Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

viernes, 28 de octubre de 2011

ENCANTADO DE SER DE DERECHAS (por Arturo Robsy).

Una vez más me aprovecho del buen hacer de mi camarada Arturo, porque explica pero que muy bien lo mismo que yo pienso, pero me cuesta más exponerlo.

Ayer mismo, otro camarada me recordaba la salida de pata de banco del señor Uriarte, el diputadito pepero que era, además, barandilla de las Nuevas Generaciones -pobrines, tan viejos ya desde el nacer- y al que condenaron por conducir beodo. El señorito Uriarte, al ser preguntado en Radio Intercontinental -cuando Radio Intercontinental era una radio libre- por qué le aconsejaría votar al abuelo del entrevistador -que este definía como franquista-, respondió que buscara otro partido.

El problema es que entre el PSOE y el PP se las han ingeniado para pervertir un sistema de por si pervertido, eliminando cualquier opinión que no sea la suya, una simple moneda trucada, con dos culos y sin cara, y hoy no queda -si la hay ruego me lo comuniquen- ninguna opción mas que no participar en el putiferio, puesto que los señoritos del cortijo ponen cada vez más trabas a la expresión de la voluntad popular.

Y -recuérdese- ir a votar significa apoyar al sistema. Aunque se vote en blanco. Aunque se vote nulo. Aunque se meta -simbolismo puro- una loncha de chorizo en el sobre.

Aquél corte de radio, que todos rcordamos pero ninguno conseguimos localizar, define la derecha pepera, sea en su partido, en sus dirigentes o en sus medios de comunicación serviles.

Y aquí, Arturo, nos canta las verdades.

* * * * *

ENCANTADO DE SER DE DERECHAS

Es posible que falle la memoria, pero tengo visto que, en algún momento, se dijo, por Intereconomía, "orgulloso de ser de derechas". No es bueno cometer cacofonías como "de DErechas". Pero es peor sentirse orgulloso de una postura que no se conoce bien: Derecha, como sabemos, viene de la parte en la que se sentaban unos y otros, o sea, del asentadero respecto a la presidencia de un parlamento.

Eso, con mirada ideológica, sólo informa del lugar donde va el propio trasero y, claro, con esos datos y esas presciencias, lo normal es lo que nos pasa, que se gobierna o se opone desde el culo. Con otra clase de mirada vienen las curvas: la llamada derecha en España es un partido Liberal, al menos en su cogollo, y los liberales, con perdón, fueron los primeros progresistas. En el Siglo XIX, pero progresistas a fondo, incluida la que bordó bandera, Mariana Pineda, que hoy los socialistas se hacen suya. No hay derecha en España, aunque se lo llamen. Hay votantes de derecha, conservadores. Tories o Torys, pero no partido.

¿Puede alguien sentirse orgulloso de ser de derechas? Si adivina dónde están, claro. Pero no se ven como organización a ojo desnudo. No hay Partido Conservador y tratar de unir, como Fraga hizo, Liberal-Conservador, es llevar la contraria a siglo y medio de historia. Como proclamar que el agua no es húmeda. Pero el orgullo vale. Es costumbre hispánica, del gen mismo.

Lo que tiene su punto de guasa es, como se escucha ahora, lo de "Encantado de ser de derechas". Entramos en lo brujo, en el misterio sobrenatural. Porque embrujar es algo que no está aceptado por la ciencia ni por los racionales. Embrujo es, como se escribe, un canturreo.

Ahora hay que darle a la pequeña erudición. La raíz protoindoeuropea de Encanto es *kan-, lo que coincide con nuestro canto o con Plácido Domingo, según. Y hay más: de la misma raíz vienen, en español -no se en castellano constitucional- palabritas como cantaleta, chantaje -hay razones, o ppexactitudes, para que el chantaje se mezcle en todo esto-, hechizar, y se termina con "engatusar", que en un principio español se dijo "encantusar". Nada que ver con los gatos.

Para el final se deja que encantar es como vaticinar. Y parece que a muchos la derecha, que no existe, ha vaticinado una victoria. Pero será una victoria liberal. Lo de "encantado de ser de derechas", en cuanto a encanto, será -de la misma raíz- un incentivo para llegarse a la urna. Encantador futuro que parece, además, previsto por el socialismo mientras se cae al pozo dando gritos de libertad y vivas a la calvicie de un espabilado cofrade.

O sea, mire, no se encante a la brava, o sea, no crea del todo a los canoros. Y no crea cosas de tanto rebote; la verdad es más sencilla, con menos revueltas y casi sin necesidad de insistir en que es verdad, cosa que no le pasa a cierta derecha disfrazada, puro leopardo al que se le cayeron algunas manchas, que fueron a huchas bancarias.

Arturo Robsy

No encantando pero sí orgulloso de ser y sentirme falangista.

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