Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

martes, 5 de julio de 2011

SOBRE IMPUESTOS ESPECIALES.

Los que el PSOE, por boca de su señor ministro de Trabajo, don Valeriano Gómez -véase El Mundo y El País-, quiere establecer para los sueldos excepcionalmente altos de los directivos de banca.

Bastó que Alfredo arremetiese contra los bancos por haber concedido hipotecas alegremente -olvidando, sin duda, los milloncejos concedidos a su propio partido y a los demás, que esos si que son incobrables, según se demostró con el PSC-, para que todo el sociatismo -no es errata-, haya empezado a clamar contra los bancos y los banqueros.

Y a mí no me parece mal, entre otras cosas porque esa misma Bankia cuyos directivos cobrarán 10,15 millones de euros anuales, pretende sablear dos euros mensuales a quien no tenga en su cuenta corriente más de dos mil euros de saldo, por ejemplo.

La desfachatez de los bancos -y no digamos de las excajas de ahorro- es oceánica, y ya no se conforman con percibir intereses usurarios por los préstamos, sino que sacan tajada hasta de quienes les llevan el dinero. Pero la desfachatez de los bancos se corresponde con la desvergüenza de quienes se lo permiten. Y -evidentemente- con la estupidez de quienes votan a los que lo toleran.

Aclarado este punto, no puedo dejar de resaltar que la ideita de crear impuestos especiales para los grandes sueldos de los banqueros es, como poco, inconstitucional Porque, primero, no se puede discriminar a nadie por razón de su trabajo (art. 14)  -agárrese los machos don Alfredo, no sea que su colega Pajín lo envuelva en su Ley de igualdad de trato-; y porque, segundo, clamaría al cielo cargar la mano con los directivos de banca y permitir que -por ejemplo- los señores González y Aznar no tributasen de igual forma por los 80.000 euros que cobran del Estado, amén de sus sueldos privados; que don Felipe González no tributase de manera acorde por sus emolumentos como consejero de Gas Natural, y don José María por lo suyo en no se qué otra empresa parecida, de la que ahora no encuentro la documentación; que la señora Cospedal cobrase 240.000 euros en 2009, y los que procedan en el año corriente; que Carod Rovira perciba alegremente 6.000 euros pos asesorar a una red sanitaria, o que actrices fracasadas como Cayetana Guillén Cuervo, trinquen 60.000 euros al mes de TVE, que somos todos, sin pasar por la caja de Hacienda de la misma forma.
No discriminemos. Que se retraten los banqueros sí, desde luego; pero que se retraten los demás, también.

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