, han montado nada menos que una plataforma a la que llaman Franconohamuerto.com, con la intención de recaudar fondos -¡qué raro!- para movilizar a la sociedad a favor de Baltasar Garzón, el juez encausado por prevaricación.
Como no podía ser menos en gentecilla de ese pelaje, el tema de los cuartos por el que también está encausado el señor Garzón lo dejan a un lado. Para ellos, es inimaginable que a alguien se le pueda condenar por asuntillos económicos, cuando tan acostumbrados están a trincar a cuatro manos.
Por cierto, que los organizadores del invento no dieron la cara porque -dijo un anónimo citado por El Plural- somos muchos trabajando en este proyecto y queremos ser un reflejo de la ciudadanía. Lo normal, vaya. Los franquistas lo decimos claramente -y con argumentos-, porque nuestra conciencia limpia a estos efectos nos lo permite; los antifranquistas a 35 años vista, ni así tienen los santos riñones de ponerle cara a su gilipollez.
La única jeta conocida -lo dice el periódico citado- fue la de ese hijo de puta que vive -muy bien- a fuerza de escandalizar; de que la gente masoquista pague por verse escandalizada; y de que la gente de bien tenga la suficiente educación para no descender a romperle la crisma, porque puestos a ensuciarse las manos, por lo menos que la pieza lo merezca: el tal Leo Bassi.
Este cabronpinteño -que en el fondo ha calado que la movida platafórmica es un circo de aficionados, sin más objetivo que cobrar la entrada- ha recordado, mientras invitaba a los asistentes a la función a saltar sobre un castillo hinchable que recordaba el Valle de los Caídos, que uno de los objetivos de los payasos -primera acepción- es que “el Valle de Cuelgamuros se convierta en el Museo del Franquismo”; a lo que los plataformeros han añadido que nada más paranormal ... 35 años después de la muerte del dictador Francisco Franco, la dictadura todavía dicte algunas reglas de la democracia, nombre calles o gobierne el Tribunal Supremo.
Es decir, que estos idiotas aún no se han enterado de que lo único que queda de Franco -y de los millones de buenas personas que trabajaron con ahínco para mejorar su situación personal y, al tiempo, la de España- es el recuerdo, para quienes la vivimos aunque fuera poco tiempo, de una sociedad más justa, más alegre, con más oportunidades y más libre; unas decenas de embalses que aún nos dan de beber; los cientos de miles de viviendas que se hicieron entonces, y ahí siguen aunque les hayan borrado los símbolos; y el fantasma de una economía tan poderosa que ha sobrevivido hasta ahora a pesar de soportar a miles de parásitos durante tres décadas.
Y que la única regla de la democracia que perdura del franquismo, es la malhadada designación -por el único monárquico serio de España- de la forma del Estado que le sucedería, cosa contra la que también irá esta gentuza, y acaso ahí podría haber un punto de encuentro.
Ahora -lo dice El Plural y algún otro periódico igualmente troglodítico-, un grupo de publicistas, periodistas, actores, informáticos, han montado nada menos que una plataforma a la que llaman Franconohamuerto.com, con la intención de recaudar fondos -¡qué raro!- para movilizar a la sociedad a favor de Baltasar Garzón, el juez encausado por prevaricación.
Como no podía ser menos en gentecilla de ese pelaje, el tema de los cuartos por el que también está encausado el señor Garzón lo dejan a un lado. Para ellos, es inimaginable que a alguien se le pueda condenar por asuntillos económicos, cuando tan acostumbrados están a trincar a cuatro manos.
Por cierto, que los organizadores del invento no dieron la cara porque -dijo un anónimo citado por El Plural- somos muchos trabajando en este proyecto y queremos ser un reflejo de la ciudadanía. Lo normal, vaya. Los franquistas lo decimos claramente -y con argumentos-, porque nuestra conciencia limpia a estos efectos nos lo permite; los antifranquistas a 35 años vista, ni así tienen los santos riñones de ponerle cara a su gilipollez.
La única jeta conocida -lo dice el periódico citado- fue la de ese hijo de puta que vive -muy bien- a fuerza de escandalizar; de que la gente masoquista pague por verse escandalizada; y de que la gente de bien tenga la suficiente educación para no descender a romperle la crisma, porque puestos a ensuciarse las manos, por lo menos que la pieza lo merezca: el tal Leo Bassi.
Este cabronpinteño -que en el fondo ha calado que la movida platafórmica es un circo de aficionados, sin más objetivo que cobrar la entrada- ha recordado, mientras invitaba a los asistentes a la función a saltar sobre un castillo hinchable que recordaba el Valle de los Caídos, que uno de los objetivos de los payasos -primera acepción- es que “el Valle de Cuelgamuros se convierta en el Museo del Franquismo”; a lo que los plataformeros han añadido que nada más paranormal ... 35 años después de la muerte del dictador Francisco Franco, la dictadura todavía dicte algunas reglas de la democracia, nombre calles o gobierne el Tribunal Supremo.
Es decir, que estos idiotas aún no se han enterado de que lo único que queda de Franco -y de los millones de buenas personas que trabajaron con ahínco para mejorar su situación personal y, al tiempo, la de España- es el recuerdo, para quienes la vivimos aunque fuera poco tiempo, de una sociedad más justa, más alegre, con más oportunidades y más libre; unas decenas de embalses que aún nos dan de beber; los cientos de miles de viviendas que se hicieron entonces, y ahí siguen aunque les hayan borrado los símbolos; y el fantasma de una economía tan poderosa que ha sobrevivido hasta ahora a pesar de soportar a miles de parásitos durante tres décadas.
Y que la única regla de la democracia que perdura del franquismo, es la malhadada designación -por el único monárquico serio de España- de la forma del Estado que le sucedería, cosa contra la que también irá esta gentuza, y acaso ahí podría haber un punto de encuentro.