Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

viernes, 23 de septiembre de 2016

SOBRE LAS COSAS CLARAS.

Que es como empiezan a estar para el público en general. Para unos cuantos -esos a los que siempre nos llaman catastrofistas, paranóicos, exagerados y lindezas varias por el estilo- las cosas estaban claras desde las penúltimas elecciones.

Pero ahora, por fin, el señorito Sánchez muestra la patita por debajo de la puerta, y le deja claro a los que no tienen capacidad de análisis, ni conocimiento de la Historia, ni -en el caso de periodistas y tetulianos profesionales- vergüenza profesional, qué es lo que nos espera si le dejan hacer su voluntad.

Y su voluntad no es otra -no ha sido otra desde que perdió las elecciones del pasado año- que formar un Frente Popular con sus amiguetes de Podemos y -de la manita- ofrecer lo que haga falta a los separatistas. Nada nuevo bajo el sol, y lo de aprobar en Madrid lo que tu apruebes en Barcelona -o en Guernica, o en Santiago de Compostela- ya lo inventó Zapatero.

O sea: que vamos de cabeza a 1936, mes de Febrero. Luego, como suele acontecer con el calendario, llegaremos a Julio.

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