Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

martes, 30 de abril de 2019

SOBRE LOS 700.000 VOTOS.

Los que dicen los medios de intoxicación social que VOX le ha quitado al PP.

Después de la vergonzosa campaña a favor del PP realizada por la emisora de la Conferencia Episcopal Española, ahora no dejan sus estrellitas de repetir que ha habido 700.000 votos para VOX que no han obtenido representación y en cambio ha hecho perder al PP buen número de escaños. Y repiten que VOX le ha quitado esos votos al PP.

Bueno, señores demócratas desde el inicio de los tiempos de las cavernas -en las cuales siguen-: el voto, aunque ustedes no lo sepan, no es de los partidos, sino de los votantes. Cada cual hace con el voto lo que prefiere, y lo mismo puede decir -como el que suscribe durante muchos años- que no se lo da a nadie para no ser cómplice de tanto desaguisado, como se lo da -como el mismo suscribiente- al partido que le parece menos malo, que en este caso era VOX. 

Nadie quita votos a nadie; ningún partido le quita votos a otro. Es el elector el que -a veces- piensa y decide. Otras veces no piensa, y vota a los de siempre.

Por otro lado, vean ustedes, señores de la radio, la prensa, la tele, las tertulias... en fin vean ustedes, individuos de mal vivir en general, que también se podría argumentar en el sentido de afirmar que si el casi millón de votos al PP que -siguiendo su razonamiento- no han valido para nada porque no se han convertido en escaño, hubieran ido a VOX, este podría haber tenido mejores resultados quedándose el PP como está. Lo cual sería mucho más razonable, puestos a elucubrar y hacer quinielas.

Y vean ustedes, los antedichos, que muchos -no me atreveré a decir todos- de los que hemos votado a VOX, jamás lo hubiéramos hecho a la derechita cobarde, corrupta, trincona y estafadora en las ideas. Ni al centro derecha, izquierda, cualquiera sabe, según me convenga, de Ciudadanos.

Así es que sean ustedes demócratas -ya que no se les cae de la boca la palabreja- y admitan que los votantes pueden elegir a quien le salga de las papeletas; y que si no votan a su preferido, acaso es porque su preferido es una mierda.

Dicho lo cual, ruego a ustedes que vayan a la misma.



domingo, 28 de abril de 2019

SOBRE MI VOTO.




Y tenga en cuenta, señor fiscal, 
que el secreto del voto es un derecho
no un deber.




lunes, 22 de abril de 2019

SOBRE EL VOTO EN ESTAS ELECCIONES

En estas elecciones votad lo que os parezca menos malo. Pero no saldrá de ahí nuestra España, ni está ahí nuestro marco. Esa es una atmósfera turbia, ya cansada, como de taberna al final de una noche crapulosa. No está ahí nuestro sitio. Yo creo, sí, que soy candidato; pero lo soy sin fe y sin respeto. Y esto lo digo ahora, cuando ello puede hacer que se me retraigan todos los votos. No me importa nada. Nosotros no vamos a ir a disputar a los habituales los restos desabridos de un banquete sucio. Nuestro sitio está fuera, aunque tal vez transitemos, de paso, por el otro. Nuestro sitio está al aire libre, bajo la noche clara, arma al brazo, y en lo alto, las estrellas.

DISCURSO DE LA FUNDACIÓN DE FALANGE ESPAÑOLA. 
(29 de octubre de 1933).

* * * * *

Desde que leí estas palabras de José Antonio, han sido mi norma básica en cuantas convocatorias electorales se han producido. La primera -permítanme recordarlo- para votar NO a esta Constitución. 

Desde entonces, mi voto siempre ha sido para las opciones nacionales que en cada momento se presentaban: primero la coalición de Fuerza Nueva y Falange Española de las JONS; después, a Juntas Españolas. Desde aquél tiempo, sólo en unas pocas convocatorias había algo -Alternativa Española- que fuera merecedor del esfuerzo de ir a votar. Para mi, nacionalsindicalista, las diversas Falanges nunca han sido una opción por su inquina hacia la figura de Francisco Franco y por su -así lo veo- deseo de congraciarse con el poder establecido a través de criticar al Caudillo, cuando toda persona inteligente sabe que si hace cuarenta años -y hoy en día- existen falangistas, es porque Franco lo quiso.

En el resto de los procesos electorales no he ido a votar, por una sencilla razón: porque no quería ser cómplice de ninguno de los mangarranes que aspiraban a hundirnos.

Pero ahora se presenta un panorama diferente: ahora existe VOX. 

Y si; ya se que VOX no es lo nuestro. Que VOX es derecha liberal, y que no recoge muchas aspiraciones de los que pensamos más o menos de forma aproximada.

Ya se que -es una de las principales objeciones que he oído- no propugna la derogación del aborto. Pero es que, ya hace ocho o diez años, un sacerdote cuyo nombre gracias a Dios no recuerdo, decía que había que elegir entre los males el menor; esto es: el que diera menos facilidades para asesinar a los no nacidos. Pero no dijo que no se debía votar a un partido (que en aquél caso era el PP) que mantenía el aborto en su programa. Aquellas declaraciones las hizo en clérigo de marras en un programa de Radio Intercontinental de Madrid -"La V Columna", probablemente, o el que iba por delante-, y no las puedo ofrecer porque el señor Obama me las robó.

En este enlace pueden ver la referencia que hice en su día. Después de oír eso -y sin que al cura de marras le cayera el chorreo correspondiente, al menos que yo sepa- ¿vamos a criminalizar a un partido por ser menos papista que los representantes del Papa?.

Yo, que cada vez ando más distanciado de la Institución eclesiástica porque cada vez me parece menos católica y más sociedad anónima inclinada al "márqueting" y sin ningún fundamento espiritual, no seré el que ponga por delante del interés de España el de una jerarquía eclesiástica que traiciona lo más sagrado.

Por lo demás, he leído el programa de VOX -cosa que probablemente no hayan hecho algunos de los que lo critican-, y no encuentro una sola, entre las 100 medidas, que no pueda suscribir. Me faltan algunas -quizá bastantes-; pero ni una sola me produce un rechazo integral. 

Ahora, la pregunta es: ¿hay algo más que pueda considerarse "menos malo"?. Porque en las futuras elecciones europeas está la opción de ADÑ, pero... ¿y ahora?. Ahora no tenemos más opción que VOX o la abstención. 

Y hay mucha gente que, con buen criterio, afirma que no quiere ser cómplice votando a un partido que no refleja totalmente su pensamiento, y con el que difieren en cosas importantes. No puedo criticar esa postura, que ha sido la mía durante años. 

Pero, para mi, en estas elecciones si existe algo "menos malo". No saldrá de ahí nuestra España, pero por lo menos podrá ralentizar; acaso -seamos optimistas por una vez, aunque llevemos la contraria a Spengler, hace poco citado en Facebook por mi camarada 27 Puntos-, detener la horda antiespañola que avanza.

No quiero convencer a nadie; simplemente, expongo mi razonamiento. Ni soy de VOX ni lo voy a ser. Pero -quizá porque eso del voto me gusta tan poco que no le doy la importancia que otros- en esta ocasión votaré a VOX.

Sencillamente, por jorobar. Y no me digan que no es buen motivo.



jueves, 4 de abril de 2019

SOBRE LA CASILLA DE LA IGLESIA.


Como todos ustedes saben, ya estamos metidos en época de confiscación de la renta. Llega el momento en que el Gobierno nos saca los cuartos para dilapilarlos en sueldos para los suyos, en dádivas compravotos para los suyos, en proyectos faraónicos e inútiles para que trinquen sus empresas protegidas o subvencionadoras que -llegado el caso- darán puestos en consejos de administración a los suyos. A los de cada partido, porque esto no es cosa de unos, sino de todos.

Dando esto por sabido, y sentado el principio de que al votante no le importa que le saquen los higadillos siempre que lo hagan los suyos, parece que lo importante no es crear empleo y facilitar y proteger la vida y los derechos de los ciudadanos, sino la memez histórica y la exhumación de Franco.

Y también damos por sabido que en esta época nos van a pedir que marquemos la casilla de la Iglesia Católica en nuestra declaración de la renta. No dejan de repetirlo así desde los medios de comunicación vinculados a la Iglesia: desde esa cadena COPE que pertenece a la Conferencia Episcopal Española.

Esa misma cadena que, un día si y otro también, no deja de lanzar diatribas contra Franco; que no deja -por boca de cualquiera de sus estrellitas- de hablar de la feroz dictadura, de los represaliados, de los exiliados del franquismo; no deja de calumniar a Francisco Franco y a los millones de españoles que lo siguieron para hacer una España que -43 años después- aún puede pagar sinvergüenzas con la herencia recibida.

Esa misma Conferencia Episcopal que ha intentado guardar bien sus ropas en el asunto de la venganza exhumatoria. Que ha dicho que no era asunto suyo que se desenterrara a Franco del Valle de los Caídos, ni dónde se le fuera a enterrar de nuevo. Que eso era cosa del Gobierno y de la familia.

Desde que empecé a presentar la declaración de la renta he marcado siempre la casilla de la Iglesia. Porque soy católico, y por tocar las narices, que también es un motivo. Menos este año. 

Este año, no. Que a los Obispos cobardes los subvencione el socialismo y el comunismo con los que se quieren congraciar al precio de la traición. Que a los curas rojos los mantengan sus amos. Que a la institución eclesiástica que abandona a sus hijos y se morrea con los asesinos de sus hermanos en el sacerdocio, la ayude el estalinismo de Sánchez. Que a las emisoras de radio que mienten por sistema para no hacerse antipáticos a sus amos políticos, las sufrague su abuela.

Este año, no. Este año, que la Conferencia Episcopal Española no cuente con mi marca en la casilla de la Iglesia. Este año, no voy a seguir siendo cómplice de los mentirosos, de los traidores, de los chalanes y mercachifles que trapichean con la fe, se refocilan en la iniquidad y se deshonran en la condescendencia, que no es misericordiosa, sino culpable.

Y en lo que valga mi consejo, ahí queda para quien quiera usarlo. Este año, NO. Y a los traidores que los mantengan los socialistas a los que tanto quieren agradar. 

lunes, 1 de abril de 2019

SOBRE LA MEMORIA HISTÓRICA.

Que es, como ustedes saben, la forma socialista y comunista de volver a los años treinta del pasado siglo.

Convertida la exhumación del cadáver del Excelentísimo Sr. D. Francisco Franco Bahamonde en prioridad gubernamental; convertida la demonización de la derecha, su aislamiento, en motivación única de las múltiples y similares izquierdas; convertido el guerracivilismo en objetivo puntero del socialismo ultraizquierdista, la política española se va pareciendo cada día más a aquella en que toda la gentuza ágrafa se fundamenta.

Así es que, como ellos nos quieren llevar de nuevo al pasado, quieren meternos en otra guerra civil -que, como en aquella, piensan que tienen ganada-, lo correcto es recordarles cómo terminó aquello.




Esta si que es memoria histórica. De la buena. De la que ocurrió.



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