Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

miércoles, 17 de agosto de 2011

BIENVENIDO A ESPAÑA, SANTIDAD.

Bienvenido, Santidad.

Bienvenido a esta España que acaso ya no lo sea pero que, de aspirar a continuar siendo, ha de ser católica.

Bienvenido a esta España que se suicida por horas, a esta sociedad encanallada y emputecida. Bienvenido a esta España que -aunque no lo haya dicho un acomplejado resentido- ha dejado de ser católica hasta en los católicos practicantes. Bienvenido a esta España que acaso guarda sus raíces profundamente católicas -y por tanto universales- precisamente en los que se han alejado de la Institución eclesiástica, expulsados del Templo por mostrar su escándalo ante los mercaderes.

Bienvenido, Santidad, a España.

Bien se que estas líneas de mi modesto diario no va a llegar a Su Santidad, pero quizá algún artilugio de búsqueda las presenten a alguien de su entorno. Por eso quiero comenzar con mi bienvenida.

Porque este país chabacano y hortera, guarro y snob, no es la España que de siempre ha recibido, con secular hidalguía, a quienes la visitaban, y les ha abierto las puertas, las casas y los corazones, fueran Papas o fueran Presidentes de cualquier lugar del mundo, y aquí se recibió por igual a Eva Perón, al genocida Eisenhower o al genocida Ceaucescu.

Bienvenido a España, Santidad. A esta España donde la hez de la sociedad gana terreno, donde los sinvergüenzas mangonean, los corruptos dirigen la opinión, los golfos levantan la voz y las gentes de bien callan, abandonadas por quienes debían ser guías.

Y esta, Santidad, es mi contribución a vuestra visita: deciros la verdad de esta España vendida al mejor postor de un voto cobarde en una urna sucia de mentira. Una verdad, Santidad, molesta pero al alcance de todos, de la que os deberían haber informado los Obispos y Cardenales de esta España doliente y moribunda.

Y la verdad, Santidad, aunque nos duela, es que la Iglesia no es ajena a esta situación. Que la Iglesia, Santidad, se ha convertido en demasiadas ocasiones en piedra de escándalo. Que la Iglesia ha colaborado con el terrorismo de ETA; que la Iglesia se ha mostrado de acuerdo con el aborto; que la Iglesia ha visto bien una Ley de muerte digna que abre la puerta a la eutanasia; que la Iglesia ha tolerado que algunos sacerdotes casen a homosexuales y tengan concubinas. Que la Iglesia ha consentido que bajo su nombre se manifiesten individuos y grupos contrarios a la Doctrina, todo ello sin reacción de la jerarquía.

La verdad es, Santidad, que la Iglesia en España se muestra sumisa ante los poderosos, y encuentra fácilmente subterfugios para obviar hechos que, por otra parte, son de dominio público, ofreciendo la Comunión a notorios excomulgados.

Y así, Santidad, el catolicismo en España ya sólo es en la mayoría una máscara, un rito puramente formal que ha perdido su significado profundo. Casi una cáscara muerta a punto de desprenderse, porque no va más allá de la simple escenificación vacía que no mueve los corazones, y en la que parece que los propios pastores no creen en lo que enseñan.

Vos mismo, Santidad, habéis hablado de la necesidad de evangelizar a España. Sabéis, pués, el riesgo enorme en que esta Patria doliente se halla, y sabéis que si bien España será católica o no será, también la Iglesia sería muy distinta sin España.

Por ello, Santidad, os ruego que no nos dejéis en manos de pastores cobardes y pusilánimes, y que roguéis a Dios Nuestro Señor para que conceda vigor a la fé de quienes deben ser guías, y fortaleza a los que deben ser ejemplo, y para que no sigan tolerando que haya sacerdotes convertidos en piedra de escándalo.

Y como todo esto pudieran parecer exageraciones de lo que ahora llaman un integrista católico, aquí al final dejo la información periodística de cuando va dicho. No quiero hoy enlazar estas noticias en el texto para no distraer del contenido fundamental de mi mensaje.

Que es, sencillamente, este: Bienvenido a España, Santidad.

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-El cura catalán que pagó abortos casa a gays en la cárcel y tiene "amiga especial". Manel Pousa, sacerdote de Barcelona que presumió de pagar abortos vuelve a poner en un aprieto al cardenal Sistach con nuevos escándalos.


Un grupo de operarios ultimaban la semana pasada el macroescenario ubicado en Cuatro Vientos, donde tendrá lugar la vigilia del papa con los jóvenes. -I. A. es un joven empresario, católico practicante y homosexual.

Febrero: robo del sagrario en Santa Catalina (Majadahonda). Marzo: robo en la Ascensión (Carabanchel). Abril: robo en una iglesia (Ciempozuelos).

Se trata de la segunda vez que una iglesia de Majadahonda recibe un atentado anticlerical. En el mes de julio del año pasado la iglesia de Santa Genoveva sufrió un atentado con siete artefactos colocados en el tejado del edificio.

Benedicto XVI defiende la vida "sagrada e inviolable" desde la concepción en alusión directa a la Ley del Aborto de Zapatero



El arzobispo en persona le ofreció la hostia consagrada en la misa del Corpus.

El juez de la Audiencia Nacional ha citado el próximo día 21 de enero al sacerdote Félix Salvador Placer Ugarte, que convocó la manifestación a favor de los presos de ETA celebrada el pasado sábado en Bilbao y en la que investiga si pudo producirse un delito de enaltecimiento del terrorismo.

La iglesia vasca, que durante las últimas décadas ha seguido fielmente las estrategias identitarias marcadas por el independentismo más sectario, que nunca ha perdido oportunidad de equiparar a las víctimas de ETA con sus verdugos y que, salvo honrosas excepciones, actúa permanentemente movida por la idea de que el terrorismo es la consecuencia de un presunto “conflicto” nunca resuelto, no ceja en su empeño de divulgar desde los púlpitos la hoja de ruta nacionalista hacia la paz.

-La Iglesia vasca, años de plomo y Setién. Llegó a decir que los etarras "en el fondo, eran revolucionarios"

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