Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

jueves, 19 de abril de 2012

SOBRE COMENTARIOS ACERCA DE LA ENSEÑANZA.

Comentarios a mi entrada de ayer, que les recomiendo vean siguiendo el enlace.

Creo, amigos De Melk, Simancas, Rafa España,Tío Chinto de Couzadoiro, que el desastre de la enseñanza no es casual. Por casualidad se puede meter la pata una vez, dos, hasta tres. Más de eso ya es sospechoso, y la realidad es que -desde la mitad de los años 70 en adelante- cada reforma educativa ha sido para peor.

Y lo malo no es que el nivel de conocimientos sea mínimo, prácticamente de analfabetos en gran parte de los casos como atestiguan Rafa España y Tío Chinto, sino el nivel de desarrollo personal y mental. Prima, como señala De Melk, la cultura de la inmediatez y lo fácil y -como indica Simancas- la actitud irrespetuosa.

Y falla -en mi opinión- la capacidad de razonamiento; de análisis y de síntesis, cosas ambas que son parte de la misma moneda del conocimiento. Si a los estudiantes se les da todo hecho y se les quita el deseo de aprender, de investigar; si se les quita eso tan humano de la curiosidad sobre los motivos de las cosas, los cómos y los porqués, se consigue una masa perfectamente manipulable.

Y -en vista de los resultados- nadie me va a convencer de que ese no era el objetivo.

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