La de apendicitis a que ha sido sometido el genocida Santiago Carrillo en el Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid. Hay que ver lo bien que nos viene que Franco creara la Seguridad Social.
Como no soy de la misma ralea que el genocida Carrillo, no me alegro en absoluto de sus cuitas; eso si, le deseo lo mismo que él le deseara al Generalísimo Franco cuando -ya cercano el final de su vida- sufrió la misma intervención.