Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

miércoles, 24 de abril de 2013

SOBRE LA SECUENCIA DE MAS.

Siento tener que volver a ocuparme de él, pero es que es el payaso -primera acepción- de guardia, por lo visto.

Según dice El Mundo, Artur Mas, ha augurado este martes que se entrará "en una secuencia de guerra, de juego sucio" del Estado si avanza el proceso de autodeterminación de Catalunya; y ha añadido que tenemos que entender que, en toda esta batalla en la que estamos, el juego sucio lo practicarán contra nosotros, y que nosotros no lo practicaremos contra ellos, porque no sabemos.

Bien, señorito Mas: no dudo ni por un instante que ustedes, los separatistas, no tengan la menor idea de cómo actúan los Estados. Son -ustedes, los separatistas- como críos llorones, que no saben lo que quieren pero lo quieren ya. Ustedes quieren la "independencia", pero no tienen ni puñetera idea de cómo llevar un Estado, porque lo suyo son los pueblecitos. Son -ustedes, los separatistas- puramente aldeanos, con un concepto del Universo que no va más allá de su cortijo -dígolo así por la abundancia de charnegos andaluces entre su filas-, ni piensan que detrás de sus comisiones del tres por ciento -don Pascual Maragall dixit-, de sus iteuves, de sus palaus, de sus subvenciones a los amiguetes, hay mucho más que hacer en el mundo.

De la misma forma que los navegantes vascos puede que llegaran a América antes que Colón, pero nunca supieron a donde habían ido, así ustedes -los catalanistas decimonónicos- no tienen ni la menor idea de que un Estado no es sólo la ubre de la que amamantarse; al menos, un Estado serio como el que no tenemos en España desde hace casi cuatro décadas.

Porque si España tuviera un Estado serio, riguroso, legítimo y consciente de su razón de ser, ustedes -los aldeanoseparatistas, los indepenpaletos-, estarían en la cárcel. Y no por juego sucio, sino por legitimidad limpia.

No obstante su cerrazón mental para entender algo tan sencillo, sus propias palabras les delatan: secuencia de guerra, de juego sucio. Es lo único que ustedes entienden, de lo único que ustedes saben: de jugar sucio, de chantajear, de lloriquear, de victimizarse poniendo el cazo. Lo que les preocupa, es que el Estado les trate a ustedes con las mismas armas que los separatistas utilizan: el juego sucio de trampear subvenciones aquí y allá, de comprar voluntades, de amamantar a los amigos en los presupuestos, de poner la mano que recibe la mordida. Para ustedes -desgraciadamente no sólo para los aldeanos de Catalunlla- gobernar significa prevaricar, llenarse los bolsillos de cohechos, pegar el pelotazo con cargo a los idiotas que se dejan esquilar.

¿Juego sucio? ¿Más sucio que su caciquismo señoritil y espeso? ¿Más sucio que decir cada día una cosa diferente?

Sólo hay, por parte del Estado -del Estado español, que es el mío y el suyo, y bien que se aprovechan de ello- un juego sucio: el de no tener los santos riñones de hacer cumplir las leyes, que es su razón principal de existir. El juego sucio de darles a ustedes -no a los catalanes, sino a los separatistas- todos los caprichos de niñato que recurre a las palataletas como razón última de su existencia. Ese es el juego sucio del Estado para con todos los demás españoles.

Por lo demás, señorito Mas, si usted pudiera bajarse del burro aldeano -que no puede, porque lo lleva dentro- se daría cuenta de cómo los ven a ustedes, los separatistas, en el mundo. No tiene mas que asomarse a la prensa -no la pagada por sus subvenciones- para ver cómo se chotean de ustedes las gentes normales y sanas, en cuanto estén algo alejadas de la política espesa y sucia que su aldeanismo expele.

Ahí tiene el titular de La Gaceta: Vettel a un periodista de TV3: Ser catalán es como ser alemán de Baviera.

Esto se lo dijo el tricampeón del mundo cuando un periodista al que Vettel le preguntó si era español, le contestó que no, que era catalán. ¿Lo ve, señor Mas? Ustedes, los separatistas, hacen el ridículo en cuanto salen de este Estado español acomplejado y cobarde, indigno de representar a España como ustedes son indignos de representar a Cataluña. Mejor dicho, y más le vale no olvidarlo: a un tercio escaso de los censados en Cataluña.

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