Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

lunes, 24 de octubre de 2011

SOBRE LA LECTURA DEL COMUNICADO.

Como ya se imaginan, el de los asesinos de ETA, que pueden encontrar, por ejemplo, en La Gaceta.
Como resulta que todos los políticos preguntados y untados, los ciudadanos preguntados y gilipollas, los escribidores de cartas a los periódicos -posiblemente untados, pero indudablemente gilipollas-, los imbéciles sin graduación y los cómplices graduados, se están refocilando con el anuncio de que los etarras prometen ser buenos chicos, parece buen momento para dejarse de las tonterías de los hemipléjicos morales y decir las cosas como son.
Y las cosas son que ETA ha conseguido lo fundamental de sus exigencias, de manera que no necesita continuar arriesgándose, no sea que algún gendarme les suelte un balazo, o que a algún guardia civil se le dispare el arma contra las ordenes recibidas.
La cosa es que ETA ha conseguido que se la reconozca internacionalmente como parte de un conflicto, gracias a la mascarada de los chupópteros extranjeros y zampabollos, bien pagados con cargo al regalo de pasta gansa de Pachi Nadie a los proetarras que organizaron la 'conferencia de paz', según informa La Gaceta.
La cosa es que a ETA le viene bien una solución democrática del conflicto político, para evitar la represión, siempre y cuando obtengan el reconocimiento de Euskal Herria.
La cosa es que ETA rinde homenaje a sus asesinos, a los que reconoce como creadores de esta oportunidad a través de largos años de crímenes, que han dado a Euskal Herria la experiencia y fuerza necesaria para conseguir nuevos logros contra la imposición que aún perdura.
La cosa es que ETA llama a los Gobiernos de España y Francia para dialogar sobre la resolución de las consecuencias del conflicto. Con lo cual, ETA se coloca en pie de igualdad con dos Estados -con uno, el español, porque el francés es demasiado serio para pensar que esta payasada va con ellos-, y si le aceptan ese diálogo, le estarán dando carta de autenticidad a su hipotético Estado, sólo existente en las mentes calenturientas de los ágrafos y de los estúpidos.
La cosa es que ETA hace un llamamiento a la sociedad vasca para construir un escenario de paz y libertad. El escenario de un Euzkadi independiente y socialista.
La cosa es que ETA sabe que a través de medio siglo de asesinatos, de torturas, de extorsiones, de amenazas, ha conseguido tener miles de cómplices que exigen -véase El Mundo-, el regreso de los presos de ETA a casa, la amnistía y la independencia. Y, claro está, amnistía -otra más- para los criminales. Aquí no ha pasado nada, y pelillos a la mar: no asesinamos si nos arregláis el conflicto político; o sea, nos dejáis proclamar la independencia, y nos pagáis para que tengamos nuestro chiringuito socialista. De la cárcel pasamos al Gobierno, y nos vais dando cuartos para montarnos el socialismo.
La cosa es que ETA cuenta con los buenos deseos de muchos cómplices; por ejemplo, el juez Garzón, que en declaraciones a El País afirma que "hay margen para compensaciones si ETA entrega las armas, que sucederá". O las ya mencionadas del señor Rajoy, admitiendo que no se había hecho ninguna concesión, cuando cualquiera que tenga ojos puede ver que los etarras están en las calles, en los ayuntamientos y en las diputaciones, y cualquiera que tenga una mínima inteligencia ve que estarán en el Congreso.
La cosa es que ETA -véase La Gaceta- "le pedirá al Estado el reconocimiento de las víctimas creadas por él y el uso de las formas violentas. El reconocimiento o resarcimiento moral y político de la lucha en Euskal Herria vendrá en el Marco Democrático".
O sea, lo dicho: que les paguemos por sus sufrimientos de gentuza de mal vivir, de criminales, de racistas, de xenófobos, de ladrones, de secuestradores, de extorsionadores, de asesinos... y que pongamos la cama.
Y lo que está claro, es que nadie con mando va a decir estas cosas. Que nadie con responsabilidades va a decir que la única forma de que ETA tenga paz en su conflicto, es que todos y cada uno de los etarras buscados se presenten en el cuartelillo de la Guardia Civil más próximo; que todos y cada uno de los cómplices -incluyendo, como es de justicia, a los que se han aprovechado de las nueces cuando ETA movía el árbol, hideputa Arzallus dixit- se entreguen y sean juzgados. Que cada autor de pintadas proetarras las limpie con sus manos; que cada colgador de carteles proetarras los quite con sus manos; que cada borroko quemacajeros, quemaautobuses, quemabasuras, pague los daños ocasionados; y que todos ellos, uno a uno primero, y juntitos después, rindan homenaje a la Bandera de España.
Porque toda paz y toda resolución del conflicto político que siga otro camino, significa la rendición del Estado español; significa el triunfo del terrorismo; significa la secesión de Vascongadas, y probablemente la usurpación de Navarra. Y significa la entrega de Vascongadas al marxismo-leninismo de ETA.
Quizá eso no estuviera mal. Teta me lo iba a pasar cuando los peneuveros -que son peores traidores que los etarras- fueran cazados por los borrokos, en la guerra civil baska que -Ángel Palomino lo dejó escrito- sucedería a la independencia.

SOBRE LOS ROBOS INDIGNADOS.

O, por mejor decir, los que dicen estar sufriendo los indignados okupas del Hotel Madrid.

Se quejan -lo cuenta ADN, pag. 21 de la edición en papel de Madrid- de que los habituales rateros de la Puerta del Sol se les cuelan en el hotel -donde ya se colaron ellos, por otra parte, robándoselo a su legítimo propietario- y les quitan ordenadores y móviles.

Lo cual, a mi parecer, tiene un cierto valor pedagógico. Porque así experimentarán en primera persona los indignos okupas que la Policía -esa Policía a la que tanto han insultado ante la ejemplar mansedumbre de sus mandos- sirve para algo.

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