Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

sábado, 23 de junio de 2012

SOBRE "LA DERECHA" (por Jesús Flores Thies)

Artículo de artículo de mi Coronel D. Jesús Flores Thies, para el que ruego una atenta lectura, a ver si nos vamos enterando.
*****
LA DERECHA

La indefinición de la “Derecha” va a acabar, no ya con nuestra paciencia, sino con España que es, indudablemente, un problema mayor.

La maldita crisis a la que nos han llevado unos y otros (aunque no hay que quitar el mérito principal al villano de Rodríguez Zapatero (1)), va a acabar con nuestra soberanía, ya bastante limitada cuando nos metimos de hoz y coz en Bruselas y en el €uro, y es que a España no la va a reconocer ni… etc, etc. Pero no lo olvidemos que las “derechas” gobernantes, las de antes y las de ahora, son co-responsables de esta situación.

Es indudable que la llamada derecha política fue, junto con la Iglesia, la que más se benefició del Alzamiento Nacional del 18 de julio, además de una gran parte de buenos españoles de incierta calificación sectaria, es decir, de partido. Y al decir la “derecha”, nos referimos a los que pertenecían a partidos de la derecha y, también, a esa casta privilegiada de fortuna, apellido, título de nobleza, terrateniente y rico por casa, porque lo otro que ha sido considerado derecha para abreviar, como Falange (aquí, ultraderecha), tradicionalistas y gran parte de la clase media que era de derechas en el sentido de que no era de izquierdas, dicho así para entendernos.

Hemos de decir, que muchos jóvenes de los de la casta privilegiada de la derecha supieron luchar y morir, no para conservar sus privilegios, sino simplemente por la salvación de España, circunstancia que nosotros recordamos pero que, hoy, muchos de sus herederos pretende ignorarlo.

Allá por el año 1941, en aquel principio de los llamados “difíciles años 40”, pudimos entrar en el Colegio de Areneros de Madrid gracias a la generosidad de los jesuitas que echaban una mano a no pocas familias que no podían pagar un colegio tan selecto. Allí pudimos comprobar, porque nuestros diez años de edad ya nos permitían no perder ni el vuelo de una mosca que volara a nuestro alrededor, que quienes habían sido antes de la guerra “gente pudiente”, seguían siendo en la paz “gente pudiente”. Allí estaban los Ruiz Gallardón, Gil de Biedma, Gómez Acebo y otros sonoros apellidos, que se repartían con otros muy sonoros del Colegio del Pilar, otro centro “selecto”.

Un apellido conocido, aunque por diferentes razones, fue el de Ortiz de Zárate, con el que coincidimos en la misma clase. Era un chaval inquieto y travieso que ya destacaba como gran dibujante. Con los años ganaría una “Medalla Militar Individual” y la III Bandera Paracaidista llevaría su nombre. No soportaron, no sabemos si los jesuitas u Ortiz de Zárate, más que un año de convivencia juntos, y en 2º de Bachillerato desapareció para volver a reencontrarnos en el Colegio de Huérfanos donde, por cierto, allí no había entre nosotros ni derechas ni izquierdas.

Cuando regresábamos de las vacaciones de verano, la pregunta habitual era: ¿Y tú dónde has veraneado? Los privilegiados habían veraneado donde ya lo habían hecho sus padres antes de la guerra, siempre en el norte (Deva, Zaráuz, San Sebastián…), otros sólo habíamos disfrutado del cálido estío madrileño, que también tenía su mérito.

Conforme pasan los años, se arrían muchas banderas, y la “derecha perfumada” empieza a marcar distancias de un Movimiento que poco a poco va perdiendo movilidad, pero que deja tras de sí una obra social increíble que trasforma de arriba abajo la sociedad española. Hemos hablado de la “derecha perfumada”, pero también inicia el despegue la Iglesia Española, en una triste maniobra que preferimos no calificar. Ponemos un ejemplo que hemos vivido.

Con motivo del centenario de la fundación del colegio de San Estanislao de Kotska, el Colegio del Palo de Málaga, en el que también habíamos estudiado tres años a raíz de su liberación, publicaron los jesuitas un gran folleto, muy ilustrado, en el que de forma bastante ruin pretendían despegarse de cualquier connotación “franquista” y, por supuesto, falangista. Llegaron a decir que Franco, al fin y al cabo, sólo les había devuelto lo que era suyo. Con los años llegamos al esperpento de tener que mendigar en muchas ciudades de España un sacerdote (nosotros hablamos de Barcelona, el caso que conocemos), una iglesia y una misa por Franco y José Antonio cuando llega el 20 de noviembre. ¿Qué fue de las 20.000 prometidas a Franco por el General de los Jesuitas, aquel agradecido polaco, el día en que Dios se llevara a S.E.?

Otra parte de la sociedad española considerada mayoritariamente de derechas, que ha dado un cambio impensable hace años, es el Ejército. La sumisión vergonzosa de las sucesivas “cúpulas militares” ha llevado al militar a una situación tan indefinible como la de la “derecha”, que ha despojado al militar de un Ejército de la Victoria para convertirlo en otra cosa a base de calificativos, “para la paz, para la democracia…”. En Torrevieja hay un submarino “Dafne” que cedió la Armada y que puede visitarse. En los folletos de publicidad se escribe: ”Submarino para la paz, la cultura, y la amistad entre los pueblos”, todo un símbolo que podría ser el programa del nuevo Ejército.

Y dejamos el tema militar aparcado para otro artículo, porque se merece un espacio completo para él solo.

Con el espectacular desarrollo en España (los pendejos dicen “desarrollismo”), que permite un cambio de costumbres y de nivel de vida de los españoles, las nuevas juventudes, sin guerras ni trincheras ni frente de combate donde desfogarse, les permite el acceso al trabajo y a la Universidad. Y es en la Universidad donde una parte de aquellos jóvenes sin problemas de vida, de casa, de alimentos o de diversiones, se une a unos nada despreciables movimientos de la “izquierda”, ya sea esta “maoísta”, “estalinista”, “castrista”…, o de los ergástulos comunistas de Carrillo. Y llegaron las consabidas carreras ante los “grises”, de las que presume todo berzotas hablador de la “derecha” que se precie. Algunos pasan por Comisaría y se llevan algún guantazo, bien en el local, bien al regreso a casa después de que su padre, antiguo combatiente, lo rescatara de un mal paso.

Hoy, la triste e indefinida derecha se permite condenar el Alzamiento Nacional, pedir pensiones a los herederos del bandidaje del maquis; apoyar los homenajes a nuestro genocida particular, Santiago Carrillo; o quitar el Monumento al general Yagüe de su pueblo natal al que tanto benefició. Acepta, mirando para otro lado, la miserable ley de “Memoria Histórica”, o deja que el Valle de los Caídos se venga poco a poco abajo. Un diputado vasco le hizo una pregunta a la Vicepresidenta Sáenz de Santamaría sobre lo que el PP pensaba hacer con el Valle, y la buena señora le vino a decir que aquello tenía que haberlo solucionado el PSOE cuando gobernaba, y que ahora les tocaba a ellos la patata caliente. Teniendo en cuenta cual era el proyecto del PSOE sobre el Valle, al nombrar a una pandilla de “expertos” sectarios, la respuesta de la dama PPera roza la desvergüenza.

Una vez que el PP gana las últimas elecciones, en un alarde de optimismo, pretendimos enterarnos de cuales iban a ser las líneas maestras, no para arreglar la crisis, que es tema que nos supera, sino las ideológicas. Y para ello tratamos de contactar con personajes del PP de cierto nivel dentro de los organigramas, ya sean estos taifas, locales o centrales. Vamos a hacer un breve relato, una historia (historieta) personal. Se trata de nuestros últimos intentos de enlazar con alguien con algún cargo en el partido PPero con la intención de aclarar ideas, las nuestras. Y decimos sólo las nuestras porque las del partido PPero están por ver, es decir, por ver si existen. Y aquí llega el sainete.

Empezamos enviando correos electrónicos a la sede del PP con una serie de preguntas que jamás fueron respondidas. Nada, el silencio más despectivo. Cambiamos de tercio y quisimos hacer lo mismo con los de la sede del PP en Guadalajara. Varios correos electrónicos se perdieron en el cubo del desprecio. Como somos constantes, no tercos, volvimos a la carga en Barcelona, donde el PP ya no es PP, sino PPC, con la “C” catalanista pegada al trasero. Ante el silencio como respuesta a nuestros correos, nos dirigimos a la sede de este PPC, extraño lugar donde apenas si había alguien que pudiera o quisiera escucharnos. Después de una tensa charla con una telefonista, conseguimos el teléfono del PPC en el Parlamento, que ellos dicen sin empacho alguno “Parlament”, y de esa forma pude recibir el premio de una breve charla con un parlamentario. Éste me dijo que si todo aquel que quisiera hablar con un parlamentario pudiera hacerlo, que ellos no podrían ni trabajar en lo suyo. Le pregunté que cuantas llamadas había recibido ese día para hablar con un parlamentario, lo que debió desarmarlo un poco (no mucho), así que me consiguió una cita para varios días después con un parlamentario en la triste sede del PP, y no en el Parlamento como me hubiera gustado.

En una pequeña salita de espera para visitantes molestos (era muy incómoda) se presenta un joven espigado y algo barbado cuyo nombre prefiero generosamente silenciar. Me dice que tiene treinta años y que lleva, no recuerdo si en el partido o en el Parlamento (ya se sabe, “Parlament”) seis meses.

La ignorancia del joven sobre la materia de mis preguntas era casi absoluta (el “casi” es una concesión generosa), así que quedamos en que por correo electrónico nos comunicaríamos y él daría cumplida respuesta a mis preguntas que eran, básicamente, y para resumir, éstas:

¿Qué iban a hacer para acabar con la “inmersión lingüística” (en el hemiciclo de ese Parlamento sólo se habla en catalán)? ¿Qué iban a hacer con la “Memoria Histórica”? ¿Qué planes tenían sobre el Valle de los Caídos? Preguntaba también si el PP consideraba que la ideología del partido se enlazaba con la “legalidad” de la república del Frente Popular, y si consideraban que la época de Franco era un período de la Historia, un paréntesis, que mejor habría que olvidar…

Sólo recibí una respuesta en la que me demostró (menos da una piedra) que en intervenciones fuera del hemiciclo, es decir, en las comisiones, él habla a veces en castellano. Esto me hizo albergar esperanzas, como se dice en los libros, pero después de cuatro correos enviados para tratar de que rompiera su silencio, triunfó el silencio. El silencio y la desvergüenza de un partido que sonríe con boca de hiena para pedirte el voto, y después te desprecia.

Un último intento. Una generosa y amable persona, votante del PP, me consigue el correo electrónico de un político del PP castellano-manchego. El resultado fue el habitual, porque después de tres intentos, se produjo el despectivo silencio.

Pues con este PP nos enfrentamos, el PP abortista, el de los “matrimonios gays”, el que persigue con rabia a la Bandera con el escudo del águila de San Juan, el que quita monumentos históricos, cierra museos militares o los aventa por ahí, este es PP con el que pretendemos hablar. Ellos se enrocan, se esconden…, pero si creen que nos han vencido por agotamiento, están equivocados. Reanudaremos dentro de poco el largo camino para su caza y captura. Que se vayan lavando…

Jesús Flores Thies
Coronel de Artillería-retirado

---------------------------------------------------------------------------------------------
(1) Que nadie se asuste, se trata sólo de un legal y más que literario adjetivo calificativo. En reserva tenemos muchos más.

Publicidad: