Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

martes, 21 de agosto de 2018

SOBRE LOS MAMARRACHOS DE LA CADENA COPE.

Que es, como ustedes ya saben, la emisora de la Conferencia Episcopal Española; la cadena de los Obispos, como la suelen llamar los rojetes.

Pues bien; en la tarde -así se llama el programa, la tarde- de hoy, día 21 de agosto, dos de los tertulianos habituales han demostrado su ínfimo nivel intelectual y personal.

Uno de ellos, un tal Pablo Iglesias -del que suelen citar el segundo apellido para diferenciarlo del estalinista podemita aunque, como se verá, poca diferencia hay- ha dicho que Franco, gracias a Dios, lleva casi 43 años muerto y enterrado.

Ejemplar frase; sobre todo, para ser dicha en una emisora de la Iglesia Católica. Ejemplar frase, que coloca al susodicho Pablito a la altura moral de cucaracha que le corresponde. Ejemplar frase, que define al canalla cobarde, al nauseabundo reptil que se regodea con la muerte de otra persona, agradeciéndole a Dios una defunción en la que, como buen cobarde, no ha tenido nada que ver. Hasta ahí llega esta clase de puercos, a los que su pequeñez intelectual les lleva a reconocer implícitamente que, de no haber sido porque Dios quiso llevárselo -con Él-, Franco seguiría gobernando, porque los enanos nunca llegaron a ser capaces de enredársele en los pies.

Y otro memo singular, el llamado Julio César Herrero, un fulano al que presentan como Catedrático de Periodismo en el CEU y otras diversas Universidades. Ejemplar catedrático de periodismo, que miente a sabiendas cuando dice que el Valle de los Caídos se construyó para que fuera el mausoleo de Franco, cuando ahí está el Decreto firmado por el Rey Juan Carlos I que ordena que el fallecido Generalísimo sea enterrado en él, y sin que nadie haya encontrado ningún documento en el que Francisco Franco expresara su intención de recibir sepultura en esa Basílica.

Ejemplar catedrático de periodismo, que conociendo documentos se permite pontificar en contra de ellos para que la realidad se amolde a su gusto. Ejemplar catedrático de periodismo, que aprovecha para ejercer de chivato mafioso advirtiendo que junto a Franco está enterrado José Antonio Primo de Rivera y que este fue el fundador de la Falange y que algo habrá que hacer con él.

Ejemplares ambos, y lo digo en serio; porque este es un claro ejemplo de a qué gentuza se le ofrece micrófono en la cadena COPE, y qué ínfima catadura moral e intelectual tienen los tertulianos que los señores Obispos ponen en antena.


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