Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

domingo, 18 de octubre de 2009

SOBRE LOS "MAQUIS."

Que resucita El País, loando los 65 años de -comenta- una misión tan descabellada que ha pasado casi desapercibida.
"El PC esperaba que los aliados de la Segunda Guerra Mundial les ayudaran a derribar a Franco, pero no fue así", cuenta el ex militar e historiador Fernando Martín Baños, autor de una tesis sobre la operación (...) "Ha estado tanto tiempo silenciada porque ni a Franco le interesó que se supiera ni al PC asumir un fracaso tan grande",
explica.
Esto muestra lo que eran aquellos comunistas, que aspiraban a que los EEUU, Francia, Gran Bretaña, les pusieran un pisito en Madrid. No merece mayor comentario.
Mienten, no obstante, como bellacos -como no podía ser menos- al decir que la criminal correría del maquis fue silenciada por Franco. Una cosa es que, mientras hubo bandoleros en territorio español, se obligara a la prensa a la debida discrección, y otra que se silenciara. Y ahí está la espléndida novela de Ángel Ruiz Ayúcar (La sierra en llamas), para demostarlo.
Pero las palabras que El País sitúa en boca de uno de aquellos maquis describen el asunto mejor que todo lo que pudiera decir al respecto, así es que aquí se las dejo:
- "Nunca pensé que ella era un enlace de las Fuerzas Francesas del Interior", confiesa César. "Nos hicimos novios y ella lo arregló todo para incorporarnos a estas fuerzas llamadas maquis".
- "Pensamos que nos iban a fusilar", recuerda César. Cuando sólo les propusieron unirse a su lucha, respiraron aliviados y aceptaron.
- "Nos dijo que éramos la salvación de la patria, que los españoles estaban hartos del fascismo y que nos recibirían como héroes. Aquella arenga nos llegó al alma. Ahora lo pienso y me río. No es que no nos negáramos, ¡es que no hicimos una pregunta! Mandaban la brigada dos hermanos muy valientes pero sin idea de tácticas militares".
- "Con el tiempo y mirando mapas vi la odisea en la que nos metieron. En la despedida con estos famosos oficiales se cantó la Internacional con el puño en alto. Fue donde supe que éramos comunistas".
Pues más claro, imposible.

SOBRE LA APLICACION EN HUMANOS.

La que espera conseguir -dice Público- un tal Gero Miesenböck, director de un estudio que ha logrado controlar la memoria de unas moscas, para que recuerden un trauma que nunca sufrieron.
Es decir, que les manipulan unas neuronas para hacerles creer y recordar como cierto algo que nunca ocurrió.
Lamento decirle al señor Miesenböck que llega tarde. En España eso es el pan de cada día desde hace 33 años.

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