Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

domingo, 28 de abril de 2024

SOBRE LOS HIDEPUTAS.

Que sí, que ya se que así dicho no hay forma de saber a quien me refiero, porque hay muchos.

Pero hoy me refiero a los hideputas de la puta derecha de mierda.

En una información de El Debate me entero de que el mamarracho de Nuñez Feijóo ha proclamado: «Estamos ante un tic autoritario que desde Franco nunca lo habíamos visto.»

A esa información me he permitido comentar en dicho periódico lo que sigue:

"Por pura casualidad -en nada relacionada, probablemente, con la valiente lucha antifranquista del señor Feijoo- recuerdo unos versos de D. Pedro Muñoz Seca en "la venganza de don Mendo:"

"Es la triste condición
de aquél que nace cabrito,
que o muere de chiquitito
o acaba siendo... un cabrón"

Comentario que, por supuesto, ha sido censurado, por lo que lo publico aquí, en mi diario, donde aún se cumple la Constitución aunque no se comparta ni se respete.

Luego me da por poner la radio, y me encuentro a la señora López Schlichting, que también lucha valientemente contra Franco y recuerda las manifestaciones de la Plaza de Oriente para compararlo con los cuatro cabrones rojos de mierda que llevaron en autobús a Ferraz los sociatas.

En fin, a esta gentuza ya la definió nuestro padre Cervantes con certero calificativo.


sábado, 27 de abril de 2024

SOBRE PERICO EL DESFALLECIDO.

Perico, que es D. Pedro Sánchez para sus amigos. Bueno, para sus amigos y, sobre todo, sus clientes, dicho sea en el sentido que los romanos daban al término.
Perico Sánchez, el presidente del gobierno -ambos en minúscula- que desfallece de amor por su señora esposa hasta el punto de que se retira a sus aposentos moncloacos pensando si mantenerse en el poder vale la pena, habida cuenta de que la susodicha ha sido acusada de facilitar negocios a sus amiguetes a cuenta de los Presupuestos Generales del Estado.
Hombre, don Pedro: si no quería usted que su señora esposa estuviera expuesta a la fiscalización pública, lo primero que tenía que hacer es no buscarle puestecillos universitarios inmerecidos; esto es: no enchufarla.


Lo segundo, no haber permitido que las recomendaciones de su señora esposa fueran mérito sustancial a valorar por sus ministros a la hora de adjudicaciones públicas.
Todo ello, Periquito, está escrito en la prensa y está publicados documentos que parece verdaderos. Y que, en caso de no serlo, usted y sus ministros y sus jueces y sus fiscales ya habrían denunciado, de forma que asumo que los documentos publicados por El Debate, que demuestran que ciertos contratos fueron adjudicados a empresas que no cumplían las condiciones establecidas pero que, eso sí, tenían recomendación de doña Begoña Gómez, son ciertos.
En El Debate de hoy se citan las múltiples defensas y variadas gilipolleces que expelen los socialistas y sus periodistas comprados, y los entrecomillados que siguen pertenecen a dicho periódico.
Por ejemplo, el de una diputada llamada Marta Trenzano -a la cual probablemente conocerán en su casa- que dice: 
«La derecha política, mediática y sociológica tiene una maquinaria que siempre pone en marcha cuando no gobierna. Han acusado al presidente de ilegítimo y a su esposa y su familia de mil barbaridades. Haciendo eso, demuestan que no son demócratas, que no creen en la democrácia (sic). Políticamente la democracia se fundamenta en aceptar estar en la oposición cuando te toca y ellos tienen un sentido patrimonialista del Estado por el cual el poder les pertenece y, si no lo tienen, que salte todo por los aires».
No soy de derechas, doña Marta, pero quizá debería usted tener en cuenta quien -qué persona, qué partido- tuvo como argumento principal en las últimas elecciones eso de que había que impedir que gobernara la derecha. También le convendría darle una vueltecita a lo del sentido patrimonialista del Estado, cuando su amado Perico usa el Falcon hasta para ir al lavabo, y acompañado de sus amistades; lo mismo para ir a conciertos que para pasar unos días en las propiedades del Patrimonio del Estado que son exactamente igual de propiedad de don Pedro Sánchez que mías. Y eso de que salte todo por los aires, doña Marta... Decir eso, a un mes del 11-M... 
Por su parte, más de 3.000 periodistas y profesionales de los medios de comunicación han firmado otro «manifiesto» para reprobar el «golpismo judicial y mediático» que está sufriendo Begoña Gómez." (...) y que "«el ataque de la ultraderecha mediática y judicial contra la esposa del presidente del Gobierno es un nuevo intento de subvertir la voluntad popular expresada en las urnas mediante medios ilícitos.»
Ignorantes como buenos periodistas rojos, mezclan tonterías con las anteojeras del mandato partidista. Veamos: una persona física no puede sufrir «golpismo judicial y mediático», y puesto que doña Begoña Gómez es una persona física, ustedes -los periodistas firmantes- son gilipollas. Y los que se dejan informar por ustedes –entre otros, Silvia Intxaurrondo, Maruja Torres, Ana Pardo de Vera, Rosa Villacastin y Jesús Maraña–, más gilipollas aún.
Muestra de ello es la perla que sigue: «el ataque de la ultraderecha mediática y judicial contra la esposa del presidente del Gobierno es un nuevo intento de subvertir la voluntad popular expresada en las urnas mediante medios ilícitos.»
De entrada, no se sabe si es que los periodistas de marras no saben escribir -nada extraño, por otra parte- o que piensan que la voluntad popular  fue expresada en las urnas mediante medios ilícitos. Porque para querer decir que se intenta subvertir por medios ilícitos la voluntad popular, les falta una coma. Exactamente entre urnas y mediante. De nada, iletrados.
Y eso por lo que respecta a la forma, que en un periodista debe cuidarse algo, digo yo. Por lo que respecta al fondo, meten la pata hasta más arriba del corvejón, porque la voluntad popular expresada en las urnas dio como ganador al PP. Otra cosa es que luego la mayoría de los perdedores se hayan puesto de acuerdo para pervertir la democracia, cosa que -no lo niego- es legal, pero no demasiado acorde con esa voluntad popular.
Pero lo que alcanza cotas dignas de función circense es lo de Patxi López. Pachi Nadie, por otro nombre; el Pachi Nadie del que la madre del asesinado Pagazaurtundúa dijo que haría cosas que le helarían la sangre. Este Pachi Nadie que ha acusado al PP de «falta de humanidad enorme» y de un «corazón de piedra» por criticar a Sánchez.
Bueno, Paquito; el PP ya te dirá lo que tenga que decirte, que eso a mi ni me va ni me viene. Pero la oposición -en los sistemas de democracia liberal- está para criticar lo que le parezca mal de lo que hace el Presidente. Por ejemplo, colocar a su mujer en un puesto para el que no tiene cualificación, y admitir sus recomendaciones a la hora de otorgar contratos públicos, con ese dinero que -por mucho que doña Carmen Calvo dijese que no es de nadie- es de todos los que pagamos impuestos. Incluidos los votantes socialistas, tan contentos de poner la cama además de lo otro.
Por otra parte, Paquito Nadie, si «en la decisión del presidente hay una reflexión política, pero también hay mucho amor», a mi me parece que las cosas íntimas no son para hacer campaña política. Pero es que yo soy un machista que no ve bien eso de utilizar a la esposa para hacerse publicidad.
Y para finalizar: Asimismo, Víctor Camino, diputado del PSOE por Valencia y secretario general de Juventudes Socialistas de España, ha expresado que el PP y la derecha ha sacado «toda su maquinaria de fango para acabar con la salud mental de todos los progresistas».
Pues bien, don Víctor: creo que usted -aunque evidentemente sin pretenderlo- da en el clavo: acostumbrados a sacar la «maquinaria de fango» para -por ejemplo- seguir acusando al hermano de la señora Díaz Ayuso después de que los tribunales no han encontrado delito en su actividad, a ustedes les han saltado los fusibles al comprobar que a sus paniaguados también les sacan los colores, y también los investigan los jueces. Eso, claro, hace que a los progresistas se les haya desmejorado la salud mental. ¡Ahí es nada, tratarlos a ellos como a cualquier otro ciudadano sujeto a la Ley!


miércoles, 24 de abril de 2024

SOBRE INVITACIONES.

Recibo con cierta frecuencia -en ese invento absurdo y ridículo que es Facebook; invento que nos separa de nuestros semejantes más que nos une- invitaciones a unirme a tal o cual grupo, generalmente vinculado a VOX.

Respetando a quienes me invitan -y agradeciéndoles el interés-, quiero dejar las cosas claras por si alguna vez hubo duda en mi pensamiento.

Es cierto que he votado a VOX en algunas ocasiones; tres o cuatro si mal no recuerdo. Es cierto que en todas esas ocasiones lo he dicho, lo he escrito y lo he publicado, mas que nada porque sé que jode. También es cierto que siempre he dicho -ateniéndome a la recomendación joseantoniana para las elecciones de 1933- que VOX me parecía lo menos malo,  y en esa condición lo votaba. La satisfacción de fastidiar a los rojiprogres y a los tontiprogres -esto es: PSOE y PP- ya me valía el esfuerzo.

Pero, -lo repito- quiero dejar las cosas claras. No soy militante de VOX, ni siquiera simpatizante. No he asistido a ningún acto de VOX, ni tengo intención de hacerlo. Me parece que su programa para las citas electorales en las que lo he votado eran lo suficientemente compatibles con mis ideas, dentro de lo que su adhesión a este sistema permite, como para ir a votar. Y para nada más.

No puedo ser militante de VOX, ni simpatizante, ni unirme a ningún grupo de apoyo a VOX, por la sencilla razón de que soy Nacionalsindicalista.

Esto, para modernos, progres y peperos en general, que no sabrán qué es, quiere decir que soy falangista aunque -me apresuro a avisarlo- no pertenezco a ningún grupo falangista. Soy nacionalsindicalista -o joseantoniano, si así me entienden mejor- por libre. Y lo soy por la sencilla razón de que no reúno las condiciones que los grupos falangistas suelen exigir a la hora de combatir al Excelentísimo Señor D. Francisco Franco Bahamonde, así como por otras cuantas razones que me han ido dando a lo largo del tiempo.

Este es, también, el motivo de que no me defina simple y llanamente como falangista sin más. No tengo ganas de que ningún purista me venga diciendo que no puedo ser falangista si no coincido con su pensamiento particular sobre el Régimen de Franco, sobre su obra y sobre su recuerdo.

Quede, por tanto, claro: no apoyo a VOX más allá de un momento concreto. Soy Nacionalsindicalista porque creo en lo que dijo José Antonio; porque me da la gana, y porque puedo. Ser Nacionalsindicalista  -adviértese- no es algo al alcance de cualquiera, como tampoco está al alcance de cualquiera ser católico, por ejemplo.

No me llamo falangista porque no milito en ninguna Falange, y así nadie me tiene que echar por no cumplir sus estándares de antifranquismo o de connivencia con el rojerío. 

Así es que -sin sentirlo nada, pero agradeciendo el interés- comunico que no me voy a adherir a ningún grupo feisbuquero de apoyo a ningún partido político del sistema.


martes, 23 de abril de 2024

SOBRE LA CASILLA DE LA IGLESIA, OTRA VEZ.

Decía hace unos días, a cuento de que Facebook me avisaba de que tenía un recuerdo, el cual resultaba ser el de un artículo que escribí años antes sobre marcar la famosa casilla de la declaración de la renta que destina cuartos a la Iglesia Católica, que todo lo que escribí hace años seguía vigente y, por tanto, continuaba mi negativa a sufragar a la institución eclesiástica.

Hoy me encuentro con una noticia que recoge infovaticana.com, que se refiere a un comunicado de la archidiócesis de Tarragona justificando la presencia del vicario general Joan Águila en un acto republicano y comunista. El comunicado dice -copio el entrecomillado-: 

«La Iglesia de Tarragona, a través del Vicario General del Arzobispado, ha pedido perdón por el papel de la Iglesia en el franquismo, mostrando especialmente la proximidad a las víctimas y recordando que, al hablar de Memoria Histórica, se las incluye a todas y supone la voluntad de curar heridas, reconociendo el sufrimiento de tantas personas afectadas». 

Y sigue: «la historia del siglo pasado muestra que la Iglesia Católica sufrió persecuciones, juicios arbitrarios y asesinatos (...) por considerar que eran partidarios de los sollevados».

Y aún más: «con la quema de iglesias, monasterios y conventos, el patrimonio cultural e histórico de la Iglesia se vio gravemente afectado, con pérdidas irreparables» (...) «esta represión fue ejercida por grupos llamados comités, miembros de partidos y sindicatos radicales (sin especificar ninguna sigla), que aparentemente no dependían de las autoridades republicanas y actuaban al margen de toda ley».

Vamos, que según la archidiócesis de Tarragona, los que fueron asesinados lo fueron por provocar, porque qué es eso de ser católico y de derechas, y que bien asesinados estaban porque se podía deducir que eran partidarios de los sublevados. Y las iglesias, monasterios, conventos -y los colegios que desasnaron a tanto futuro rojo de mierda, y las bibliotecas y los museos-, fueron quemadas por particulares, nada que ver con el Gobierno, ni con los partidos de izquierdas, que ya sabemos que eran todos ellos beatíficos, unos auténticos hermanitos de la caridad y de los tiros a la barriga.

Por lo tanto, archidiócesis de Tarragona considera que pedir perdón a los republicanos, comunistas y otros izquierdistas -o sea, a los hijos de puta rojos de toda la vida- es «una cuestión de justicia, que ayudará a la Iglesia católica a recuperar su dignidad y que, sin duda, le acercará más al Evangelio».

Perfecto. La culpa de todo la tuvieron los que no se dejaron matar y se sublevaron, y los que se dejaron matar sin resistencia y dejaron mal a los comités radicales.

Más claro el agua. El agua de borrajas. O el agua de fuego, que deben haberse pimplado a conciencia.

Más clara, la vergüenza ajena que siente cualquier persona decente ante estos pastores traidores, que confraternizan con el enemigo que asesinó a sus antecesores; más clara, la náusea ante estos curas que venden a los que murieron por no renegar de Cristo; ante estos obispos canallescos, que callan como putas y asienten a toda bellaquería.

Más clara, la ocasión de ese cura Paco, que seguirá perdiendo excelentes ocasiones de disciplinar a los bellacos que traicionan, no ya a su Patria, que se da por hecho, sino a su Dios.

Y yo sigo siendo católico, apostólico y español. Porque me da la gana, no porque la institución eclesial me merezca el menor respeto. Sigo siendo católico, apostólico y español, y no caigo en la estupidez de las iglesias nacionales, pero al Obispo de Roma, traidor a España -que es la pieza fundamental de la Cristiandad- y traidor a Cristo, que le vayan dando.



viernes, 12 de abril de 2024

SOBRE LA CASILLA DE LA IGLESIA.

Hoy me dice Facebook que tengo recuerdos. Y resulta que los recuerdos son de cierto artículo que escribí hace unos cinco años, a propósito del anual asalto que sufrimos a manos de esa Hacienda que somos todos, pero unos más que otros.

Leo lo escrito antaño, y compruebo que nada hay hogaño que me permita cambiar de opinión. Que la casilla de la Iglesia, por lo que a mi respecta, va a seguir vacía. También, aclaro, la de "otros fines sociales" o algo así. 

Se que eso no me evita el expolio; que dejar de marcar las casillas no hace que me cueste menos el robo. Se que de esa forma, será el Gobierno el que dedique mis cuartos a lo que le salga de las narices a los sinvergüenzas que lo forman. 

Pero a mi conciencia le vale con saber que si no marco ninguna casilla no me hago cómplice del destino de esos cuartos que me roban anualmente. Que lo gasten en lo que quieran, que se lo metan donde les quepa; pero no seré yo quien firme ni las subvenciones a los obispos traidores y a los curas que sufragan viajes a los familiares de etarras, ni el que indique que mi dinero se utilice para promover el aborto y beneficiar a Oenegés trinconas.

Ahí les dejo, por si gustan leerlo, lo que pensaba hace esos cinco años:


jueves, 4 de abril de 2019

SOBRE LA CASILLA DE LA IGLESIA.

Como todos ustedes saben, ya estamos metidos en época de confiscación de la renta. Llega el momento en que el Gobierno nos saca los cuartos para dilapilarlos en sueldos para los suyos, en dádivas compravotos para los suyos, en proyectos faraónicos e inútiles para que trinquen sus empresas protegidas o subvencionadoras que -llegado el caso- darán puestos en consejos de administración a los suyos. A los de cada partido, porque esto no es cosa de unos, sino de todos.

Dando esto por sabido, y sentado el principio de que al votante no le importa que le saquen los higadillos siempre que lo hagan los suyos, parece que lo importante no es crear empleo y facilitar y proteger la vida y los derechos de los ciudadanos, sino la memez histórica y la exhumación de Franco.

Y también damos por sabido que en esta época nos van a pedir que marquemos la casilla de la Iglesia Católica en nuestra declaración de la renta. No dejan de repetirlo así desde los medios de comunicación vinculados a la Iglesia: desde esa cadena COPE que pertenece a la Conferencia Episcopal Española.

Esa misma cadena que, un día si y otro también, no deja de lanzar diatribas contra Franco; que no deja -por boca de cualquiera de sus estrellitas- de hablar de la feroz dictadura, de los represaliados, de los exiliados del franquismo; no deja de calumniar a Francisco Franco y a los millones de españoles que lo siguieron para hacer una España que -43 años después- aún puede pagar sinvergüenzas con la herencia recibida.

Esa misma Conferencia Episcopal que ha intentado guardar bien sus ropas en el asunto de la venganza exhumatoria. Que ha dicho que no era asunto suyo que se desenterrara a Franco del Valle de los Caídos, ni dónde se le fuera a enterrar de nuevo. Que eso era cosa del Gobierno y de la familia.

Desde que empecé a presentar la declaración de la renta he marcado siempre la casilla de la Iglesia. Porque soy católico, y por tocar las narices, que también es un motivo. Menos este año. 

Este año, no. Que a los Obispos cobardes los subvencione el socialismo y el comunismo con los que se quieren congraciar al precio de la traición. Que a los curas rojos los mantengan sus amos. Que a la institución eclesiástica que abandona a sus hijos y se morrea con los asesinos de sus hermanos en el sacerdocio, la ayude el estalinismo de Sánchez. Que a las emisoras de radio que mienten por sistema para no hacerse antipáticos a sus amos políticos, las sufrague su abuela.

Este año, no. Este año, que la Conferencia Episcopal Española no cuente con mi marca en la casilla de la Iglesia. Este año, no voy a seguir siendo cómplice de los mentirosos, de los traidores, de los chalanes y mercachifles que trapichean con la fe, se refocilan en la iniquidad y se deshonran en la condescendencia, que no es misericordiosa, sino culpable.

Y en lo que valga mi consejo, ahí queda para quien quiera usarlo. Este año, NO. Y a los traidores que los mantengan los socialistas a los que tanto quieren agradar. 


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