Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

lunes, 3 de octubre de 2011

SOBRE EL CINTURON QUE NO SE APRIETA.

Y que es -entre otros muchos, pero valga como ejemplo- el de los partidos políticos. Por supuesto, el de los partidos políticos afincados en el sistema y con clientela más o menos apriscada.

Lo dice el B.O.E. del pasado día 1 de octubre:

- 21.633,33 euros por cada diputado o senador.

- 0,83 euros por voto recibido por cada candidatura que obtenga uno o más diputados.

- 0,33 euros por voto obtenido por cada senador electo.

- 0,22 euros por elector de cada circunscripción, si el partido obtiene grupo parlamentario y justifica el envío de propaganda electoral por correo.

Y limitación del gasto de los partidos durante la campaña electoral; esto es, durante los quince días de duración de la campaña, lo cual quiere decir que todo lo que se gasten en actos, conferencias políticas, saraos varios, visitas generosas, despiporres múltiples, desde hace siete años -que es lo que llevamos en campaña electoral- no se contabiliza ni fiscaliza. Sólo lo de esos últimos quince días.

¿Soy el único que piensa que este sisteme memocrático es demasiado caro para ser tan inútil?

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