Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

martes, 23 de diciembre de 2014

SOBRE LO NORMAL EN ESTOS CASOS.


Que es, lógicamente, felicitar la Navidad.

Felicitar la Navidad -ni que decir tiene- a quien sabe lo que es la Navidad. A quien sabe, y siente, y proclama, que estas no son fiestas a secas, ni son el motivo del consumo bestial ni -menos aún- es la época de ser buenos porque sí. 

Felicitar la Navidad a quien sabe, y siente, y proclama, que nos nace Dios; y felicitarla a los españoles y a los amigos -de ambos hemisferios- que saben, y sienten, y proclaman a España.

Y a los demás, como ya ustedes estarán esperando que lo diga, que les den. 


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