Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

miércoles, 16 de noviembre de 2011

INDIGNADOS POR HABERLOS CONOCIDO (por Arturo Robsy).

(También los conocerán en el siglo XXII)

A liberales y rojos la verdad histórica no les importa más que como pieza de construcción de sus maravillas pensadas para arreglar el mundo, todas falladas, todas embarcadas en guerras diz que defensivas y para hacer una guerra hay que tener mucha razón o mucha mentira.

Si se mira con tranquilidad, se ve que hoy se está aplicando al Irán lo mismo que con las guerras del Irak: que dispone de armas peligrosísimas. Eso llevó a Occidente a la guerra y no hubo armas de destrucción masiva. Parece que fue una intoxicación de los servicios israelíes que todos fingieron creer. Ahora se dice que Irán tiene Bombas Atómicas: lo dice la única nación armada así en el Oriente medio: Israel. Y busca un efecto semejante al de Irak con idénticos argumentos. Y esto se hace después de haber levantado las falsas primaveras islamistas que, hasta la fecha, se han cargado 3 ó cuatro sistemas morunos. ¿Quid prodest? Eso nadie se lo pregunta, pero con el Islam a palos el único beneficiario parece ser Israel.

Quizá uno de nuestros principales errores es creer que los hombres ven la verdad, y más a la segunda vez. Pero es todo lo contrario: no se ha leído -que se sepa- ninguna semejanza de métodos entre el calentamiento de la guerra del Irak y los usados para encender la del Irán.

Se explica de otro modo: la necesidad de usar argumentos viejos para lo nuevo, que en su momento tuvieron relativos éxitos. Y con esto llegamos a todo lo que se ha dicho sobre la División Azul y los divisionarios: Que iban obligados, que no tenían ni idea de La Falange. Y no sólo obligados sino designados por el Ejército entre jóvenes de las clases bajas. Y cosas más gordas se han oído, incluso compara a la Blau como una horda depredadora y asesina de mujiks.

Todos eran palos a Franco, para que aprendiera a no permitir que los Indignados de entonces -millones tras la pasada por el frente popular- se desquitaran. Los obligados no suelen ganar tantos kilos de medallas. Y tiene su gracia envenenada por la fecha en que vuelven a sacar las viejas cuentas de la División. Es el intento de mostrar que las elecciones son contra Franco una vez más. Pero por los caminos viejos se llega a viejas situaciones.

Bien viejo es el vicio del pucherazo que parece que, gracias a Correos, va a dejar sin voto a medio millón, o millón, de señores que deseaban votar a distancia. Dado el carácter ágrafo del socialcomunismo, parece que se busca quitar derechos a los que quieren votar "derecha" y no saben que no hay derecha organizada en partido. Pero el pucherazo sí está organizado y en Correos abundan mucho los elementos de CCOO.

También es viejísimo el sistema de evitar problemas previsibles: rendirse o aliarse. Parece que hace poquísimo Rajoy viajó a Alemania para decir que sí, que haríamos todo lo que nos mandaran y que muchas gracias. También ha corrido la voz con nombres de que el ministro de economía será un banquero, a elegir entre tres seres, criaturitas, que no citaré ni por las iniciales. También se oye, en teles liberales y algo raras, que habrá algún ministro separatista, catalán o vasco, o de esas dos esquinas a la vez. Y no conviene hablar de la multitud de leyes rojas que D. Mariano no tocará, como no tocará los impuestos. Bajarlos no se sabe.

Tampoco hará la necesaria ley que persiga y castigue a quienes han desfalcado a España y les obligue, además de a la cárcel, a devolver lo trincado. Ni siquiera se sabe cuánto dinero ha desaparecido sin hacer más afectos que chalés o festejos con viaje.

Parece, en fin, que D. Mariano quiera o acepte que la distancia electoral con el rojerío sea menor de la auspiciada. Pero, al menos ha dejado clara la importancia del refrán, de origen moruno: Siéntate a la puerta de casa y verás pasar el cadáver de tu enemigo. Al poder por la inactividad. Joven idea entre la casta de Visires.

Arturo Robsy

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