Delito cometido por el Partido Popular que, tras unas informaciones -por decir algo- del diario Levante -que recoge, faltaría más, El Plural- ha decidido prescindir de los servicios del profesor Isidro Juan Palacios, por sus antecedentes políticos.
Don Isidro Juan Palacios -dice la prensa- "estuvo vinculado a la organización neonazi Cedade", y en el PP -según El Plural, repito- achacan la contratación a que les pareció que tenía un buen currículum profesional y a que desconocían sus antecedentes políticos, por lo que aseguran que “ya no contaremos con él”.
Despues de estas afirmaciones, queda patente el delito de discriminación, por la vulneración del artículo 14 de la Constitución: Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.
Es también evidente la vulneración de la Ley de Igualdad de Trato que estudia el Gobierno, lo cual comunico por si tienen a bien tomar nota los señores fiscales, y por si negarle el trabajo a una persona por razón de su pensamiento fuera igual de grave que llamarle feo.
Don Isidro Juan Palacios -dice la prensa- "estuvo vinculado a la organización neonazi Cedade", y en el PP -según El Plural, repito- achacan la contratación a que les pareció que tenía un buen currículum profesional y a que desconocían sus antecedentes políticos, por lo que aseguran que “ya no contaremos con él”.
Despues de estas afirmaciones, queda patente el delito de discriminación, por la vulneración del artículo 14 de la Constitución: Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.
Es también evidente la vulneración de la Ley de Igualdad de Trato que estudia el Gobierno, lo cual comunico por si tienen a bien tomar nota los señores fiscales, y por si negarle el trabajo a una persona por razón de su pensamiento fuera igual de grave que llamarle feo.