Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

lunes, 15 de abril de 2013

SOBRE LO SIMBOLOS DE "CATALUNYA".

Que no es, ni por asomo, Cataluña, ya ustedes lo saben si son habituales, y si no lo son y han caído aquí por casualidad, ya se lo digo.

Catalunya es esa minoría de los habitantes de Cataluña que no tienen padre ni madre conocidos, que han surgido del fondo de la prehistoria sin tocar baranda, y que acaban de salir de las cavernas y tienen como meta los bancos suizos.

Para indocumentados que deseen poner el berrido en las nubes a propósito de esa catalogación minoritaria, les remito a mi comentario de hace unos meses sobre las elecciones regionales catalanas donde -con los datos en la mano- quedaba patente que los que votan separatismo sólo alcanzan el 31,7 % del censo. Es decir, ni siquiera un tercio con respecto al total de posibles votantes, entre los que ganó con absoluta mayoría la abstención.

Pues desde esa Catalunya -que no Cataluña- aldeana y minoritaria, el mínimo señor Mas dice -véanlo en La Gaceta- que "hay una ofensiva en marcha, y uno de estos símbolos es el president Jordi Pujol, símbolo importante por lo que ha hecho y representado, que identifica a mucha gente y que se está intentando desgastar".

Otro símbolo es -al parecer- el hijo de don Jordi llamado Oriol. El que según los jueces trincó indebidamente por la concesión de las ITV en el chiringuito autonómico familiar. Aunque el señor Mas no lo dijera, es de suponer que también son símbolos de Catalunya los que desviaron fondos para financiar a su partido coaligado, a la sombra del señor Durán.

Para ser sinceros, ahora se comprende la razón del victimismo llorón del separatismo catalán. Si esos son los símbolos que enarbolan, y esos son los ejemplos de la sociedad que quieren construir en su irracionalidad, es lógico que se sientan capitidisminuidos, acomplejados, acongojados. ¿Qué sociedad seria puede tener como símbolo a los que, o bien son ladrones, o bien son tontos que se dejan chulear?

En cuanto a la presunta "campaña española" contra "los elementos referenciales" de Catalunya -que no Cataluña- ¿de verdad creen que hace falta, no digo ya campaña, sino simple soplido, para que se caigan por los suelos esos pujoles, esos duranes, esos mases? ¿De verdad quieren que esos individuos trincones, señoritos de masía, caciques de aldehuela, sean el símbolo de su Catalunya?

Menos mal que el propio señor Mas nos lo explica: "Sé cómo funcionan estas cosas y solo persiguen introducir en la sociedad catalana la duda de la fuerza de esos símbolos".

Efectivamente; él -ellos- saben como funcionan estas cosas, y llevan casi cuatro décadas introduciendo en la sociedad catalana su aldeanismo, su catetez, y su espíritu chiquito, de comerciante avaro. Pero Cataluña está fuera de esa marea de pequeñez, y un día lo dirá claramente. Posiblemente, en la misma jeta de los símbolos de Mas.

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